La leyenda negra del “Dakota”, el edificio maldito de Nueva York

El impresionante edifico situado en el numero 1 de la calle 72,  al oeste de Central Park en Nueva York ,  no solo es famoso por albergar personajes celebres y ser escenario de la muerte del mítico John Lennon, un halo de misterios y leyendas negras rodean al peculiar edificio.

Un poco de historia:

El edificio comenzó a construirse en 1880 y fue terminado 4 años mas tarde. Su diseño corrió a cargo del arquitecto Henry Hardenberg (autor del también mítico Hotel Plaza) y  fue avalado con una fuerte inversión del propietario de las maquinas de coser Singer, Edward S. Clark.Su estilo es propio del renacimiento de la Alemania del norte y la distribución de los pisos esta inspirado en la arquitectura francesa de finales del siglo XIX.

Cuando se construyó estaba tan lejos de la ciudad que ni siquiera llegaba la electricidad  y se decía que parecía estar en Dakota (al norte de EE.UU., en la frontera con Canadá), de ahí su nombre. Sin embargo pese a su lejanía y el hecho de que estuviera rodeado de oscuridad, no impidió que tuviera éxito y fuera alquilado por completo.

Luego Manhattan comenzó su rápida expansión hacia el norte y los precios se dispararon  creando cierta exclusividad al edificio y comenzando a ser habitado por personajes ilustres, algunos de ellos muy conocidos como  Judy Garland, Boris Karloff, Leonard Bernstein y Lauren Bacall. También ha sido residencia de famosos cantantes como John Lennon (su viuda Yoko Ono sigue viviendo allí) , Jennifer López, Marc Anthony, Bono y su esposa activista Ali Hewson, Sting, Paul Simon o Roberta Flack.

Pero a pesar de hacerse mundialmente famoso por el asesinato en sus puertas de John Lennon,  siempre ocurrieron sucesos extraños entre sus muros.

A principios del siglo XX estuvo viviendo en el edificio Dakota el famoso mago negro Aleister Crowley. Éste, considerado uno de los hombres mas perversos del mundo, llevó a cabo varios rituales de magia negra dentro del edificio.

Por la misma época estuvo viviendo el actor de cine de terror Boris Karloff, el cual participó en impresionantes veladas de espiritismo. Se dice que cuando murió Karloff hubo fenómenos de poltergeist y su persona se manifestó en el lugar mediante presencia fantasmal, que fue vista y oída por diversos inquilinos que huyeron despavoridos del edificio.

También se dice que el sumo sacerdote de la brujería Wicca inglesa, Gerald Brossau Gardner, se alojó en este edificio cuando visitó Nueva York. En él celebró rituales mágicos invocadores de las potencias ocultas de la naturaleza. Precisamente, Polanski en el año 1968, se inspiró en este personaje para moldear las características del brujo maléfico cooprotagonista de la película “La semilla del diablo” (Rosemary’s baby).

Durante el rodaje de la” semilla del diablo” ,  y a pesar que en el lugar solo se rodaron los exteriores, en el edificio Dakota tuvieron lugar todo tipo de extraños accidentes que diezmaron al equipo. En este edificio se produjo el desequilibrio nervioso de la actriz protagonista Mia Farrow y la ruptura de esta con Frank Sinatra. La película convirtió al Dakota en foco de atención al desvelarse por la prensa las connotaciones mágicas y ocultas que el edificio poseía. Diversos grupos de practicantes de la magia negra y de sectas satánicas se congregaron ante el edificio Dakota para amenazar a Polanski y su equipo e impedir que la película se llevara a cabo. Entre estos personajes se encontraba el tristemente célebre Charles Manson, el hombre que tiempo después y con varios miembros de su secta se encargaron de convertir en realidad las amenazas. En 1969 llevaron a cabo la matanza de Cielo Drive, en Hollywood, donde asesinaron a un grupo de personas, entre ellas a la actriz Sharon Tate, esposa de Polanski y a su bebe no nato atravesados por un tenedor.

El ultimo film rodado en el edificio ha sido la versión americana de “Abre los ojos”, “Vanilla Sky”, protagonizada por Tom Cruise, y el ultimo en conseguir un apartamento ha sido el actor Alec Baldwin,  por la “módica” cantidad de mas de 8 millones de euros.

Pero no solo hace falta dinero para vivir en el, sino que además hay que pasar una férrea aprobación general del resto de vecinos que ni Antonio banderas ni Melanie Griffith pudieron sortear en 2005.

FUENTES:

http://www.infobae.com/

http://www.elsalvador.com

http://www.ciao.es/

La leyenda del “Queen Mary”.

Este enorme barco inglés construido en 1937, que ha cruzado el Atlántico mas de 1.000 veces, ha servido de trasporte a las tropas aliadas durante la segunda guerra mundial participando incluso en la invasión de Normandía, y que debe su nombre  a la reina de Inglaterra, ha participado en muchos acontecimientos de la historia reciente, pero también es famoso por otros acontecimientos mas “extraños”.

Hoy en día es un hotel  de lujo en Long Beach, pero mucha gente no se atreve a entrar en él por estar considerado uno de los centros con mas actividad paranormal del mundo, de hecho hay registros de hasta 55  “manifestaciones” diferentes en varias zonas del inmenso buque y en junio de 2001 la NBC realizo un recorrido interactivo de los fenómenos que ocurrían en el barco. Estos son algunos de ellos:

La puerta 13 de la sala de máquinas: El 10 de Julio de 1.966 se realizaron  trabajos de mantenimiento en las puertas herméticas de la sala de máquinas. John Pedder  realizó el trabajo de mantenimiento. Era un empleado muy joven, apenas 18 años. Aunque aparentaba algo mayor por la barba que tanto le gustaba tener. Vestía su típico mono azul, lleno de grasa. En un desgraciado descuido, John fue aplastado por la puerta nº 13, muriendo en el acto. Tiempo después, se amontonaron los testimonios de tripulantes y viajeros, que dicen haber visto a un hombre joven con barba, vestido de azul, caminando por el pasillo de la sala de máquinas y desapareciendo en la puerta nº 13.

Una guía turístico avanzaba por el pasillo cuando tuvo la típica sensación de ser observada por alguien. Al girarse pudo ver como una figura se desvanecía delante de sus propios ojos. Inmediatamente, notificó lo sucedido. La descripción que realizó coincidía con los rasgos de John Pedder. Se le mostró un conjunto de fotos para ver si podía identificarlo. De entre toda la muestra, identifico la foto de John Pedder.

La guardería de 3º clase: En uno de los numerosos viajes que el Queen Mary ha realizado por el Atlántico. Una mujer dio a luz. El bebé, que los padres decidieron llamar Leigh Travers Smith. Y fue traído a esta guardería. Pero algo no fue bien. A las pocas horas de su nacimiento murió. Existen testimonios que aseguran haber escuchado, durante la noche, el llanto de un bebé procedente de la guardería. Muchos lo atribuyen al niño, Leigh Travers Smith.

El Salón de la Reina: es un salón de primera clase, donde no falta ningún detalle. Pero la opulencia y el glamour, no está reñida con experiencias extrañas que han vivido muchos de los que han disfrutado de los privilegios de esta estancia.

En una de las tantas visitas guiadas, que grupo de turistas protagonizan. Una niña, que nos visitó con sus padres, afirmó insistentemente que veía a una mujer. Pero lo cierto es que nadie vio, excepto la niña. Ella no dejó de señalarla con él dedo diciendo: “está ahí”. La niña describió a la enigmática visión como una mujer joven y guapa. Ninguno de aquellos turistas imaginó, es que hay informes que recogen testimonios de tripulantes y viajeros, que aseguran haber visto en este salón , a una mujer joven, muy hermosa y vestida de traje de noche blanco, reluciente. Hay quien afirma, que la ha visto bailar elegantemente entre las sombras del salón. Son tan numerosos sus apariciones, a lo largo de la historia del barco, que le han puesto un apodo : “la mujer de blanco”.

En una reciente visita turística guiada. Uno de los turistas, sacó una foto a un espejo de una suite. Al revelarla, comprobó con extrañeza, que en el espejo se reflejaba un hombre extraño. El guía encargado de atender a esta visita, negó rotundamente, que el hombre del espejo fuera parte del grupo de turistas. En un examen minucioso de la fotografía, se compró que tanto el peinado del extraño hombre y sus ropas pertenecían a varias décadas pasadas, concretamente a los años 30.

Las piscinas de primera clase: a este lugar es de acceso restringido. Solo se permite las visitas guiadas. En estas piscinas, es donde más hechos extraños han ocurrido. Son muchos los pasajeros que han comprobado, con cierto grado de horror: como aparecen y desaparecen sin explicación racional, señoras con trajes de baños de época caminando por el borde de la piscina; el sonido del chapotear del agua, como si alguien nadase, cuando en el agua no había nadie; a veces, se han visto avanzar estelas, como las se producen al nadar, pero en esas ocasiones nadie nadaba; en otras ocasiones, se vio como avanzaba las huellas mojadas de un pie invisible.

En la piscina de primera clase, se produjeron dos hechos luctuosos. Dos mujeres se ahogaron, una en la década de los 30 y la otra en la de los 60.

Han sido tanto los testigos que aseguran haber vistos hechos sorprendentes, que en los últimos años, se ha decido instalar una cámara.

El barco participó activamente en la segunda guerra mundial. Fue pintando de gris camuflaje y se bautizó como “El Fantasma Gris”. Era tan codiciado por los adversarios nazis, que se ofreció 250.000 dólares de recompensa y la Cruz de Hierro para el capitán de submarino que lograra hundirlo. En unas maniobras nuestro Fantasma Gris embistió al barco inglés Curacoa. Más de 300 soldados ingleses perdieron la vida en aquel accidente. Cuarenta años después de los hechos relatados, se habilitó el lugar exacto de la colisión, para que un equipo de televisión dejara cámaras grabando, evidentemente en aquellos momentos en el lugar, solo estaban las cámaras. Al comprobar las grabaciones, el audio recogió: voces, gritos y golpes que algunos lo atribuyen a los soldados ingleses del Curacoa.

La cocina: pero estas muertes no fueron las únicas en tiempos de guerra. Durante la Segunda Guerra Mundial se produjo el asesinato de un cocinero a manos de sus compañeros. Aún hoy, hay personas que aseguran escuchar los gritos del  cocinero.

VIDEO QUEEN MARY

FUENTES:  http://www.yourghoststories.com

http://www.cienciamisterio.com

La leyenda del “Octavius”.

En la mañana del 12 de agosto de 1775, el ballenero groenlandés Herald se las arreglaba para cruzar el Atlántico Norte cuando el silencio glacial fue roto por el grito del vigía. Al frente y al Oeste, por encima de un iceberg podían verse las puntas de unos mástiles a unos diez kilómetros de distancia. Lentamente, una goleta emergió por detrás de la masa de hielo y a través del telescopio el capitán del Herald pudo constatar que no había señales de vida. Las velas estaban desechas y todo el barco brillaba curiosamente bajo el sol, cubierto como estaba de escarcha.

El capitán ordenó acercarse y empezó a gritarle a la tripulación de la extraña embarcación, pero sólo el silencio respondió a su llamado. La goleta siguió imperturbable su aparente camino sin ruta. “Bajen la lancha,” ordenó el capitán Warren. “Voy a echar un vistazo.”

La tripulación del Herald, como buenos marinos supersticiosos hasta el tuétano, permanecieron inmóviles. No tenían las más mínimas intenciones de aventurarse en el barco fantasma, y sólo cuando el capitán empezó a mandarles, los marinos acataron sus órdenes.

El capitán eligió a ocho hombres para que lo acompañaran, y remando llegaron hasta la proa del barco donde bajo una capa de hielo podía  leerse el nombre de la embarcación, Octavius. Ninguno había escuchado sobre ella jamás.

Desde el bote el capitán volvió a llamar a la tripulación, pero entre los ecos de su propia voz sólo escuchó el crujir de la madera y el silbar del viento entre las velas deshilachadas. Con cuatro de los hombres el capitán decidió subir a bordo.

La cubierta estaba tapada por el hielo y no se veía una sola persona sobre ella. Tras abrirse camino a través del hielo, decidieron bajar a los camarotes; donde consiguieron a veintiocho hombres congelados. Cada uno acostado en su litera y cubierto por capas y capas de cobijas y ropa. El frío había conservado sus cuerpos en perfecto estado y daba la impresión de que simplemente dormían la siesta.

En la cabina del capitán, el espectáculo fue el mismo. Su cuerpo estaba sentado en una silla frente a su escritorio. Las manos entrelazadas sobre las piernas y la cabeza tumbada hacia un lado con los labios entreabiertos. En una cabina detrás de la suya había tres cuerpos más. Una mujer estaba acostada en una camilla descansando su cabeza sobre el brazo, los ojos completamente abiertos viendo a un hombre con las piernas cruzadas sentado en una esquina en el otro lado del cuarto. En sus manos tenía un pedernal y una barra de metal. Frente a él, un puñado de aserrín cubierto de escarcha. La muerte lo había vencido tratando de encender un fuego. Junto a él estaba la chaqueta del marino. El capitán Warren la levantó y debajo de ella descubrió el cuerpo de un niño abrazado a un muñeco de trapo.

Los marinos del Herald habían visto más que suficiente y empezaron a pedirle al capitán que se marcharan. Pero el capitán les respondió que quería saber más. Bajó al depósito y no encontró ni un gramo de comida y cuando volvió a cubierta sus hombres estaban en pánico y le amenazaron con amotinarse. Contra todos sus deseos Warren tomó la bitácora del Octavius y regresó al Herald, desde donde pudo ver la goleta perderse sin rumbo en el horizonte para nunca más volver a saber de ella.

El capitán se retiró a su camarote a leer la bitácora y notó que faltaban todas las páginas del libro menos la primera y última. El marinero a quien se lo había encargado había dejado caer el resto en el mar.

En la primera el capitán del Octavius había escrito que habían partido de Inglaterra con rumbo a China el 10 de septiembre de 1761. Catorce años atrás. La última página tenía una sola anotación que estaba fechada el 11 de noviembre de 1762.

“Hasta ahora hemos estado atrapados en el hielo por 17 días. Nuestra posición aproximada es Longitud 160 O, Latitud 75 N. El fuego finalmente se extinguió ayer y el maestre ha estado tratando de encenderlo otra vez pero sin mucho éxito. Le ha dado la piedra a uno de los marinos. El hijo del maestre murió esta mañana y su esposa dice que ya no siente el frío. El resto de nosotros no siente lo mismo en esta agonía.”

Los ojos del capitán Warren volvieron a las palabras “Longitud 160 O, Latitud 75 N…” El significado era impresionante. En la fecha de la última nota en la bitácora, el Octavius había estado atrapado en hielo en el océano ártico, al norte de Point Barrow, Alaska. Miles de kilómetros de donde lo habían encontrado ese día. Un continente de hielo se extiende entre estos dos puntos.

Lo que el Octavius había hecho era pasar el legendario Paso del Noroeste. Por cientos de años se había buscado una ruta más corta entre el Atlántico y el Pacífico para llevar a cabo el intercambio comercial entre Asia y Europa. El Paso del Noroeste era un sueño para las potencias europeas de eliminar el largo viaje alrededor de la punta de Suramérica.

Aparentemente, el capitán del Octavius también había decidido encontrar el paso en vez de volver a casa alrededor de Suramérica. Pero como muchos otros antes que él, lo único que encontró fue la muerte.

Pero el Octavius había logrado el objetivo por si mismo. Año tras año había permanecido a flote, y sin nadie atendiendo el timón se había deslizado lentamente hacia el Este, aguantando la furia de los elementos hasta que finalmente llegó al Atlántico Norte. No fue sino hasta 1906 -ciento treinta y seis años más tarde- cuando otro barco, el Gjoa, comandado por el explorador noruego Roald Amundsen, logró cruzar el Paso del Noroeste.

Pero el Octavius había sido el primero, aunque su capitán y tripulantes hubiesen estado congelados por más de trece años.

FUENTES: www.elnuevocojo.com  http://misterios.co/

Mary Celeste, el barco cuya tripulación desapareció.

En 1872, el “Mary Celeste”, un barco  de 31 metros de eslora y 282 toneladas de peso,    fue hallado navegando a toda vela por el Atlántico rumbo a Gibraltar. La comida estaba servida y los botes salvavidas en su lugar, pero la tripulación había desaparecido inexplicablemente.

La embarcación, que ya tenía fama de estar maldita, fue vendida al mercader neoyorquino James H. Winchester por 11 mil dólares en 1869., para quien serviría como nave mercante, hasta que en 1872, uno de los sucesos más extraños de la historia tuviese lugar.

Bajo el mando del   capitán Benjamin Briggs, el barco  partiría el 5 de Noviembre desde  Nueva York con rumbo a Italia. En sus bodegas llevaba un preciado cargamento de barriles de alcohol industrial, mucho más valioso que el navío en si. La tripulación constaba del capitán, siete experimentados marineros y dos pasajeras. Sarah, la esposa del capitán y Sophia Matilda, su pequeña hija de 2 años, ya que pasarían un tiempo en familia por Italia.

La primera semana de diciembre de 1872, el mercante británico “Dei Gratia”  avistó el barco con las velas extendidas. El capitán, tras observar el barco durante varias horas y no ver a nadie en cubierta, mandó a algunos de sus tripulantes a abordar la nave.

Una vez a bordo, la nave estaba desierta. La ropa de unos y otros estaba ordenada en sus respectivos cajones, así como joyas y objetos de valor, la comida y el agua. No encontraron el bote salvavidas, el sextante, el cronómetro ni la bitácora. El diario de navegación se encontraba en el cuarto del capitán; la última anotación era del día 24 de noviembre, pero no señalaba nada relevante. Según el diario, el tiempo había estado revuelto, pero ninguna otra circunstancia extraña.

El barco fue llevado a Gibraltar y usado durante 12 años más, hasta que en un intento de fraude a la compañía aseguradora por su actual propietario fue cargado con exceso de peso y hundido.

En 2001  fueron descubiertos sus restos en Haití, y 116 años después aún se barajan teorías dispares sobre el misterio de la desaparición de toda la tripulación, unos dicen que fueron piratas, otros mas imaginativos que una misteriosa criatura marina, y otros que un simple motín, el caso es que dudo que nuca sepamos que ocurrió de verdad a bordo del Mary Celeste.

Fuentes:

http://es.wikipedia.org/

http://www.anfrix.com/

“Little Bastard”, el coche maldito de James Dean.

Hay pocos actores que con tan solo tres películas, llegaran a ser una leyenda, ese es James Dean, y quizás parte de esa leyenda la tuvo su muerte a la temprana edad de 24 años. ¿La culpa?, su Porsche  550 Spyder, un coche que para muchos está maldito. Quizás no falten motivos para creerlo.

James Byron Dean nació en Indiana , Estados Unidos, el 8 de febrero de 1931, y a pesar de una infancia atormentada, todos le conocemos por su presencia en la gran pantalla, donde saltó a la fama en 1954 con “Al este del Eden”.

En lo más alto del “Star System”de Hollywood y conociendo una inusitada fama, comenzó a rodar su segunda película, “Rebelde sin causa” , cuyo éxito alimentaría su estrella. Gracias a su posición económica se compró su primer Porsche, un Spedster 356 y comenzaría  a competir en carreras atraído por el mundo del motor, pero cuando comenzó a filmar su última película, “Gigante”, adquirió su posesión más preciada y la que acabaría con su vida.

El 21 de septiembre de 1955 compró el exclusivo y limitado Porsche 550 Spyder, de 110 caballos, con motor de doble carburación, propulsión trasera y capaz de alcanzar 225 km/h, algo extraordinario en la época,  con carrocería de aluminio de solo 550 kg que le hacían extremadamente ligero y endiabladamente complicado de conducir. Tal vez por ello, Dean lo bautizó como “Little Bastard” (Pequeño bastardo). El número de bastidor del coche era 2Z77767, un número que según algunos expertos en numerología, traería mala suerte.

Curiosamente, una semana antes Dean, al que le encantaba pisar el acelerador,  grabó un anuncio para televisión en el que advertía a los jóvenes sobre los peligros de la velocidad.

El 30 de septiembre, nada más finalizar el rodaje de “Gigante”, se encaminó con su nuevo coche  enganchado en su ranchera, a una competición en Paso de Robles (California). Su amigo Bill Hickman iba con él, su mecánico Rolf Weutherich y el fotógrafo Sandford Roth les seguían en otro coche.

Casualidad o no, antes de llegar, Dean quiso rodar el coche ya que había pasado horas poniéndole a punto e instalando un cinturón de seguridad. Lo desenganchó de su ranchera y se puso al volante para rodarlo tranquilamente, mientras Rolf , su mecánico, hacía de copiloto.

La noche anterior dejó su gato a su amiga, la recientemente fallecida Elizabeth Taylor, pues tenía el extraño presentimiento de que algo malo iba a pasarle. Y así fue. De hecho una de las frases más famosas del actor: “Vive rápido, muere joven y deja un cadáver bonito”, se haría tristemente real en su caso.

Al  llegar al un cruce entre las rutas 41 y 46 en la localidad de Cholame, California, sobre las 6 de al tarde,  un Ford Custom Tudor Coupé conducido por Donald Turnupseed, un joven estudiante de 23 años, uno menos que Dean, se dirigió hacia el coche del actor a gran velocidad. Dean trató de esquivarlo, pero no pudo.  El golpe fue brutal, el Porsche salió despedido y lanzado contra un poste. Dean iba a 89 km/h, una velocidad legal en la zona.

James Dean murió por rotura de cuello y otras lesiones internas, su mecánico, Rolf, salió despedido se rompió la mandíbula, la clavícula y una pierna y Donald, el conductor del Ford solo se había roto la nariz y dislocado un hombro.

Un terrible accidente que acabó con la vida de Dean, pero que supuestamente fue el origen de una serie de extraños acontecimientos más, que hacen creer que ese coche esta maldito. Comienza a circular un extraño rumor que culpa a la ex novia de Dean, Maila Nurmi, conocida como “Vampira”, y que fue abandonada por el actor cuando este alcanzó la fama, de ser la causante del accidente a través de ritos de magia negra. El propio Dean años atrás reconocía en una entrevista la atracción que esa chica tenía por las fuerzas de la oscuridad, y el dinero con el que se compró “Little Bastard”, iba a ser para comprar la casa de ambos.

Un famoso restaurador y diseñador  de coches llamado George Barris, compró los restos del Porsche por 2.500 dólares, y nada más llegar a su taller, las cuerdas que lo sujetaban cedieron y el coche aplastó las piernas al operario de la grúa. Barris vendió los restos del coche por partes.

Dos de las ruedas fueron a parar a un coche de competición, y el día de la carrera, los dos neumáticos reventaron y el coche se estrelló dejando al piloto en coma.

El motor se vendió a Troy McHenry y la caja de cambios a William Eschrid, dos aficionados a las carreras. Poco después, cuando uno competía contra el otro, McHenry perdió el control y se golpeó contra un árbol, muriendo en el acto. Eschrid quedó gravemente herido en la misma carrera al perder el control en una curva por fallo mecánico.

Una tarde, un joven que pretendía robar una parte del coche para tener un objeto de la estrella, perdió el brazo en el intento de robar el volante, y el resto de la carrocería fue usada por la policía como ejemplo de los peligros de la carretera. El Porsche se guardaba en un garaje privado, que una noche ardió, y todos coches quedaros carbonizados, todos excepto extrañamente uno.

Luego en otra exposición, el coche se cayó sin motivo aparente del expositor y rompió la cadera a un visitante del museo. Su todavía dueño, Barris, cansado de poseer esa fuente de extraña mala suerte, decidió llevarlo al desguace. En el camino, un coche chocó contra el camión que lo transportaba y el conductor murió. El coche intentó ser trasladado otras dos veces, pero volvió a caerse sin causar heridos. Es en este punto cuando se pierde la pista y se crea confusión, varias teorías dicen que el coche se perdió, otras que fue reconstruido para un museo en 1960, y la mayoría cree que los restos están en una caja en un sótano del Historic Auto Attraction Museum (Illinois, EEUU), donde nadie se atreve a tocarlo.

Por cierto, dos que no habían muerto al instante,  Donald, el chico que conducía el otro coche que chocó con Dean, murió de cáncer en 1995, y el copiloto del actor, Rolf, murió en accidente de coche en Alemania en 1981 tras varios intentos de suicidio.

Así que, coincidencia o maldición, hay coches a los que es mejor no acercarse.

Fuentes:

http://shionforever.com.ar

http://motor.terra.es

http://s1.elforo.de/

http://es.wikipedia.org/

http://expedientesxxl.blogspot.com

http://multiplemaniacs.wordpress.com

U-65, el submarino maldito.

Normalmente escuchamos historias sobrenaturales  que transcurren en edificios, cementerios, etc.  La de hoy tiene un escenario menos conocido y común, un submarino de guerra.  Bienvenidos  a bordo del U-65.

A partir de 1871 y hasta 1919, el Imperio Alemán desarrolló una importante industria marina destinada a su uso militar. Este importante contingente se conoció como “Kaiserliche Marine”, o Marina Imperial y nació con el intento del Kaiser Guillermo II de ganar en poder de flota al Imperio Británico.

En 1916, en los astilleros de Hamburgo, se estaban construyendo para aumentar esta flota, 6 submarinos de combate que irían numerados del U-60 al U-65,   y que debían entrar en combate en la 1ª Guerra Mundial. Fueron terminados en 1917, pero desde su construcción, uno de ellos, el U-65 comenzó a fraguar una leyenda negra a base de una cadena de extrañas e inexplicables muertes.

Uno de los operarios que lo construían fue golpeado con una viga destinada a la cubierta de eslora, y murió en 1916.

Pocos meses después, tras ser finalizado, el 26 de enero de 1917, fue trasladado a mar abierto para probarlo, tres tripulantes quedaron atrapados y murieron asfixiados en la sala de máquinas, al supuestamente atascarse la puerta, algo más que extraño, porque cuando los mecánicos acudieron a investigar, la puerta se abrió sin ninguna dificultad.

Días después, en unas maniobras conjuntas con otros dos submarinos del mismo tipo, ocurrió otro suceso extraño. El capitán ordenó a un marinero inspeccionar las escotillas y la cubierta antes de efectuar una inmersión. El mar estaba calmado y no soplaba brisa alguna, y el vigía aterrado, vio como el marinero tranquilamente, y sin mediar palabra,  comenzó a andar por la cubierta  y se lanzó al agua junto al remolino de las hélices.

Tras el shock, y de informar del “accidente”, el capitán continuó con las maniobras y mandó sumergirse la nave, pero el submarino no responde, y comienza a hundirse sin control hasta tocar fondo, donde continúa durante 12 horas. La tripulación aterrada y con el fantasma de la maldición por todo lo ocurrido en sus cabezas, tiene la certeza de que van a morir por falta de oxigeno, pero de la misma extraña manera que se hundió, sale solo a  flote cuando el aire casi se había agotado.

El submarino regresa al astillero para ser reparado del choque con el fondo. En el sistema de maquinarias no se detecta nada anormal, y en unos pocos días, el submarino es declarado valido para el servicio, pero en el proceso de armarlo de nuevo, un torpedo estalla al recibir un golpe, segando la vida de un oficial y 8 marineros.

La tripulación embarcó aterrada, y los  testimonios de marinos que veían al oficial muerto cruzado de brazos sobre la cubierta se dispararon. El temor era tal que al llegar a Dover, en pleno combate, la tripulación prefirió desembarcar bajo las bombas antes que seguir a bordo. Nada más pisar tierra, el capitán murió alcanzado por metralla.

Los marineros se negaron a volver a embarcar enfrentándose a un consejo de guerra, pues decían que aquel submarino estaba embrujado. Algo extraño debieron ver los altos mandos, pues a los pocos días enviaron un sacerdote para  que exorcizara la nave.

Pero la maldición o la mala suerte se quedaron a bordo. Esa misma noche, un artillero se desmayó al ver al oficial muerto de brazos cruzados de nuevo sobre cubierta, y por la mañana  un marinero apareció muerto tras suicidarse y en la sala de maquinas, un accidente rompió la pierna de otro marinero.

La leyenda negra del U-65 ya era conocida en toda la armada alemana y tuvo un fin igual de extraño que su misteriosa vida, ya que a tan solo 4 meses del fin de la guerra, un 18 de julio de 1918, y mientras estaba emergido, fue interceptado por el enemigo, un submarino americano llamado L-2 , cerca de Irlanda.

El capitán americano, antes de dar la orden de lanzar un torpedo, divisó algo extraño sobre cubierta, y en su transcripción declaró que era un hombre con los brazos cruzados, extrañamente similar al fantasma que varios marineros afirmaban haber visto.

Sin darlo importancia se decidió a dar la orden de “fuego”, pero sin llegar a hacerlo, el U-65 saltó por los aires. El capitán corrió a buscar al responsable de abrir fuego sin su orden, pero se comprobó que ningún torpedo había sido disparado, así que ni siquiera en su final el misterioso submarino parecía escapar al misterio.

El tema fue zanjado porla Marina Imperial que perdió 34 vidas con su explosión, pero meses después, al acabar la guerra, aparecieron testimonios de varios marinos que habían desertado del U-65 y que narraban como veían extrañas luces en el interior, otro incluso afirmó que una mano helada le había tocado la cara, y como la mayoría de la tripulación había solicitado traslado a otro submarino.

Tras el testimonio de varios marineros el periodista americano Edgar Cayce, destapó la investigación a la que se sumaron multitud de testimonios. Simultáneamente y para acallar los rumores, la marina emitió un informe alternativo con las misiones del submarino en el que se negaba todo. La mayoría de los movimientos del “nuevo” informe, nunca habían existido, a pesar de que admitían que “en algún momento el submarino había efectuado maniobras inexplicables que escapaban al control y conocimiento de sus experimentados tripulantes”.

Solo nos queda saber si en algún lugar del océano aún sigue el U-65 como nave fantasma y con su oficial de brazos cruzados sobre cubierta.

FUENTES: http://www.mundosgm.com

http://elhogardelassombras.blogspot.com

http://www.lo-inexplicable.com.ar

http://estacioninsolita.blogspot.com

TR3S LEYENDAS DE MÉXICO

El Charro Negro

Hace 60-70 años en toda la zona de Azcapotzalco era común que las personas que salían noche de trabajar, vieran  a lo lejos a un hombre vestido de Charro montando un caballo negro, en esa época aún no era raro ver a personas montando a caballo ni mucho menos vestidas de Charro, lo terrorífico de la historia era que supuestamente el Charro era el Diablo, y éste se la aparecía a las personas para ofrecerles monedas de oro a cambio de su alma, y que se reconocía a las personas que habían hechos tratos con él, porque cuando éstas fallecían, el Charro Negro se aparecía en el velorio, y cuando alguien le preguntaba la razón por la qué estaba en este lugar, él simplemente respondía vengo por mi paga, la cual se supone era el alma del difunto.

Las Brujas

Una de las leyendas de fantasmas de las que más se habla, es la de las brujas, las cuales se muestran a las personas como bolas de fuego o como una especie de gallina o guajolote negro, en la zona del DF en donde más relatos de estos seres hay, es en las partes boscosas de la ciudad; como Tlalpan y Milpa Alta, en donde hay cerros; como Iztapalapa y las zonas que colindan con la Sierra de Guadalupe, y en donde hay barrancas y cañadas; como Tacubaya y en algunas partes de las delegaciones Cuajimalpa y Magdalena Contreras. Se dice que estos seres se alimentan de la sangre de las personas de cualquier edad, pero que especialmente le gusta la de los niños, y que cuando se ve una bola de fuego o un guajolote negro sobre una casa o cerca de ésta, es porque allí hay un niño recién nacido y la bruja está esperando el momento en que pueda entrar para chuparse la sangre del infante, algunas personas que han tenido encuentro con estos seres, mencionan que si una bruja no puede entrar directamente a la casa a morder al bebe, también lo pueden hacer desenrollando su lengua, que es una especie de hilo con una punta muy filosa, y que ésta punta la usan para hacer una pequeña herida en la mollera del bebe y así poder tomar su sangre.

Los pasajeros

Una de las leyendas clásicas de de nuestra ciudad, es la de los fantasmas que se suben a los taxis. Platicando con algunos taxistas, éstos nos comentaron que las partes en donde más fantasmas les piden sus servicios, son la zonas de Azcapotzalco del Rosario, Clavería y Refinería, la parte de la Calzada de los Misterios que va de Circuito Interior a la Villa, la zona entre las estaciones de metro Tacuba y Panteones, la parte sur de  Insurgentes entre las estaciones de Metrobús de Ciudad Universitaria y Santa Ursula, Parte de la Zona de la Viga y la Central de Abastos y la parte  del Cerro de la Estrella. De acuerdo a lo que nos comentaron los taxistas, la mayoría de los fantasmas que se suben son mujeres jóvenes de al rededor de treinta años, después los fantasmas que más se suben son ancianas y por último hombres de entre 20 y 40 años. Lo curioso es que todos nos comentaron que la hora en que se suben estos fantasmas, es de entre las 12 y 3 de la mañana, todos usan ropa negra, nunca se suben en los asientos de adelante y que por alguna razón, a ninguno de ellos se les puede ver bien el rostro.

FUENTE: http://www.chilango.com/

El Amigo Imaginario

Una niña llega con su familia a su nuevo hogar, una gigantesca casa con un jardín enorme en el que hay una casita en el árbol. Pronto la niña se volverá más solitaria y sólo querrá pasar el día jugando con su amiga imaginaria…

Casandra era una tímida niña de seis años que prefería la compañía de sus muñecas a relacionarse con otros niños. Por este motivo no le resultó muy duro cambiar de casa y dejar atrás su antiguo barrio y colegio cuando sus padres decidieron mudarse.

Sus padres estaban preocupados por el cambio, pero sabían que con el tiempo acabaría disfrutando de su nuevo hogar. Una vieja mansión que tenía un gran jardín, con un columpio, un tobogán e incluso una pequeña casita de madera en el árbol.

La niña se acostumbró enseguida a su nuevo hogar. Pero tener tanto espacio para jugar la volvió incluso más retraída y solitaria. Casandra solía subir con sus muñecas a la casa del árbol y pasaba allí varias horas hablando sola, según ella con su amiga Ana. Los padres no le dieron mucha importancia pues sabían que a esa edad eran comunes los amigos imaginarios. Las vacaciones de verano pronto acabarían y con el nuevo curso escolar haría nuevos amigos en clase.

Los días pasaban y el comportamiento de la niña cada día era más extraño, casi no hablaba con sus padres y aprovechaba cualquier momento para “refugiarse” en su casita del árbol. Los padres podían escucharla hablar durante horas con su amiga Ana. Pero lo que más les preocupaba era que cada vez conciliaba peor el sueño, hablaba dormida y parecía sufrir pesadillas pues era habitual que entonara frases como “tengo frío”, “no puedo ver” o “ayúdame”. Una noche la madre sintió pasos en el pasillo, asustada avisó a su marido, quien salió a ver y se encontró a Casandra caminando sin rumbo, la niña parecía sonámbula y, cuando su padre la llamó, se despertó totalmente aturdida y sin saber qué hacía de pie fuera de su habitación.

Cada vez las incursiones nocturnas de Casandra eran más atrevidas y se alejaba más de su cuarto. Sus padres tenían miedo de que la niña saliera a la calle, sola y por la noche. Así que decidieron llevarla a una clínica del sueño en la que podrían “monitorear” sus hábitos de sueño para tratar su sonambulismo. Pero tras pasar dos noches no se detectó nada extraño, de hecho en ambas ocasiones Casandra durmió plácidamente toda la noche. El psicólogo tampoco ayudó mucho, únicamente les confirmó lo que ellos ya sabían, que tenía una amiga imaginaria que se llamaba Ana y que tenía su misma edad. El psicólogo le restó importancia al hecho y les dijo que era relativamente frecuente , y más teniendo en cuenta que la niña prácticamente no tenía amistades. Les recomendó que pasaran más tiempo con ella y que trataran de relacionarla con más niños de su edad para que Casandra fuera, poco a poco, olvidando a Ana y centrándose en sus amistades reales.

Los padres siguieron al pie de la letra las indicaciones del psicólogo, pasaban cada vez más tiempo con ella y la dejaban poco tiempo libre para que fuera a “charlar” con Ana en su casa del árbol. Pero eso no hizo más que empeorar su ataque de sonambulismo, parecía como si el tiempo que ya no pasaba con su amiga imaginaria por el día lo compensara por la noche. Sus sueños parecían cada vez más vívidos y en un par de ocasiones el padre la encontró a punto de salir al jardín. La niña cada vez parecía más agotada y con el cansancio acumulado era como si cada noche perdiera más el control y pasara más tiempo sonámbula.

Una noche el padre sintió como alguien bajaba la escalera, al ver a su hija en la puerta de casa un frío le recorrió la espalda. Al contrario que en otras ocasiones, cuando llamó a Casandra la niña pareció ignorarle y solamente le dedicó una mirada fugaz antes de abrir la puerta y salir al jardín. Los ojos de su hija parecían otros, era como si no la reconociera. Asustado, bajó las escaleras y salió corriendo detrás de ella mientras la niña avanzaba en dirección a la casita del árbol; cuando estaba a pocos metros del lugar, la niña se agachó mientras balbuceaba algo que su padre no podía entender.

Casandra comenzó a escavar el suelo con sus manos, su padre al llegar a su lado la escuchó decir “tengo que salir”, “aquí hace mucho frío”. Su padre la abrazó y sintió que su hija estaba congelada, era como si no respondiera y luchaba por seguir cavando, sus pequeños dedos estaban ensangrentados por arañar la tierra y golpearse con las piedras que había en el suelo. Se había roto un par de uñas y aún así parecía no despertarse. El padre no sabía qué hacer mientras la niña pataleaba y le pedía que la soltara y la dejara continuar.

De repente, como si se le encendiera una luz en la cabeza, el padre dejó de llamarla por su nombre y la llamó “Ana”, en ese momento la niña se giró y dejó de luchar mientras se le quedó mirando.

– Ana, ¿eres tú?. – dijo el padre.

La niña le miró fijamente con unos ojitos que imploraban que la ayudasen, un par de segundos después se desmayó, al instante abrió nuevamente los ojos y esta vez Casandra con su propio cuerpo miró asustada en todas direcciones como intentando comprender dónde estaba y por qué le dolían tanto las manos. Su padre la llevó dentro de casa, donde su madre se quedó limpiando sus heridas, el daño no era tanto como parecía en la oscuridad de la noche, pero el padre sabía que tenía un asunto pendiente en el jardín, así que mientras su hija se reponía con su mujer, bajó con una linterna y una pala.

Al llegar al mismo lugar donde Casandra había escavado, volvió a sentir un escalofrío. Pero no era momento de tener miedo, empezaba a intuir el motivo por el que su hija no podía descansar por las noches y quería acabar de una vez por todas con el problema. Clavó una y otras vez la pala, hasta que pudo ver algo que le llamó la atención. Una pequeña manita huesuda apareció bajo la tierra. Era tan pequeña como la de su hija y al verla sintió una tristeza tan profunda que se puso a llorar. El padre entre llantos entró a su casa y le pidió a su mujer que no saliera al jardín bajo ningún concepto mientras él realizaba una llamada.

Menos de veinte minutos después un coche de policía y un forense llegaron para levantar el cadáver de una niña de unos seis años. Investigaciones posteriores demostraron que se trataba de Ana, una niña que había desaparecido hace un par de años en uno de los pueblos cercanos. La niña al parecer había sido asesinada, pues su cadáver mostraba signos de violencia. El anterior propietario de la casa la había enterrado en su jardín, sabiendo que nadie podría investigar en una propiedad privada sin una orden judicial.

Ana nunca más se comunicó con Casandra; parece que, al desvelarse su asesinato y detenerse a su asesino, por fin pudo descansar. Pero Casandra siempre guardaría el escalofriante recuerdo de cuando hablaba con un espíritu que no podía descansar.

Los amigos imaginarios son personajes ficticios que algunos niños crean y a los que suelen asignar un papel tutelar o lúdico.

Los amigos imaginarios pueden acompañar al niño hasta el inicio de la infancia y en ocasiones, hasta la adolescencia.Y hay casos en la adultez

Pueden llegar a desarrollar complejos comportamientos y personalidades. Aunque puedan parecerle muy reales a sus creadores, estudios han revelado que algunos niños son capaces de entender la irrealidad de sus compañeros. Así, algunos los consideran una presencia física indistinguible del resto de personas, mientras que otros dicen verlos únicamente en sus cabezas. De acuerdo con algunas teorías psicológicas, entender las conversaciones que el niño pueda tener con su amigo imaginario puede ser sumamente revelador sobre los miedos, aspiraciones, ansiedades o influencias del niño.

Cuando los niños se adentran en este mundo de fantasía e imaginación, los padres solo tendrán razones para preocuparse si su hijo se aferra al amigo imaginario a tal punto que lo impida cumplir con sus tareas y compromisos cotidianos, o que vean que su hijo ya no desea tener amigos reales para jugar y relacionarse. Además, si notan que el hijo se ha vuelto retraído o ha adquirido comportamiento agresivo a causa de un amigo imaginario violento, deberán buscar ayuda y apoyo de un especialista. Situaciones como esas podrían generar otros problemas. Por lo demás, no existen razones para alarmarse. El niño no sufre problemas mentales, ni vive situaciones sobrenaturales. El niño está sano. Del mismo modo en que llegan los amigos imaginarios, se van y desaparecen con el tiempo. Es una etapa que suele finalizar alrededor de los 11 años de edad, cuando el niño tenga muy desarrolladas las funciones del lenguaje, de la lógica, memoria e inteligencia.

Se han hecho muchas observaciones al fenómeno del amigo imaginario. Algunos dicen que los hijos únicos, que solamente conviven con adultos, son los más propensos a tener amigos imaginarios, y los utilizan para llenar esta carencia social. Otros afirman que el fenómeno se da normalmente en los niños más sensibles, con mayor imaginación y fantasía. Y hay los que dicen que los niños que en la infancia tiene amigos imaginarios, podrán convertirse en artistas en la edad adulta. Cada niño es un mundo, y habría que vivirlo para saberlo.

Este fenómeno suele darse también durante la adolescencia temprana, en jovenes que sufren rechazo o discriminación por parte de sus iguales, como un modo de disminuir el malestar provocado por esta situación y el sentimiento de soledad.

FUENTES: http://www.leyendas-urbanas.com/  http://es.wikipedia.org/

El revisor fantasma y la tragedia del Expreso 421

El 3 de  enero de 1944 se produjo en León, España, uno de los mayores accidentes ferroviarios de la historia. En el interior de un túnel, colisionaron un tren correo, una locomotora en maniobras y un tren de mercancías. Un terrible desastre que se sale de lo normal porque tres días antes un extraño revisor, al que nadie conocía y que ningún testigo pudo ver bien su rostro,  anunció la tragedia.

El 2 de enero de 1944 por la tarde-noche, el tren expreso correo 421, una locomotora americana con otra locomotora auxiliar y 12 vagones,  salió de Madrid con destino a La Coruña repleto de gente que retornaba a sus hogares tras las fiestas navideñas y muchos militares que regresaban de permiso. No hay número exacto, pero el número se estima entre 800 y 1.000 personas.

Al día siguiente, a mediodía,  llegaba a Astorga, León, con dos horas de retraso. Llevaba dos locomotoras porque la principal no bastaba para frenar bien el largo convoy , pero algo no iba bien , y en la estación y durante unos 10 minutos se revisaron las dos locomotoras, la auxiliar tenía una avería, que no la permitía continuar, todo un problema, ya que el correo debía llegar y el retraso ya era notable, así que se desenganchó la locomotora auxiliar y el convoy emprendió la marcha de nuevo con una sola locomotora, a pesar de las advertencias del maquinista titular Julio Fernández.

Pero al bajar el puerto, el tren comenzó a ganar velocidad de manera alarmante. Se saltó la estación de Albares de la Granja, incapaz de frenara, ante el estupor de los que esperaban en el andén y que describieron el tren como “un caballo desbocado”, y el terror de los que estaban dentro de él. Eran las 13:10 y el tren debía para de nuevo en otra estación a 5 km, en Torre del Bierzo, así que el jefe de estación de Albares llamó por teléfono avisando a Torre. El responsable de Torre ordenó poner travesaños para frenar el ten, pero este iba tan rápido que no les dio tiempo y pasó ante ellos directo a la entrada del túnel número 20, donde unos operarios trabajaban con una locomotora tranquilamente, ajenos a lo que se les venía encima.

El convoy y la locomotora chocaron, y los operarios salieron despedidos, pero a pesar de eso, solo había algunos heridos y el expreso 421 había quedado encajonado en el interior del túnel. Tras el pánico inicial, la gente comenzó a reponerse sin saber que lo peor estaba por llegar.

El impacto había dañado las señales que debían avisar del bloqueo de la vida, y al ver la vía libre, el tren de mercancías 7742, de 27 vagones, se dirigía a toda máquina hacia el túnel 20 sin saber lo que esperaba en el interior.

El impacto fue brutal, y los vagones llenos de personas del interior del túnel se convirtieron en un infierno de fuego debido al choque y al fuego de las calderas, quemando vivos a los pasajeros y haciendo que las armas de los soldados se disparasen por el fuego en una escena dantesca. Otros testigos también afirmaron que no solo se dispararon por accidente, y es que muchos pasajeros al verse rodeados de llamas prefirieron quitarse la vida.

RENFE admitió 78 muertos y 75 heridos inicialmente, pero el goteo de cuerpos y restos  carbonizados era incesante. El régimen franquista trató de maquillar el suceso y solo admitió unos 200 muertos, pero se estima que las victimas fueron entre 600 y 800, de hecho este accidente apareció muchos años en el libro Guiness de los récords como el accidente ferroviario con mayor número de muertos de la historia.

Pero es a partir de este terrible suceso cuando empieza la parte extraña de la historia, y es que 3 días antes, un hecho misterioso del que aún no hay explicación,

Pablo Herrero, un ciudadano muy respetado de la localidad de Astorga, el 9 de Enero fue a la guardia civil y declaró que el 31 de diciembre, 3 días antes de la tragedia, se montó en ese mismo tren  en la estación de Valladolid, y allí se subió un extraño revisor con su capote ferroviario y una cesta en la mano,  se colocó delante de los pasajeros y les dijo sin más ,que se había producido un accidente muy grave en los túneles de Torre del Bierzo y había muerto mucha gente que se dirigía a Galicia. Tras decir esto, dio media vuelta y se bajó del tren. Nadie lo volvió a ver por el andén, y los responsables de la estación no supieron decir que extraño personaje había anunciado el desastre 3 días antes.

El túnel numero 20, escenario de la tragedia, fue demolido en 1987, y a día de hoy aún se sigue especulando con la identidad de ese revisor,¿ un fantasma?, ¿un viajero en el tiempo?, ¿un visionario?. Seguramente nunca lo sabremos.

VIDEO

FUENTE: http://enigmasylugaresmisteriosos.blogspot.com/

http://www.el-bierzo.com

http://almadeherrero.blogspot.com

http://labitacoradelmiedo.wordpress.com

El peso exacto del alma

Desde hace miles de años la creencia en la existencia física de eso llamado “alma” respira y se agita acaloradamente, pese a que, como todo el mundo sabe, no puede ser vista, tocada, oída o siquiera degustada. Platón, que prefería siempre las cosas que venían en paquetes tripartitos, rezongaba diciendo que el alma era la idea eterna que estaba formada por tres partes (una mental, una emocional y otra espiritual) y que, al morir, cada una tomaba su camino y el alma espiritual regresaba a la “dimensión luminosa” de donde –a su entender– procedían todas las almas

Aristóteles extendió la noción y se despachó diciendo que todos los seres vivos tienen en sí un principio vital o alma –mortal– que regula todas sus funciones vitales, y que muere junto a él (las plantas tienen un alma vegetativa; los animales, un alma sensitiva; y los seres humanos, un alma racional).

Y las firmas siguen: Hesíodo dice: “es un aliento que mantiene la vida del cuerpo inanimado y que lo abandona cuando el ser humano muere o está moribundo o desmayado); Hegel :“la manifestación sensorial inferior del espíritu en su nexo con la materia”).

Pero todo siempre fue mero discurso y ahí se quedaba. Nada de experimentación, medición ni observación. Hasta que recién en 1907 el médico estadounidense Duncan Mac Dougall (de Haverhill, Massachusetts) osó hacer lo que ni a Platón ni a Aristóteles se les había ocurrido: pesar –literalmente– un alma. Decididamente, lo primero que hizo fue comprar una “cama-balanza” que –según lo engatusó el vendedor– era sensible al peso de un pelo. Así, la armó y la arrinconó cerca de la ventana de su oficina. Lo que le faltaba entonces eran candidatos que dejaran pesar su yo interior más íntimo. Nadie sabe cómo, pero para febrero de ese año había reclutado a seis moribundos (cuatro de tuberculosis, uno de diabetes y el sexto de causas no especificadas). Y así fue: los observó antes, durante y después del proceso de muerte y midió puntillosamente cada cambio de peso. El resultado parecía coincidir en cada caso: exactamente, 21,262142347500003 gramos era la diferencia entre el peso del cuerpo viviente y del cadáver. O dicho en otras palabras, que el alma no sólo existía, tenía masa, sobre ella también actuaba la gravedad y pesaba lo mismo que una moneda de cinco centavos, una barrita de chocolate, una rebanada de jamón o un colibrí.

Mac Dougall estaba tan entusiasmado con todo el asunto de jugar a la balanza que repitió el experimento con 15 perros que, luego de muertos, no registraron la sustracción de los famosos 21 gramos (para el médico todo cuadraba: sin dudas, ésta era la prueba por excelencia de que los únicos que gozaban de alma eran los seres humanos).

Como un reguero de pólvora, la noticia se filtró y apareció el 11 de marzo de 1907 en la página 5 del New York Times (bajo el título, “Soul Has Weight, Physician Thinks”) antes de que la revista American Medicine aceptara publicar el estudio de Mac Dougall en su número de abril de ese año (el trabajo se llamó “Hypothesis concerning soul substance together with experimental evidence of the existence of such substance”).

Lo curioso es que la “evidencia experimental” consistió en sólo 6 pacientes (una muestra demasiado pequeña), sin hablar del hecho de que Mac Dougall –que murió sin pena ni gloria en 1920– nunca precisó a qué se refería con “muerte” (si muerte cerebral, muerte celular, muerte legal, etc.) o si los famosos 21 gramos no se relacionaban, en verdad, con el sudor, el cese de la respiración, la coagulación de la sangre, el vaciamiento de los pulmones o, lisa y llanamente, que la cama-balanza andaba mal.

Después en el año 52 el científico Francis Crick y James Watson descubrieron que al fallecer ciertas estructuras cerebrales desaparecían al morir y el peso de estas oscilan entre los 21 g, se supone que esta zona que se pierde se le denominó conciencia -alma… ya que esta zona del cerebro es la que domina esas acciones de la conducta humana.

FUENTE: http://misterios.co/

Los niños llorones. Los cuadros malditos de Bruno Amadio.

Bruno Amadio, un pintor que pasó sus días con más pena que gloria y al que le ha sobrevivido una leyenda negra y oscura. Su colección “Los niños llorones”, dicen que está maldita, que sus cuadros son una puerta para pactar con el diablo y que terribles desdichas recaen en todos aquellos que se atreven a colgar uno de esos óleos en las paredes de su hogar.

Poco se sabe de éste personaje y los datos que se pueden encontrar son más que confusos. Amadio nació a principios del siglo pasado en Venecia, fue fascista y conservador y, cómo no, un fiel seguidor de Mussolini. Se cuenta que participó en la II Guerra mundial y que fue en ésta donde comenzó a pintar los cuadros malditos, la serie a la que llamó “Los niños llorones”.

En dichos cuadros, Giovanni Bragolin, pues con este nombre firmaba sus trabajos, pretendía mostrar el horror de la guerra en las lágrimas de esos niños desdichados y huérfanos, símbolo más que gráfico de las desgracias que dejaba el conflicto bélico allí por donde pasaba.

Cuenta la historia que Bruno Amadio pintó un total de 27 cuadros en esta serie y que todos los niños vivían en orfanatos o casas de beneficiencia.

Al finalizar la guerra, Amadio se traslada a vivir a España; primero a Sevilla, donde pasa varios años de su vida y más tarde a Madrid, donde se le pierde totalmente el rastro.

La leyenda negra

Al igual que su vida, la leyenda que le acompaña también tiene un origen incierto. Según cuenta la versión más extendida, Bruno Amadio, harto de ser un pintor de tres al cuarto, pactó con el diablo para poder tener la fama y el reconocimiento que se merecía. (No se sabe a qué precio). La cuestión es que, de la noche a la mañana, sus cuadros se hicieron muy populares y a mediados de siglo eran un tesoro preciado del que se hacían cientos de reproducciones todos los años. A más de uno les sonarán las caras de estos niños pues más de una de nuestras abuelas seguro que lució una de estas copias en el salón. En algún lugar debió de ocurrir un incendio en el que lo único que se salvó fue el cuadro del niño llorón y aquí fue donde se desencadenó la leyenda que conocemos hoy en día. Las casas donde se cuelga uno de estos originales arden en llamas y son fuente de misteriosos poltergueist y fenómenos extraños.

En una de las versiones de la leyenda urbana se cuenta que el primer cuadro que pintó Bruno, se quedó en el mismo orfanato de dónde era el niño retratado y que dicho orfanato ardió hasta los cimientos a los pocos días, todos murieron abrasados, incluso el propio niño que fue pintado por Amadio en el cuadro que, misteriosamente, fue el único objeto que no fue pasto de las llamas. De esto modo, el espíritu del niño quedó atrapado de algún modo en el lienzo que arrastraría la terrible maldición por el resto de los días. Personalmente, ésta versión que ronda por la red me parece una invención folklórica, pues ya se sabe lo que pasa con este tipo de leyendas en las que los dimes y diretes las van redondeando para rodearlas del entorno más macabro posible.

En fin, al final de los años setenta la leyenda se extendió como la pólvora y los testimonios sobre la mala suerte de todos aquellos que poseían uno de los cuadros de la colección se multiplicaban por momentos. Nadie quería tener uno de estos cuadros en su casa y las copias dejaron de realizarse por falta de pedidos, “por si acaso”, todos fueron descolgando sus cuadros y arrinconándolos en los desvanes si no deshaciéndose de ellos lo más rápido posible.

Cuentan, que en determinadas fechas, si uno se ponía delante del niño llorón podía pactar con el diablo, y éste te podía mirar directamente a los ojos a través de los enrojecidas y llorosa mirada del niño.

Hoy en día todavía quedan muchos de sus cuadros en circulación, y todavía son muchos los que aseguran que en sus hogares suceden hechos extraños. ¿Leyenda urbana? ¿Cuentos de viejas? Para comprobarlo tan solo hay que comprar uno de estos cuadros y colgarlo durante una temporada sobre la cabecera de sus camas. Eso sí… tengan un extintor bajo la almohada.

Este quizá sea uno de los más famosos, pues se dice que al girarlo se ve a un pez devorando al niño.

FUENTES: http://misterios.co/  Tejiendo el Mundo.

Screaming Tunnel, o el túnel de los gritos.

Cerca de las célebres cataratas del Niágara, se encuentra un pequeño túnel al que la población local llama “screaming túnel”, o túnel de los gritos. ¿La razón?, si dentro del túnel encendemos una cerilla notaremos una presencia y escucharemos un grito desgarrador. Ánimo, sacad el fósforo.

Este peculiar lugar se encuentra en Warner Road, y es el paso peatonal bajo la línea de tren que enlaza Toronto y Nueva York muy cerca de las famosas cataratas del Niagara, y según la leyenda local,  si uno enciende una cerilla en medio del túnel, se escucha de pronto un grito aterrador y estridente y casi inmediatamente, de la nada, una brisa, como si alguien soplara para intentar apagar el fuego, aparece de repente.

El origen de tan peculiar leyenda afirmada por los nativos tiene su origen más de un siglo atrás, cuando una granja colindante al túnel se incendió, y una niña envuelta en llamas corrió tratando de apagar las llamas, pero cayó muerta justo en medio del túnel.

Esta es la leyenda original, pero existen dos variantes, la primera, que la niña fue quemada por su propio padre cuando se enteró que su mujer pretendía quitarle la custodia legal de esta. Y la segunda, es que esa niña fue violada en el interior del tunerl y luego quemaron su cuerpo para evitar dejar rastro.

Sea como fuere el origen de estas leyendas, el hecho es que con el paso de las generaciones se ha ido desvirtuando, aunque lo que parece cierto es que alguien murió quemado en el interior de tan tenebroso túnel.

El túnel en si es espeluznante, e incluso en un día claro y de buen tiempo, es frecuente encontrar niebla y frías corrientes de aire en su  oscuro interior.

La gente que entra, incluso la más escéptica en temas paranormales, afirma que en su interior hay algo negativo que puede sentirse, y eso junto con los casos de personas que dicen haber escuchado ese grito al hacer la prueba de encender un fósforo en su interior, hace que sea uno de los lugares más visitados aprovechando la visita a las cataratas.

El túnel se utilizó como escenario natural de la  la película de 1983, “La zona muerta”, basada en un relato de Stephen King, con Christopher Walken y sigue atrayendo a visitantes, muchos de ellos acaban dando testimonio de la veracidad de la leyenda.

Fuentes:

http://explorationproject.blogspot.com

http://cronicasmundosocultos.blogspot.com

http://www.flickr.com

http://www.global-traveler.info

http://misterios.co/

LA MISTERIOSA CAVERNA DE LOS GIGANTES PELIRROJOS

Muchas tribus nativas del noreste y el suroeste todavía relatan leyendas de los gigantes de pelo rojo y de cómo sus antepasados lucharon prolongadas y terribles guerras contra los gigantes al encontrárselos por primera vez en América del Norte hace casi 15.000 años.

Otros, como los aztecas y los mayas registran sus encuentros con una raza de gigantes hacia el norte cuando se aventuraron a salir en expediciones de exploración.

¿Quiénes eran estos gigantes de pelo rojo que los libros de historia han pasado por alto? Sus lugares de enterramiento y restos han sido descubiertos en casi todos los continentes.
En los Estados Unidos han sido desenterrados en Virginia y en el estado de Nueva York, Michigan, Illinois y Tennessee, Arizona, y Nevada.

Y es en el estado de Nevada que la historia de las guerras de los nativos Paiute contra los hombres gigantes pelirrojos pasó de ser un mito local a una realidad científica en 1924, cuando fueron excavadas las Cuevas Lovelock.
Hubo un tiempo en que la cueva de Lovelock (Lovelock Cave) fue conocida como la cueva Herradura, debido a su interior en forma de U.
La caverna – situada a unos 20 kilómetros al sur de la moderna ciudad de Lovelock, Nevada, es de aproximadamente 40 pies de profundidad y 60 pies de ancho. (Lea «Lovelock, Nevada – An Explanation»)
Es una cueva muy antigua que pre-data a los humanos en este continente. En tiempos prehistóricos estaba debajo de un gigantesco lago interior llamado Lahontan que cubría la mayor parte del oeste de Nevada.
Los geólogos han determinado que la caverna fue formada por las corrientes del lago y la acción del oleaje.

La leyenda de los feroces gigantes
Los Paiutes, una tribu de indios norteamericanos originaria de partes de Nevada, Utah y Arizona, le contaron a los primeros colonos blancos sobre las batallas de sus ancestros con una feroz raza de gigantes blancos, de pelo rojo. Según los Paiutes, los gigantes ya estaban viviendo en el área.
Los Paiutes llamaron a los gigantes «Si-Te-Cah», que literalmente significa «comedores de tule.» El tule es una planta de agua, fibrosa de la que los gigantes tejían balsas para escapar de los continuos ataques de los Paiutes. Ellos utilizaban las balsas para navegar a través de lo que quedaba del lago Lahontan.
Según los Paiutes, los gigantes de pelo rojo eran tan altos como de 12 pies y eran un pueblo cruel, inaccesible que mataba y se comía a los Paiutes capturados como alimento. Los Paiutes le contaron a los primeros colonos que después de muchos años de guerras, todas las tribus en el área finalmente se unieron para deshacerse de los gigantes.

Un día, mientras que perseguían a los pocos enemigos de pelo rojo restantes, los gigantes, escapándose se refugiaron en una cueva. Los guerreros tribales exigieron a su enemigo que saliera y luchara, pero los gigantes se negaron rotundamente a abandonar su santuario.
Frustrados por no derrotar a su enemigo con honor, los jefes tribales hicieron que los guerreros luego le prendieron fuego a la entrada de la caverna con un cepillo, en un intento para forzar a los gigantes a salir de la cueva.
Los pocos que salieron fueron muertos instantáneamente con andanadas de flechas. Los gigantes que se mantuvieron dentro de la caverna fueron asfixiados.
Más tarde, un terremoto sacudió la región y la entrada de la cueva colapsó dejando solamente espacio suficiente para que entraran los murciélagos de hicieran de ella su hogar.

La excavación
Miles de años después, la cueva fue re-descubierta y se encontró que estaba llena con guano de murciélago de casi 6 pies de profundidad. El guano de murciélago en descomposición se convierte en salitre, el principal ingrediente de la pólvora, y era muy valioso.
Por lo tanto, en 1911, fue creada específicamente una empresa para la explotación del guano. Al progresar la operación minera, se fueron encontrando esqueletos y fósiles.
El guano se extrajo casi 13 años antes de que los arqueólogos fueran notificados acerca de los hallazgos. Desafortunadamente, para entonces muchos de los artefactos habían sido accidentalmente destruidos o simplemente desechados.
Sin embargo, lo que los investigadores científicos pudieron recuperar fue asombroso:
Más de 10.000 artefactos fueron desenterrados, incluyendo los restos momificados de dos gigantes de pelo rojo – una hembra de 6,5 metros de alto, un hombre de más de 8 pies de altura.
Muchos de los artefactos (pero no los gigantes) pueden verse en el pequeño museo de historia natural localizado en Winnemucca, Nevada.

La confirmación del mito
A medida que la excavación de la cueva progresaba, los arqueólogos llegaron a la ineludible conclusión que el mito Paiutes no era ningún mito, sino que era verdad.
Lo que los condujo a darse cuenta fue el descubrimiento de muchas flechas rotas que habían sido disparadas a la cueva y una capa oscura de material quemado debajo de las secciones del guano superpuesto.
Entre los miles de artefactos recuperados de este sitio de un pueblo desconocido es lo que algunos científicos están convencidos es un calendario: una piedra con forma de rosquilla con exactamente 365 muescas talladas a lo largo de su borde exterior y 52 muescas correspondientes a lo largo del interior.
Pero eso no iba a ser el capítulo final de los gigantes de pelo rojo en Nevada.
En febrero y junio de 1931, dos esqueletos de gran tamaño fueron encontrados en el lecho del lago seco de Humboldt, cerca de Lovelock, Nevada.
Uno de los esqueletos midiendo 8,5 metros de altura y fue más tarde descrito como habiendo sido envuelto en una tela cubierta de goma, similar a las momias egipcias. La otra medía cerca de 10 pies de largo. [Revista Nevada Review-Miner, 19 de junio de 1931.]
FUENTE: http://conspiraciones1040.blogspot.com/

El Instituto Smithsonian admite haber destruido miles de esqueletos de humanos gigantes a principios del 1900

Un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos ha obligado al Instituto Smithsonian liberar los documentos clasificados que datan de la década de 1900 que demuestra que la organización participó en un importante encubrimiento histórico de evidencia que mostraban restos de gigantes humanos en decenas de miles que habían sido descubiertas en todo Estados Unidos y recibieron la orden de ser destruidos por los administradores de alto nivel para proteger la cronología convencional de la evolución humana en el momento.

Las acusaciones se derivan de la Institución Americana de la Arqueología Alternativa (AIAA) que el Instituto Smithsonian había destruido miles de restos de humano gigantes durante los primeros años de 1900. No fue tomada a la ligera por el Smithsonian que respondieron demandando a la organización por difamación y tratando de dañar la reputación de la institución de 168 años de antigüedad.

Durante el juicio, nuevos elementos se sacaron a la luz mientras varios denunciantes del Smithsonian admitieron la existencia de documentos que supuestamente demostraban la destrucción de decenas de miles de esqueletos humanos que alcanzaban entre los 2 metros a 4 metros de altura, “una real arqueología del mainstream no puede admitirlo por diferentes razones”, afirma el portavoz de la AIAA, James Churward.

El punto de inflexión de la causa judicial fue cuando un fémur de un humano de 1,3 metros de largo se mostró como prueba en los tribunales mostrando la existencia de tales huesos de humanos gigantes. La evidencia fue un duro golpe para los abogados del Smithsonian ya que el hueso había sido robado del propio Smithsonian por uno de sus comisarios de alto nivel a mediados de 1930 que había mantenido el hueso durante toda su vida y que había admitido en su lecho de muerte por escrito de las operaciones encubiertas del Smithsonian.

Un fémur de un humano gigante descubierto en Ohio en 2011 por la Asociación Americana de la Arqueología Alternativa, similar a la evidencia presentada en la corte.
“Es una cosa terrible lo que se está haciendo al pueblo estadounidense”, escribió en la carta. “Estamos escondiendo la verdad acerca de los antepasados de la humanidad, nuestros antepasados, los gigantes que poblaban la Tierra como se recuerda en la Biblia y los textos antiguos del mundo”.
La Corte Suprema de los Estados Unidos ha obligado a la Institución Smithsonian, a publicar la información clasificada sobre cualquier cosa relacionada con la “destrucción de pruebas relacionadas con la cultura de constructores de montículos” y elementos “en relación con los esqueletos humanos de mayor altura de lo habitual”.
“La publicación de estos documentos ayudará a los arqueólogos e historiadores a re-evaluar las teorías actuales sobre la evolución humana y nos ayudan a una mayor comprensión de la cultura de los constructores de montículos en América y alrededor del mundo”, explica el director AIAA, Hans Guttenberg.
“Finalmente, después de más de un siglo de mentiras, la verdad acerca de nuestros antepasados gigantes se revelara al mundo”, reconoce, visiblemente satisfecho por la decisión de la corte.

Los documentos se han programado para ser publicados en el 2015 y la operación será coordinada por una organización científica independiente para asegurar la neutralidad política.
Existen descubrimientos que, por motivos no del todo claras, se almacenan en el olvido del conocimiento humano. Estos hallazgos pueden arrojar luz sobre el pasado lejano de la humanidad, sin embargo, están envuelta en niebla y con muchas líneas de tiempo contradictorias.
La siguiente historia parece añadir un elemento importante a la teoría de que, en un tiempo remoto, una raza de hombres gigantes habitaban el planeta Tierra. Una peculiar historia que se produjo hace un siglo, una historia que por un lado confirma la existencia de gigantes y, por otro lado, podría erosionar el sentimiento de muchos, según la cual existiría una arqueología prohibida el cual archivo el incómodo descubrimiento que podría revelar a la humanidad la verdadera historia de su evolución.
En mayo de 1912 un equipo de arqueólogos del Beloit College en los EE.UU., en una excavación realizada en el lago Delavan en Wisconsin, trajo a la vida a más de doscientos montículos efigies que fueron considerados – como un ejemplo clásico de la cultura Woodland, una cultura que se cree prehistórico americano que se remonta al primer milenio antes de Cristo.

Pero lo que sorprendió a algunos los investigadores fue el descubrimiento de 18 esqueletos de tamaño enorme y cráneos alargados, descubríeron que no encajaba en absoluto con las nociones clásicas que figuran en los libros de texto. Los esqueletos eran realmente enorme y, aunque tenían rasgos humanos, no podían pertenecer a los seres humanos normales.
La noticia tuvo un gran eco y causo un gran revuelo, tanto es así que el New York Times informó de la noticia en sus páginas. Tal vez, en esos días, había mas libertad y menos miedo de los descubrimientos que pueden cambiar las creencias científicas bien establecidas basadas únicamente en teorías. Así escribe el columnista del artículo del New York Times publicado 04 de mayo 1912.
“El descubrimiento de varios esqueletos humanos mientras se escavaba una colina en el Lago Delevan indica que una raza de hombres hasta ahora desconocida una vez habito en el sur de Wisconsin. [ … ]. Las cabezas, presumiblemente de estos hombres, son mucho más grandes que las cabezas de cualquier raza que habita America hoy en día.
El cráneo parece estirarse hacia atras inmediatamente encima de las cuencas de los ojos y los huesos de la nariz sobresale muy por encima de los pómulos. Las mandíbulas parecen ser largo y puntiagudos [ … ].”
– New York Times, 1912.
La descripción de los cráneos proporcionadas por el New York Times, recuerda mucho a la forma de los esqueletos que pertenecen a la recientemente descubierta en un antiguo enterramiento en México con la diferencia que aquí estamos tratando con individuos más altos de tres metros . ¿Quiénes eran ellos, y por qué no hay ni rastro en la historia oficial que nos enseñaron en la escuela?
¿Estos gigantes humanos vivieron en nuestro planeta, y en cualquier caso, pertenecen a la raza humana? ¿Esto puede ser un antiguo asentamiento de los antiguos humanos, sobrevivientes de la tragedia de la Atlántida? ¿O, fueron seres de otros mundos que corrobora la teoría de los antiguos astronautas? Es difícil de decir.

Varios hallazgos de una raza de gigantes fueron reportados en América del Norte. Ellos parecen haber sido de características enormes, pelirrojos, y a menudo han tenido cráneos alargados, tal vez incluso cuernos.
 
150 años de descubrimientos
Estos esqueletos de los gigantes del Lago Delevan no eran una novedad en la arqueología americana. Urgando en las barras laterales de los periódicos locales, parece que el hallazgo de Wisconsin es sólo uno de docenas de hallazgos similares reportados por los periódicos locales. El primer archivo de noticias se remonta a 1856 reportados en un artículo de fecha 21 de noviembre del mismo New York Times.
“Hace un par de días, algunos trabajadores han descubierto en el sótano del viñedo Wickan del sheriff, en el este de Wheeling, Illinois, un esqueleto humano. Algo en ruinas, era difícil identificar la posición de los huesos, que parecen tener la longitud del cuerpo humano normal en su posición original. Lo que más impresionó al sheriff y a los trabajadores eran del tamaño del esqueleto, que asciende a unos once pies (tres metros y medio)! Tenía la mandíbula y los dientes casi tan grandes como los de un caballo.”
– New York Times, 1856.
12 años más tarde, en 1868, el día de Navidad, el NYT da otra noticia de gigantes. Algunos trabajadores de la compañía Sank Rapid Water Power se dedicaban a las excavaciones para la construcción de una presa para la creación de energía hidroeléctrica a lo largo del río Mississippi. Durante el trabajo, los trabajadores desenterraron los restos de un esqueleto humano incrustado en una gigantesca roca de granito.
“La tumba era de unos 3.6 metros de largo, 1.2 metros de ancho y 1 metros de profundidad. Los restos del humano gigante estan completamente petrificado. La cabeza es masiva, las medidas de 80 centimetros de circunferencia, pero con una frente muy baja, y muy plana en la parte superior. La altura total del misterioso individuo es de igual a unos 3 metros con 40 centímetros”.
– New York Times, 1868.
El 8 de septiembre de 1871, el New York Times informa la noticia de otros esqueletos gigantes descubiertos durante los trabajos de excavación en Petersburg, Virginia.
“Los trabajadores que participan en los trabajos de la vía férrea, se encontraron con una tumba que contenía los esqueletos de los que se cree fueron los nativos americanos de una época pasada y una raza humana perdida y olvidada. Los cuerpos exhumados eran de formación extraña y notable. [ … ] . El fémur es mucho más largo que el de los individuos humanos normales, la estatura del cuerpo que es, probablemente, tan grande como 2.5 metros y 3 metros”.
– New York Times, 1871.
El 10 de agosto de 1880, el artículo del NYT menciona la información del Harrisburg (Penn) Telegraph, en el que muestra un extracto de un informe preparado el 24 de mayo 1798 por el juez Atlee siguendo un extraño descubrimiento.
“… estando en Hanover en compañía con el jefe McKean, el juez Bryan, Mr. Burd, y otros, caballeros respetables, nos fuimos a la propiedad del señor Neese, donde nos mostraron el lugar cerca de su casa hace varios años en los que se encontraron dos esqueletos humanos. Los esqueletos tenian alrededor de 2.5 metros de largo”.
– New York Times, 1880.
El 25 de mayo 1882 NYT informa la noticia de un descubrimiento en St. Paul, Minnesota.
“Un esqueleto de dimensiones heroicas y forma singular fue descubierta durante la excavación de una colina en el valle del río Rojo. […. ]. El cráneo en cuestión era el único perfecto, y cerca de él se encontraron algunos huesos del cuerpo anormalmente grandes. el hombre que lo llevó era, evidentemente, un gigante.”
– New York Times, 1882.
El 20 de diciembre de 1897, el New York Times informa el primer descubrimiento de los gigantes que tuvieron lugar en Wisconsin, cerca de Maple Creek. Se descubrieron tres colinas funeral, una de las cuales estaba abierta, dejando al descubierto el misterioso y su contenido: el esqueleto de un hombre gigante. La estatura del ser era casi de tres metros, y su casi perfecto estado de conservación.
El 11 de febrero 1902 se muestra la noticia de una expedición arqueológica en un sitio en Nuevo México, donde se encontraron algunos esqueletos humanos gigantes.
“Debido al descubrimiento de los restos de una raza de gigantes en Guadalupe, anticuarios y arqueólogos están preparando una adicional expedición para explorar la región. Esta determinación se basa en la emoción que existe entre la gente de un ámbito del país cerca de Mesa Rico, a unos 200 km al sureste de Las Vegas, donde se ha descubierto un antiguo cementerio que ha dado esqueletos de enormes dimensiones.
Luiciana Quintana, en cuyo rancho el lote del antiguo cementerio se encuentra, descubrió dos piedras que llevaban curiosas inscripciones, y debajo de ellos fueron encontrados en las excavaciones de poca profundidad los huesos de un armazón que no podría haber sido de al menos de 3,6 metros de longitud. Los hombres que abrieron la tumba dicen que el antebrazo era de 1,2 metros de largo y que una mandíbula muy bien conservada de los dientes inferiores iban desde el tamaño de una nuez de nogal a la de la más grande nuez en tamaño.
Quintana, quien ha descubierto muchos otros lugares de enterramiento, expresa la opinión de que tal vez se encuentren miles de esqueletos de una raza de gigantes hace mucho tiempo extinta. Esta suposición se basa en las tradiciones transmitidas desde principios de la invasión española que han detallado el conocimiento de la existencia de una raza de gigantes que habitaron las llanuras de lo que hoy es el este de Nuevo México. Leyendas de los indios y los tallados también en la misma sección indican la existencia de tal raza.
– New York Times, 1902.
Pero el New York Times no es el único periódico que lidio con los gigantes. Algunos periódicos informaron de la noticia de los gigantes del siglo como Sun, 1893, New Age Magazine en 1913, Popular Science en 1932, el San Antonio Express 1940.

James Vieira, un investigador independiente, desde hace casi veinte años, y antes de la llegada de Internet, a recopilado miles de referencias e informes de prensa sobre los hallazgos de los gigantes, en lo profundo de los archivos del New York Times, Smithsonian Ethnology Reports, American Antiquarian, y la revista Scientific American, descubriendo que la mayoría de estos hallazgos es prácticamente oculto a la opinión pública.
Entre los descubrimientos notables de Vieira, hay una foto desenterrado en los archivos de los Reportes Etnológico del Smithsonian, tomada durante una conferencia del prof. McGee, en el que se ve un esqueleto de estatura gigante de cerca de 2.5 metros de altura, y que luego fue vendido al Institución Smithsonian.
El gigante fue encontrado en una cueva cerca de San Diego, California, por un grupo de buscadores de oro, de acuerdo con el expositor. Sobre la cabeza, habían restos de una capucha de cuero que parecía haber sido parte de una mortaja. El alargado cuerpo demacrado se irguió en un gran ataúd estrecho de tres metros de largo. Un pedazo de la piel seca del gigante se retiró y cuando se probó en el laboratorio químico del Smithsonian concluyeron de que estaba hecha de gelatina. El expositor engañado acordó la venta por unos $500 al Instituto Smithsonian que después de comprarlo esmeradamente lo perdieron.

El profesor McGee del Smithsonian se muestra a la izquierda del gigante, acompañado por el expositor a la derecha que fue perfectamente inocente del fraude.
El denominado gigante de San Diego pertenecería a la llamada cultura de Mounds Builders (literalmente constructores de montículos), un antiguo pueblo de América del Norte que vivió hace unos 5000 años, en un período anterior de la historia del Antiguo Egipto y todas sus dinastías.
Según los teóricos de la conspiración, el Institución Smithsonian compro los esqueletos con la intensión de evitar el conocimiento del público. Pero ¿por qué? ¿por qué debería haber un encubrimiento masivo de todos estos descubrimientos?
Según Vieira, el razonamiento es muy simple: la necesidad de mantener como valida la teoría de la evolución de Darwin, lo que explica muy bien la evolución normal de todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, a partir de formas simples a formas más complejas.
El problema es que estos esqueletos, en relación con el ser humano, no obstante, muestran una involución, ya que la complejidad de los fósiles gigantes encontrados es particularmente evidente. ¿Cómo colocar a estos gigantes humanos en la escala de la evolución humana? ¿Esto puede ser suficiente motivación para eliminar los artefactos que podrían arrojar luz sobre el pasado distante del hombre?
Según los teóricos de los Antiguos Humanos residentes de la mítica Atlántida fueron los famosos gigantes que también se mencionan en la Biblia, como Sanson y Goliat. Algunos sobrevivientes de la destrucción de la antigua civilización de la Atlántida podrían entonces haber preparado el escenario para la creación de nuestra especie y nuestra civilización. Tal vez esta es la historia que desean mantener oculta ¿Y por qué? ¿Quizas por qué el evento catastrófico que destruyó la Atlántida podría destruirnos, tarde o temprano, también?
En el análisis final, hay los que asumen que los esqueletos gigantes no pertenecen a la especie humana, sino que son los cuerpos de los Antiguos Astronautas que habitaron nuestro planeta. En este sentido, el encubrimiento sería atribuible a una estrategia más amplia que quiere ocultar la existencia de extraterrestres a la humanidad. Sin embargo, uno de los gigantes, tales como el de la Atlántida, por una razón u otra, sigue siendo tema tabú para la comunidad científica.
FUENTES: https://exociencias.wordpress.com  http://conspiraciones1040.blogspot.com/