Entes buenos

«Cuando era pequeña, tendría más o menos 6 o 7 años, fui con mi madre a visitar a una tía suya. Estaba aburrida como cualquier niña visitando a gente mayor, así que decidí ir a la segunda planta por mi cuenta y jugar por allí. Subí y me encontré ese gran balcón, con altas puertas corredizas de vidrio, y unas cortinas flotantes y frágiles sobre ellas. Decidí que sería divertido girar debajo de ellas, y luego caminar para que recorrieran mi cara como un velo. Cosas de niños pequeños. El problema era que esas cortinas estaban pegadas a las escaleras y no había barandilla. No había nada que hacer, una dura caída por esas escaleras hubiera sido más que doloroso, pero no pensé en ello mientras jugaba.

Comencé a girar de nuevo bajo las cortinas, sin poder ver nada y empecé a andar. Entonces sentí una mano que me agarraba la parte de atrás de la camiseta, lo suficientemente fuerte para que yo dejase de caminar, de repente sentí otra mano muy diferente a la otra que tiraba hacia atrás de la cortina que tenía puesta sobre la cara, dejando ver que yo estaba justo en el borde de las escaleras, a punto de caer.

Cuando me giré, pensando en que había sido mi madre o su tía las que me habían agarrado, vi que estaba yo sola en aquella habitación, que no había nadie, nada. Así que me asusté tanto que bajé las escaleras gritando. Fue entonces cuando la tía de mi madre decidió contarme que hacía unos 80 años, una mujer, a pocos días de su boda, perdió la vida en el segundo piso. Nunca le hacía daño a nadie, pero a veces la veían junto a la ventana mirando hacia fuera, o paseando por la planta de arriba. La verdad que le doy las gracias por ayudarme y no dejar que me rompiese la cabeza por las escaleras, pero recuerdo que siendo una niña me asusté mucho».

«Mi bisabuela murió cuando yo tenía 7 años. Nos llevábamos genial y nos queríamos muchísimo, además vivíamos muy cerca. Siempre olía a jabón perfumado de limón y era mi olor favorito. Cuando murió me costó conciliar el sueño durante una temporada y mi padre me cantaba para consolarme y dormir. Una noche olí algo de limón y me quedé dormida. No lo había vuelto a sentir desde hacía ya un año, cuando ella falleció. Sentía una mano en mi espalda que me tranquilizaba y el olor volvía cada noche para calmarme. Resultó que mi padre puso en el respiradero una barra de jabón igual que la tenía mi bisabuela, aunque no me lo contó hasta mucho tiempo después. También le conté lo de la mano en mi espalda y él me confesó que mi tatarabuela solía hacer lo mismo por él hasta que lograba dormirse. No sé quien era, si mi bisabuela o tatarabuela, pero lo sentía cada noche y me ayudaba a descansar».

«La abuela de unos amigos estaba de viaje y nos pidió que comprobáramos cómo estaba su perro. Un supuesto pastor alemán cariñoso que saltaría de alegría al vernos llegar. Fuimos hacia allí y para nuestra sorpresa no había ningún perro que acudiese a la puerta. No creímos que fuera raro y empezamos a buscarlo. Comenzamos a llamarlo, escuchando pasos corriendo por las escaleras. Pensamos que algún familiar podría estar allí y llamamos a la dueña para asegurarnos, pero ella afirmaba que no era posible. Escuchamos más pasos, esta vez subiendo por las escaleras y sugerí llamar a la policía por si estuvieran robando, pero mi amigo me dijo que primero debíamos comprobarlo.

Mientras íbamos hacia las escaleras, escuchamos una especie de campana, y mi amigo me explicó que el perro tenía una y que probablemente fuese él. Teníamos miedo pero acabamos subiendo a la segunda planta. Allí encontramos a Jake, el perro, que estaba temblando y muerto de miedo. No conseguimos que se moviese, él solo miraba a las escaleras. Buscamos por toda la casa y no había nada ni nadie. La abuela de mi amigo asegura que aquel día era su marido fallecido y que lo escucha muchos días caminar por la casa».

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Cosas extrañas

«A principios de los años 90 trabajé en un periódico semanal a tiempo parcial escribiendo anuncios. La noche antes de entrar a trabajar tuve un sueño donde una señora me decía: «Hola soy Mae Kongabel» y charlábamos un rato. Cuando desperté me dije a mí mismo que había sido muy raro pero no le seguí dando importancia. Recordaba el apellido de la mujer de mi sueño porque recordaba a un hombre anciano miembro de mi comunidad que lo tenía. No le conocía de nada, pero el apellido era bastante raro e inusual. Cuando llegué a trabajar y comencé mis tareas semanales, tres hombres bastante serios entraron y quisieron hablar con el editor y propietario. Se metieron en la oficina, hablaron durante un rato y se fueron. Cuando mi jefe salió a comentarnos que teníamos que hacer un obituario sobre la esposa de Harold Kongabel, llamada Mae, casi me da un infarto. Yo no conocía a esa señora, ni siquiera sabía que Harold estuviera casado, fue algo realmente raro».

«Una vez estaba con mi madre visitando a una amiga. Tendría como ocho años en ese momento. Mientras jugaba con algunos juguetes y ella hablaba con su amiga, una pelota, como de clase de gimnasia, empezó a rodar por las escaleras y se detuvo en la habitación en la que estábamos. Los tres nos paramos y la miramos durante unos segundos hasta que el balón empezó a volar por la habitación y rompió una ventana. Salimos corriendo muy rápido de esa casa».

«Esta historia me la contó mi madre porque era muy pequeño cuando pasó. Estaba en mi cuna cuando la desperté gritando, no llorando. Me había encontrado en la esquina apuntando a la pared. Se apresuró, me agarró y me llevó a dormir con ella. Una hora después, decidió llevarme de nuevo a mi cuna, tal cual me dejó, desperté y empecé a gritar otra vez y a señalar la misma esquina. Dijo que era lo más espantoso que ella había visto jamás».

FUENTE: https://www.elconfidencial.com

Casas encantadas

«Estábamos celebrando una fiesta de pijamas en casa de unos amigos que viven en un pequeño palacio de 1900. Sus hermanos siempre decían que veían una señora en el sótano pero yo siempre pensé que eran historias para meternos miedo. Una noche me desperté porque alguien hablaba muy fuerte en la cocina y vi que mi amiga no estaba durmiendo así que pensé que habría bajado para preparar el desayuno o comer algo (aunque ella realmente estaba en el baño, y yo no me di cuenta en ese momento).

Mientras caminaba por las escaleras, las voces se hicieron más fuertes, se podía oír la conversación y oler los huevos y escuchar chisporrotear el bacon, pero cuando llegué todos esos sonidos desaparecieron, aunque no el olor. Entré en la cocina y todas las luces estaban apagadas yel fuego frío. Cuando estaba subiendo las escaleras vi como mi amiga salía del baño. Le conté lo sucedido y me dijo que quizá estaba soñando. A la mañana siguiente, sin que mi amiga le dijera nada a su hermano, porque había estado conmigo todo el rato, él nos regañó por haber hecho tanto ruido en la cocina durante la noche. Esa casa me daba miedo, pero realmente son ellos quien arrastran al ente. Se han mudado a otra y lo que hubiera se ha ido con ellos, ya que varias personas que no saben nada de la mujer del sótano, aseguran haberla visto y describir cómo nos mira».

«Toda mi infancia he vivido en una casa antigua, aunque más o menos reformada, que pertenecía a mis abuelos. Pasando por la habitación de mis padres podías encontrar otra subiendo un par de escalones a la que llamábamos «la cámara», ya que su función anterior había servido para guardar cereales. Allí tenía todos mis juguetes, monté mi propia sala de juegos. Solía pasarme las tardes enteras allí con la puerta cerrada, podría decirse que era una especie de desván. Mientras jugaba, escuché varias veces como mi madre (que estaba en la planta de abajo) gritaba mi nombre como si necesitara algo. Cuando bajaba a preguntar qué pasaba, ella me respondía que no me había llamado. Esto me pasó varias veces».

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La mujer ensangrentada

Una familia aficionada al senderismo y la escalada volvía a casa tras un apasionante fin de semana en la montaña. El hijo de la pareja estaba entretenido en la parte de atrás del coche con su teléfono móvil mientras los papás se ocupaban de conducir por aquella carretera nocturna infestada de niebla. Ellos habían realizado este trayecto muchas otras veces, pero aquella noche era un tanto diferente… La situación climatológica no estaba siendo la más amigable y debido a la escasa visibilidad tendrían que estar mas alerta y reducir la velocidad sobretodo en los tramos dónde habían curvas pronunciadas.

Llevaban cerca de dos horas de camino y todavía faltaban otras dos para llegar a casa cuando, de golpe y de entre la espesa niebla apareció una mujer en medio de la carretera, totalmente ensangrentada. El padre pisó fuertemente el freno del vehículo, consiguiendo de este modo que el resto de miembros de la familia se sobresaltase, y salió apresuradamente del coche para socorrer a aquella persona accidentada.

La mujer parecía estar fuera de si, llorando desesperada. El padre la sujetó suavemente por los hombros y la apartó a un lado de la carretera para evitar que cualquier otro vehículo pudiera atropellarlos por culpa de la niebla. Tanto la madre como el hijo salieron tímidamente del coche, intentando prestar atención a lo que acababa de ocurrir.

–  ¿se encuentra usted bien? – preguntó él, visiblemente preocupado.

– Por favor, ¡necesito ayuda! – respondió ella casi de manera automática. – acabo de tener un accidente allí delante… ¡mi coche se ha despeñado por el barranco con mi bebé dentro!

Toda la familia se escandalizó al escuchar aquello. El padre decidió tomar su equipo de escalada y una linterna para bajar por el barranco lo más rápido posible. Aquel pequeño bebé podría estar atrapado entre todo el amasijo de hierros del vehículo… y los segundos serían cruciales para salvarlo.

Los minutos pasaron y la familia estaba cada vez mas inquieta, ya que el papá estaba tardando bastante en regresar. La mujer accidentaba se quedó a un lado de la carretera, llorando y temblando, totalmente desbordada por la situación. Pero entonces el hombre volvió muy nervioso, sosteniendo algo entre sus brazos… al parecer el bebé se había salvado.

– ¿Dónde esta la mujer? – preguntó, visiblemente alterado a su esposa. Ciertamente era muy extraño verle tan desencajado.

– está aquí detrás…

Pero cuando voltearon a mirar hacia el lugar donde estaba la mujer, esta ya no estaba. Había desaparecido, se la había tragado la tierra.

El padre se metió rápidamente en el coche y ordenó a su mujer e hijo que hicieran lo mismo. Después de eso puso el seguro y se fueron de allí a toda velocidad.

– ¿Por qué diablos te estás llevando al bebé? – preguntó escandalizada la madre, que ya empezaba a asustarse con toda aquella situación. – ¿Dónde esta la mujer? ¿No deberíamos buscarla? ¡Estaba herida! no podemos dejarla aquí.

– Cuando bajé por el barranco y saqué al bebé del coche… – hizo una pequeña pausa, siendo consciente de que lo que iba a decir no era precisamente fácil de creer.

– vi a la mujer que nos paró en medio de la carretera… estaba ahí abajo… muerta.

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El juego de la Ouija

Muchas veces recibo preguntas de algunos lectores acerca del tablero de la Ouija, de si es seguro utilizarlo, de si deberían comprar una Ouija y ver qué es lo que ocurre… y la verdad es que la respuesta no es tan simple como parece.

El problema de la Ouija es bastante simple: Cualquier persona puede utilizarla fácilmente, y no es necesario poseer ningún tipo de habilidad real para que surta efecto. En otras palabras, lo que convierte a la tabla Ouija en una herramienta sencilla de utilizar es también lo que la hace potencialmente peligrosa para quien la usa. Las compañías y distribuidoras de juguetes las venden en cantidades industriales, pero la mayoría de personas que compran una Ouija no son realmente conscientes de lo que han adquirido. ¿La tabla Ouija es mala? No, no más que cualquiera de tus tableros como el del Monopoly o el Parchís. ¿Son peligrosas? Depende, en manos inexpertas, o que no son respetuosas con lo que están haciendo, podría ser peligrosa.

Debes mirar a la Ouija como si fuera la versión espiritual de cualquier sala de chat de los años 90 y seguro que te harás una idea de lo que estoy intentando decir. No hay absolutamente nada de malo en intentar hablar con otra gente que no conoces… hasta que uno de ellos resulta ser un psicópata o alguien peligroso. La conclusión es que nunca sabrás quien es realmente la persona que hay detrás de la pantalla del ordenador, y lo mismo ocurre con la tabla Ouija.

No puedes controlar lo que sucede con el juego de la Ouija

El propósito de la tabla Ouija es responder a una serie de preguntas, invitando a los espíritus a hablar con nosotros. Evidentemente, no hay ninguna garantía de que esto pueda suceder, pero tampoco hay forma alguna de controlar lo que sucede mientras jugamos. Otra gente piensa que es mas peligroso utilizar otras herramientas como las cartas del tarot o los péndulos, pero eso está bastante lejos de la realidad.

Por otro lado, algunas personas creen que la Ouija es utilizada por aquellos que quieren ser poseídos de manera voluntaria por un espíritu. (recordemos que ser poseído no siempre tiene que ser algo malo, por muy raro que esto suene). Para que un espíritu pueda contactar con nosotros a través de la planchette, es necesario que dicha entidad trabaje a través de ti. El espíritu no moverá la planchette por si mismo, sino que te utilizará a ti para que seas tu quien la deslice con tus propias manos, a modo de posesión.

Una vez que has abierto la tabla Ouija y has empezado una sesión, habrás caído en una trampa. Los desenlaces de hacer la Ouija sin tomar las precauciones adecuadas pueden ser múltiples, ya que realmente lo que estás haciendo con la Ouija es llamar aleatoriamente a cualquier entidad cercana, y por lo tanto, jamás sabrás quien o qué espíritu será atraído a utilizar la planchette.

Jugar a la Ouija de manera segura

Entonces ¿Qué es lo que nos empuja a practicar la Ouija? ¿Queremos saber cosas de nuestro futuro? ¿Queremos que un espíritu nos posea? Quizás simplemente lo que buscamos es comunicarnos con un ser querido que ya ha fallecido… o simplemente buscar respuestas que nos confirmen que hay algo mas allá de todo lo que conocemos.

En cualquier caso te daré algunos consejos que ter ayudarán a jugar a la Ouija de la manera más segura posible.

  1. Realiza una limpieza de energía en la habitación donde vayas a hacer la Ouija. Hay muchas maneras de limpiar una estancia de malos espíritus o energías negativas, así que si quieres aprender a hacerlo, aquí te dejo una guía que te ayudará. Esta recomendación es vital si lo que quieres es hacer la Ouija, porque así no atraerás a la posible negatividad que tengas en casa.
  2. Esparce sal alrededor de la tabla Ouija. Muchas personas afirman que haciendo esto podrás mantener a los diablos alejados de tu sesión de Ouija.
  3. Pide ayuda y protección a los espíritus que te protegen. Si crees que en tu casa o cerca de ti hay alguien velando por tu seguridad, pídele ayuda y protección antes de hacer la Ouija.
  4. Intenta contactar solo con espíritus o personas especificas. No abras tu hogar a cualquier ser espiritual que esté dispuesto a establecer contacto contigo.
Existen muchas directrices, normas y consejos a la hora de realizar una Ouija, y podrás encontrar infinidad de información si sabes dónde buscar. Te recomiendo que investigues y te informes mucho antes de hacer cualquier sesión de Ouija, y si consideras que no estás lo suficientemente preparado, simplemente no deberías hacerla.
FUENTE: https://www.terrorparanormal.com

Las reglas de la Ouija.

Si tu intención es jugar a la Ouija quizás te convendría conocer todas las normas y recomendaciones básicas antes de empezar. En este artículo podrás encontrar mucha información valiosa que te ayudará a protegerte de los malos espíritus que podrías invocar con la Ouija, y también las reglas de la Ouija que te ayudarán a jugar correctamente.

Recomendaciones que debes tener muy en cuenta antes de jugar a la Ouija.

  • El juego de la Ouija debe ser llevado a cabo en una habitación silenciosa, y la iluminación debería ser tenue para potenciar nuestra concentración.
  • Es recomendable que la cantidad de personas mínima para jugar sea de dos, y la máxima de ocho. También puedes hacer la Ouija a solas, pero es peligroso y podrías exponerte a toda clase de peligros, sugestiones y adicciones a la propia tabla de la Ouija.
  • No utilices la tabla Ouija si te sientes enfermo, decaído o frágil, ya que eso podría hacerte mas vulnerable contra todo tipo de ataques espirituales y posesiones.
  • De esto ya hemos hablado brevemente en el punto número 2. Es importante que no conviertas al juego de la Ouija en una rutina, ya que estas cosas pueden generar una adicción muy difícil de controlar, y al final esa adicción puede volverse muy peligrosa.
  • No realices la Ouija en cementerios o en espacios donde hay una energía negativa muy grande.
  • Si tu planchette es de cristal, recuerda limpiarla siempre cada vez que vayas a utilizarla.
  • Tu tablero de Ouija es de tu propiedad. Nunca se la prestes a otra persona.
  • Si has decidido jugar, tómatelo muy enserio y escoge a personas cercanas a ti que sean de confianza. No hay que tomarse esto a broma, ni hacer preguntas irónicas o burlescas a la Ouija.
  • Como en muchos otros aspectos de nuestra vida, experimentar y ser constante nos ayudará a mejorar nuestras facultades sensitivas. Con esfuerzo y perseverancia podrás lograr cosas increíbles con la Ouija.
  • Siempre debe de haber una persona presente que no participará en el juego de la Ouija, pero que se ocupará activamente de anotar las preguntas y respuestas. También puede grabar la experiencia para poder revisarla mas tarde.
Sigue al pie de la letra las reglas de la Ouija
  1. Todos los participantes del mal llamado juego de la Ouija deberán sentarse en torno al tablero. Además, también será necesario que busquen obtener la máxima relajación y abstracción de la mente, ya que es muy importante que se olviden de todo lo que les rodea.
  2. En el grupo debe de haber una persona sensitiva que dirija al juego e indique los pasos a seguir.
  3. Todos los participantes deberán colocar sus dedos indices sobre la planchette, que estará situada en el centro de la tabla. No debes presionar la planchette con fuerza, simplemente hay que posar los dedos suavemente en su superficie.
  4. Una vez cumplidos los tres puntos anteriores, será el momento de formular una pregunta y concentrarse colectivamente en la planchette. Si todo sale bien, se producirá la primera respuesta fruto del movimiento de la planchette.
  5. La planchette se moverá una y otra vez hasta haber completado una palabra o frase, señalando una a una todas las letras necesarias. Una vez haya terminado, la planchette volverá al centro de la tabla Ouija.
  6. La persona sensitiva que se encarga de dirigir el juego podrá empezar con las preguntas, y después todos los demás participantes podrán ir haciendo las suyas propias.
  7. Toda pregunta formulada por los participantes de la Ouija debería ser lo mas corta y clara posible. De este modo lograremos obtener una respuesta con mayor frecuencia, aunque esta también será igual de corta. Si uno de los presentes no tiene ninguna pregunta que realizar, o se ha quedado en blanco, la persona sensitiva o líder del grupo deberá tomar el control de la situación.
  8. Si uno de los participantes empieza a arrepentirse de estar allí, se asusta o se empieza a reír, deberá levantar el dedo de la planchette y marcharse.
  9. Un modo de aumentar la efectividad de la Ouija es realizar siempre preguntas que formen parte de un mismo tema, y centrarse siempre en lo mismo.
  10. Aunque uno o varios participantes se asusten, es recomendable que jamás se corte la experiencia en seco. Además, la interacción entre los participantes y el espíritu invitado debe ser lo más natural y amigable posible.
  11. Si el juego de la Ouija no está funcionando como se esperaba es aconsejable parar y olvidarse de la experiencia por un rato. Pasada una media hora podrás volver a intentarlo de nuevo.
  12. La persona sensitiva será la encargada de cerrar la sesión y terminar con la experiencia cuando lo crea conveniente.
Conclusiones de las reglas de la Ouija
Sé que no podré convencerte de que no juegues con la Ouija. Si ya has tomado tu decisión, lo único que puedo hacer es recomendarte encarecidamente que sigas las reglas de la Ouija y que intentes tener en cuenta las recomendaciones que hemos mencionado en este artículo.
Recuerda que este juego no es como los demás, y que debes tener mucho respeto y ser cuidadoso con los todos los detalles, empezando por las tablas de la Ouija.
FUENTE: https://www.terrorparanormal.com

Fotos de Fantasmas y sus historias

Estas fotos de Fantasmas pueden hacer que no duermas demasiado bien esta noche, así que te recomiendo que las compartas con tus amigos y no las veas a solas si eres una persona asustadiza. Nunca sabremos a ciencia cierta si todas estas imágenes de fantasmas son reales  o simples trucajes, pero algunas de ellas son realmente espeluznantes.

Mucha gente dice que una buena imagen vale más que mil palabras, así que he decidido recopilar estas fotos de fantasmas reales para compartirlas con todos. Además, podrás conocer la historia que se encuentra detrás de todas y cada una de ellas.

Foto de Fantasma en la iglesia

De entre todas las fotos de fantasmas y apariciones destacaremos esta por ser una de las mas terroríficas.

Pero no solo es por el horrible espectro que aparece en la imagen, de hecho lo mas perturbador de ella es que aún a día de hoy nadie ha podido demostrar que esta foto de autentico terror sea falsa o esté trucada de alguna forma. Muchos la han analizado, e incluso algunos de ellos han afirmado totalmente convencidos que, en efecto es una foto de fantasmas totalmente real.

Esta fotografía fue tomada por el reverendo Kenneth Lord, que, aterrorizado por su hallazgo, pidió ayuda a multitud de expertos en todo el mundo con el fin de intentar encontrar una explicación lógica a esta terrorífica foto, pero la explicación nunca llegó.

¿Que harías si tras revelar un carrete de fotografías en las que aparece tu pequeña hija te encontrases con algo así? Esto mismo es lo que le ocurrió a un padre cuando se dispuso a ojear las fotografías que había tomado la semana anterior…

Miró una por una todas las fotos, y se dio cuenta de que en la mayoría de ellas habían luces extrañas y manchas que no tendrían porque estar ahí… incluso llegó a pensar que el carrete estaba dañado, pero ese no parecía ser el caso.

De entre todas las imágenes hubo una en especial que lo aterrorizó, y se trata de la foto de fantasmas que puedes ver mas arriba. Es evidente que la pequeña niña puede ver lo que a simple vista la mayoría de adultos no podemos, y su padre relacionó automáticamente este suceso paranormal con el extraño comportamiento que había tenido su hija en las ultimas semanas.

Él afirmó que la pequeña actuaba extraño, se quedaba parada mirando al vacío muchas veces, y en otras ocasiones parecía tener miedo sin ningún motivo.

Este señor que podemos ver en la fotografía fantasmal explicó que él y su hijo estaban pasando el día en la costa este de st Andrews cuando tomaron esta instantánea. En ningún momento fueron conscientes de lo que había detrás de ellos hasta revelar el contenido de la cámara, y darse cuenta de que, efectivamente no estaban solos en aquella playa.

Justo en el centro de la foto podemos apreciar una figura difuminada, aparentemente humana que se encuentra en la orilla de la playa. Viste con botas de goma y un anorack con capucha, asemejándose en gran medida a un pescador.

Era un día terriblemente frío y los protagonistas de esta vivencia de fantasmas aseguran que no había absolutamente nadie por allí. Nunca olvidarán el espanto que sintieron tanto padre como hijo al ver la fotografía en casa un tiempo después.

Esta tenebrosa imagen fue capturada en Inglaterra por un fotógrafo de bodas llamado Nill. Él estaba fotografiando uno de estos festejos cuando vio lo que parecía ser un niño escondiéndose detrás de una de las casetas del lugar. Al principio pensó que se trataba de alguno de los pequeños invitados intentando jugar, pero poco a poco fue dándose cuenta de que aquello, fuera lo que fuera no era una persona humana normal.

Dos amigos decidieron salir al jardín de la casa de uno de ellos para fumar unos cigarros. La noche estaba siendo divertida, así que decidieron tomar algunas fotografías como recuerdo.

Todo se tornó mas siniestro cuando uno de ellos empezó a escuchar ruidos muy extraños a su alrededor, y mas tarde empezaron los susurros… Ninguno de los dos compañeros podía ver nada fuera de lo normal, así que tomaron alguna que otra fotografía para asegurarse.

No fueron conscientes de la existencia de esta terrorífica figura oscura hasta que pudieron ver las fotos algún tiempo después. Sin duda una foto de fantasmas que te hiela la sangre.

Si te lo estás preguntando, estos muchachos jamás volvieron a salir al jardín de casa a fumar de noche.

No se si la palabra “peculiar” es la mas adecuada para definir esta foto de fantasmas… La historia de esta familia estadounidense se remonta a 1950, Texas. Los Cooper se acababan de mudar a una vieja pero imponente casa que habían comprado recientemente, y estaban muy entusiasmados con su nueva vida. Eran una familia amable y cálida que, desde bien temprano hizo amistad con la vecindad.

Por todo esto fue que ellos decidieron preservar el emocionante momento realizando algunas fotografías familiares en su nueva casa. Poco o nada se imaginarían lo que iba a ocurrir, pues aparecería un invitado mas en las imágenes tomadas en la celebración.

En esta foto de espíritus podemos observar a un individuo, aparentemente de piel negra y rostro difuminado colgado del techo. Es evidente que no se trata de una persona normal y nos da una sensación terrible el solo hecho de verla. ¿Cual será el verdadero pasado de esta casa? ¿Que oscuros sucesos tuvieron lugar allí?

Era un domingo soleado del año 1959 y la señora Chinnery fue en compañía de su esposo a visitar la tumba de su madre. Ella llevaba consigo una cámara fotográfica para realizar algunas fotografías como recuerdo de su visita, y después de tomar algunas instantáneas decidió que ya era suficientes por ese día.

Cuando volvían a casa, la señora Mabel Chinnery decido hacerle una fotografía a su marido, que estaba sentado en el coche esperándola.

La sorpresa y la emoción invadieron a Mabel cuando, al revelar las fotografías de aquel día descubrió algo increíble en una de ellas. Parecía que había alguien mas en el coche donde estaba su marido, una persona muy especial que reconoció casi en el acto. Su madre fallecida, aquella a la que había ido a visitar aquel día, estaba sentada en la parte trasera del vehículo.

Varios expertos en el ámbito de la fotografía afirmaron con determinación que esta imagen de fantasmas no era fruto de ningún error, manipulación o reflejo, dejando bien claro que es real.

Freddy Jackson era un militar de las fuerzas armadas y un  experto mecánico. Desgraciadamente falleció dos días antes de que fuera tomada esta fotografía de grupo.

Sus compañeros se alarmaron mucho al ver que su fallecido compañero de armas aparecía en esta foto justo detrás de uno de los miembros del pelotón.

Un hombre aficionado al mundo de la caza compartió en la red una fotografía que había realizado por casualidad mientras cazaba ciervos en el bosque.

Él solía esconder su cámara de fotos por la noche para realizar fotografías automáticas y de este modo averiguar donde se escondían los animales, pero lo que encontró en su lugar le dejó aterrorizado.

Podemos observar la figura de un hombre agachándose o incluso cambiando de postura en las diferentes fotografías que obtuvo este cazador. ¿Que estaría haciendo esa persona de noche en mitad del bosque? ¿De verdad era alguien que simplemente estaba allí o era un fantasma real?

Sin duda una fotografía de misterio que te inquietará y hará que te preguntas cuan seguro es un bosque de noche.

Esta es una de esas fotografías de miedo que son muy difíciles de creer como ciertas pero que al mismo tiempo presentan una serie de detalles que te hacen dudar.

Esta fotografía fue tomada por una enfermera que trabajaba en un hospital, y podemos apreciar que ella fotografió la pantalla de una cámara de seguridad que estaba colocada en una de las habitaciones del complejo. Podemos observar con bastante nitidez la figura terrorífica de lo que parece ser un demonio acechando a un paciente que está postrado en una camilla. El individuo extraño incluso llega a subirse encima de la cama del paciente.

La enfermera nos cuenta que pocas horas después este paciente falleció, y que son muchas las enfermeras que se negaron a entrar en esta habitación después de los hechos.

Curiosamente hay muchos testigos que afirman haber visto todo tipo de figuras demoníacas en hospitales. ¿Quizás estos seres están acechando a las personas que, por su condición física están mas cerca del otro lado?

Esta fotografía fue tomada en el año 1936, concretamente en Inglaterra. Fue realizada por los fotógrafos de una conocida revista de la época, y hasta día de hoy todavía no se ha podido demostrar que sea falsa.

El lugar en cuestión dónde ocurrieron los hechos es la mansión Raynham Hall, donde muchos testigos aseguran haber visto al espectro de Lady Dorothy Townshend vagando por sus habitaciones. Esta mujer murió en circunstancias verdaderamente misteriosas… Sin duda una de las fotos de fantasmas reales mas increíbles de la historia.

La profesión de fotógrafo seguramente debe de estar compuesta por profesionales que, a lo largo de su vida laboral deben de haber fotografiado todo tipo de cosas extrañas que no tienen ninguna explicación, y si no lo crees pregúntale a Chris Brackley, el creador de esta foto de espectros.

Chris estaba realizando una sesión fotográfica en la iglesia de San Botolph, Londres y quedo verdaderamente perturbado con lo que vio al revelar una fotografía en concreto. Justo delante del órgano, en la parte superior derecha de la fotografía, podemos apreciar una figura fantasmagórica de una persona.

El fotógrafo Chris Brackley asegura que en aquel momento solo habían tres personas en la iglesia y ninguna de ellas se correspondía con aquella misteriosa figura. De hecho, su hallazgo le sorprendió tanto que decidió investigar por su cuenta y hablar con varios trabajadores o personas cercanas a la iglesia de San Botolph.

Finalmente un constructor que trabajó allí se puso en contacto con Chris para decirle que había reconocido la cada de aquella mujer de su fotografía, pues la había visto en un ataúd en la iglesia el día que falleció.

Esta horrible foto fue tomada justo después de un brutal accidente de coche que se llevó la vida de todos los chicos que viajaban dentro del vehículo. Poco se sabe acerca de esta fotografía ya que no hay mucha información sobre ella en Internet, por lo que nunca podremos comprobar con exactitud si esta es una de esas imágenes paranormales reales o es sólo un trucaje.

Pero como dato interesante, muchas personas afirman que, cuando uno muere en un brutal accidente de trafico su alma se queda vagando por unos minutos en el lugar del siniestro. ¿El motivo? El accidente ocurre tan rápido y la persona muere de una forma (a veces) tan instantánea, que su espíritu no alcanza a saber que es lo que ha ocurrido.

Todos hemos escuchado terroríficas historias de fantasmas que han tenido lugar en los sanatorios… hospitales antiguos donde, por lo general eran tratados los pacientes que sufrían de tuberculosis. Hoy en día existe una cura para este mal, pero antiguamente cuando una persona enfermaba de tuberculosis lo único que podía hacer era recluirse en uno de estos sanatorios, con el fin de no contagiar a los demás.

Pero ¿que ocurría con los que trabajaban allí? En efecto, muchas enfermeras, celadores y médicos terminaron contagiando de esta enfermedad mientras intentaban tratar a sus pacientes, y este fue el caso de la protagonista de la foto fantasmal, la enfermera Mary Lee. La pobre jovencita tuvo la mala suerte de contraer la tuberculosis mientras trabajaba en el sanatorio de Waverly Hills, y terminó suicidándose en una de las habitaciones de los pacientes al no poder soportar la idea de estar enferma. Al parecer, se colgó de uno de los aparatos de luz que había en el lugar.

El parecido es francamente razonable. ¿Que harías tu si tuvieras la mala suerte de fotografiar una imágen de fantasmas como esta?

La familia Whaley murió trágica y misteriosamente en esta casa, y desde entonces muchas de las personas que la visitan afirman con total rotundidad que en ella ocurren cosas verdaderamente extrañas. Muchos han visto al señor Thomas Whaley sentado en el salón, o a la que parecía ser su difunta mujer paseando por el jardín. Pero lo que mas ha inquietado a todo aquel que se atreve a visitar este lugar es la aparición de la nieta de la familia, la cual agarraba los brazos a las personas que caminaban tranquilamente por los pasillos.

Se cree que quien aparece en esta foto de fantasmas es Thomas Whaley, sentado en el sofá que tanto le gustaba.  ¿Te atreverías a pasar una noche en esta terrible casa embrujada?

James Courtney y Michael Meehan, marineros de profesión y miembros de la tripulación del S.S Watertown, estaban realizando sus trabajos de limpieza en un tanque de petroleo cuando se produjo un extraño accidente que terminó con la vida de ambos jóvenes. Se produjo un escape de gas terrorífico que los mató casi en el acto sin que nadie pudiera hacer nada por ayudarlos. Por aquellos tiempos lo único que podía hacer el resto de la tripulación por darles un entierro digno era arrojarlos al mar.

Pero la traumática historia no pensaba acabarse ahí, ya que unos cuantos días después, el capitán de la tripulación pudo observar cómo dos extraños rostros aparecían en las olas, muy cerca del barco. Pronto, otros miembros de la tripulación empezaron a observar esas mismas caras cuando hacían sus rondas en la cubierta… así que al final decidieron tomar unas cuantas fotografías para demostrar al mundo que lo que estaban viendo era real. Aquellos rostros se parecían mucho a los de sus compañeros fallecidos…

Tiempo después algunos detectives privados analizaron concienzudamente esta supuesta foto de fantasmas, y varios de ellos pensaron que se trataba de un montaje.

Esta fotografía parece normal, y podríamos pensar que simplemente había un hombre detrás de esta anciana, pero primero debemos conocer la historia que se esconde detrás de esta imagen. Esta instantánea fue tomada en 1990 por una de las nietas de esta señora, pero ¿cual es el problema realmente? Sin darse cuenta, fotografiaron al difunto esposo de la abuelita, que había muerto diez años atrás, en 1980.

No puedo imaginar la sorpresa (o el terror) que sintieron las protagonistas cuando revelaron esta fotografía de fantasmas y se dieron cuenta de que se había colado un familiar muy cercano en la escena. Esta imagen es totalmente real, y a día de hoy nadie ha podido encontrar una explicación o demostrar que haya sido trucada de alguna forma.

Esta es una de esas fotografías de fantasmas que ha dado la vuelta al mundo y se ha vuelto verdaderamente famosa por representar a la perfección las apariciones de fantasmas y sucesos paranormales. Fue tomada en el cementerio de Bachelors Grove (Chicago), por un miembro del grupo Ghost Research Society que estaba realizando un pequeño reportaje allí.

En esta foto podemos ver la silueta de una mujer vestida de blanco que está sentada junto a una lápida. Lo extraño del asunto es que el cementerio estaba vacío en ese momento y sólo se encontraban presentes los miembros del equipo ya mencionado. Sea verdad o mentira, esta imagen ha pasado a la historia como una de las mas increíbles y perturbadoras de la red.

FUENTE: https://www.terrorparanormal.com

Mi madre me llama

Una pequeña está jugando animada en su habitación cuando escucha que su mamá la está llamando desde la cocina, que se encuentra en la primera planta. Ella corre escaleras abajo para ver que es lo que quiere su madre, pero cuando llega al pasillo, la puerta del armario empotrado que se encuentra allí se abre abruptamente y una mano se extiende y la atrae hacia adentro.

Es su madre.

Le susurra al oído lentamente: “Ni se te ocurra ir a la cocina. Yo también la he escuchado”.

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¿Cuantos dedos tengo?

Mi pequeña hija me despertó. Debían ser las 11:50 de la noche aproximadamente. Mi mujer y yo la habíamos recogido del cumpleaños de su amiga Amanda, la llevamos a nuestra casa y la acostamos nada mas llegar. Mi esposa se había ido a la cama a leer un libro mientras yo me había quedado dormido viendo un programa de televisión.

– Papi, papi – susurró, tirando suavemente de la manga de mi camiseta. – Adivina cuántos años voy a tener dentro de un mes.

– No tengo ni la mas remota idea, peque – le contesté mientras me ponía las gafas de vista y me incorporaba lentamente. – ¿Cuantos años?

Ella simplemente sonrió y levantó cuatro dedos.

Ahora son exactamente las 7:40 de la mañana. Mi esposa y yo no nos hemos apartado de ella por casi 8 horas. Mi hija todavía se niega a decirnos de donde los ha sacado.

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Un maniquí con cuerpo humano

En Junio de 1968 una mujer apareció en un hospital vestida con una bata blanca, cubierta totalmente de sangre.

Esto no suele ser algo muy sorprendente si tenemos en cuenta lo que es un hospital, y que por lo general las personas cuando sufren un accidente acuden directamente allí para ser atendidas. Pero hubo algo en concreto que causó que la gente que estaba allí vomitase. De hecho, muchos testigos huyeron aterrados.

El primer detalle escabroso era que la mujer no parecía ser una “humana convencional”. Mas bien se parecía a un maniquí, un maniquí que se movía como un ser humano común y corriente. Su cara era literalmente perfecta, como la de una muñeca, y no tenía cejas.

Desde el momento en el que ella llegó al hospital hasta que las enfermeras la llevaron a una habitación y la limpiaron para prepararla para una sedación, estuvo tranquila y en ningún momento cambió su expresión, o mas bien su falta de expresión. Se mantuvo dócil e inmóvil todo el tiempo, incluso cuando los médicos dijeron que la sedarían hasta que llegase la policía.

Por muchas preguntas que hicieran, la extraña mujer jamás contestaba a nada. El personal del hospital empezaba a sentirse incomodo en su presencia y muy pocos de ellos lograban mirarla a los ojos por mas de unos pocos segundos.

Pero todo cambió en el mismísimo instante en el que intentaron sedarla. Ella se defendió con una fuerza sobre humana, provocando que dos miembros del personal de seguridad tuvieran que sujetarla con fuerza mientras ella se tambaleaba en la cama, siempre con su misma expresión vacía.

De repente, volteó sus ojos, aquellos que no reflejaban ningún tipo de emoción y miró al médico. Ella sonrió.

Al ver aquella escena, una de las enfermeras que estaba allí ayudando a mantener la situación bajo control pegó un grito y la soltó. Los allí presentes pudieron apreciar lo que se medio escondia dentro de la boca de aquella extraña y monstruosa mujer; Tenía unos dientes afilados que parecían espinas, y de hecho mas de uno pensó que no era para nada seguro dejar que aquel extraño engendro estuviera sin amordazar.

El médico le devolvió la mirada, totalmente perturbado por aquella espeluznante visión, y preguntó mas para si mismo que otra cosa, “¿Qué diantres eres?”

Aquella extraña mujer giró su cuello, observando así a todos los presentes de la habitación, hasta que el cuello empezó a partirse. Todos pudieron escuchar el sonido de los huesos romperse.

Huno una larga pausa, un largo silencio… los segundos parecían eternos y aquella mujer todavía seguía sonriendo, con sus dientes afilados y su mirada vacía. Otros miembros de seguridad se habían movilizado para acudir en la ayuda de los que estaban allí, y podía escucharse sus pasos atolondrados acercarse por los pasillos.

Cuando aquella monstruosa cosa los escuchó acercarse, se abalanzó con fuerza hacia el médico, hundiendo sus horribles dientes en la parte delantera de su garganta… con tal agresividad que arrancó su yugular de forma sencilla.

El médico cayó de bruces al suelo y se llevó las manos al cuello mientras jadeaba y pedía auxilio como bien podía. Se estaba ahogando con su propia sangre.

Ella se incorporó en la cama, aprovechando el shock y el terror que había provocado en los allí presentes, y acercó su cara a la del médico, que yacía casi desvanecido en el frío suelo. Se inclinó con calma, incluso con elegancia, y le susurró algo al oído.

“Yo soy Dios…”

Lo último que alcanzó a visualizar aquel medico fue a la mujer acabando con las vidas de los allí presentes, incluidos los hombres de seguridad. Su última visión sería la de verla deleitarse con ellos uno por uno, sin remordimientos, sin piedad.

La enfermera fue la única que sobrevivió, y nunca jamás volvieron a ver a aquel monstruo.

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Se asomó por mi ventana

No se exactamente por qué miré hacia allí arriba, pero al hacerlo, lo vi allí parado. Estaba quieto junto a la ventana. Su frente descansaba contra el cristal, y sus ojos penetrantes y claros estaban parados en mi. Me mostró su horripilante y fría sonrosa color carmín, y simplemente se quedó allí quieto, frente a mi ventana.

Mi esposa estaba durmiendo arriba, y mi hijo estaba en su cuna. No podía moverme… Estaba congelado mientras él me miraba a través de esa ventana.

Oh, señor, por favor… Esa sonrisa no se movía del sitio, pero levantó una de sus manos y la deslizó lentamente por el cristal mientras me seguía mirando fijamente. Su cabello estaba enmarañado y sucio, y su piel era amarillenta.

No pudo hacer absolutamente nada. Me quedé allí, pasmado, con los pies clavados en los arbustos que estaba podando, mirando hacia mi casa.

Se asomó por mi ventana.

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Una mujer dentro del horno

Durante la primavera de 1986, en un tranquilo y agradable pueblo cerca de Minneapolis, el cuerpo carbonizado de una mujer fue hallado dentro de la cocina de una pequeña casa de campo. También se encontró una cámara de vídeo dentro de la cocina, perfectamente colocada sobre un trípode que apuntaba directamente al horno. Cabe decir que dentro de la videocámara no había ninguna cinta.

Al principio se pensó que el escenario había sido parte de un homicidio, pero mas tarde se descubrió una cinta sin marcar en el fondo de un pozo que había cerca de la casa de campo. La cinta en cuestión estaba en mal estado y no se podía escuchar el audio, pero aún así la policía pudo visualizar el contenido.

En el vídeo podía apreciarse perfectamente a una mujer que se grababa a si misma frente a su cámara, la cual era exactamente la misma que la policía había encontrado en el lugar de los hechos. Preparó el tripode y dejó la videocámara enfocando hacia el horno mientras abría la puerta, se arrastraba dentro y la cerraba tras de si. Transcurridos 10 minutos en el vídeo, se podía apreciar perfectamente como el horno temblaba de manera violenta. Después de unos cuantos minutos mas, un denso humo negro empezó a emanar de él.

Durante los siguientes y fatídicos 50 minutos restantes hasta que la cámara se quedó sin batería, el horno continuó encendido y emanando ese asfixiante humo negro.

La policía local intentó por todos los medios respetar la privacidad de toda la comunidad y jamás divulgó ninguna información relacionada con la cinta o su propietaria. Nunca se pudo determinar quien puso dicha cinta en el pozo, y se desconocen los motivos que llevaron a esta mujer a cometer tal terrible acto.

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El vídeo de Youtube que hace que te saques los ojos

Se dice que existe un vídeo de Youtube, del cual no podemos nombrar el titulo, que es muy peligroso para todos aquellos que deseen visualizarlo. Si tienes la capacidad de encontrar información y descifrar cual es su nombre, seguramente no encuentres nada en el buscador de la plataforma, pero quizás des con un pequeño fragmento de 25 segundos en el que aparece un hombre que te mira fijamente, sin ningún tipo de expresión. Cuando falta poco para terminar él sonríe y luego todo se queda en negro.

Evidentemente, esto es solo una parte del vídeo original.

La versión completa dura cerca de tres minutos y Youtube la eliminó después de que 230 personas lo vieran y se sacaran los ojos de cuajo. Se dice que después de eso los enviaron por correo a las oficinas de Youtube, provocando un escándolo monumental entre sus trabajadores. Además, la mayoría de las victimas que se sacaron los ojos terminaron suicidándose poco tiempo después.

Todavía no se sabe cómo pudieron enviar sus ojos después de mutilarse a si mismos de aquel modo tan brutal. La policía no ha podido aportar ningún tipo de información al respecto, o esta simplemente es confidencial.

Youtube decidió publicar 24 segundos del vídeo para evitar problemas y sospechas innecesarias, pero sobretodo lo que querían evitar era que el vídeo original se volviera viral y fuera resubido por cientos de personas a la plataforma.

Se dice que este vídeo sólo ha sido visto por un miembro del equipo de Youtube, que comenzó a gritar después de un minuto de visionado aproximadamente. Este hombre está ahora mismo bajo supervisión constante, y por lo que parece no logra acordarse de lo que vio. Los otros miembros del equipo que estaban presentes en la habitación mientras él revisaba el vídeo dicen que todo lo que pudieron escuchar fue el sonido agudo de una perforación. Ninguno de ellos se atrevió a mirar lo que aparecía en la pantalla de su compañero.

Nunca se encontró al autor el vídeo, ya que la dirección IP no existe. Y el hombre que aparece en el largometraje pudo ser identificado.

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La habitación cerrada

Un hombre había ido a un hotel para hospedarse en una de las habitaciones que quedaban libres aquella noche. La recepcionista le entregó su llave y le indicó cual sería el número de su habitación. Además de eso, le comentó que muy cerca de donde él dormiría había un pequeño almacén cuya puerta no tenía número. Al parecer, dicho almacén estaba totalmente restringido al publico y nadie ajeno al hotel podía entrar allí. De hecho, la recepcionista se lo recordó a su cliente varias veces antes de que él se fuera.

El hombre por su parte, decidió seguir las instrucciones del personal del hotel y se fue directamente a su habitación, ya que se encontraba muy cansado aquella noche. Eso si, la insistencia de la recepcionista en no acercarse a aquella puerta sin numero había llamado la atención del susodicho, por lo que decidió acercarse a investigar a la siguiente noche.

Un día después, siendo ya entrada la noche aquel hombre se acercó silenciosamente a la puerta de ese almacén e intentó abrir la puerta, pero evidentemente esta estaba cerrada con llave. Después de pensar durante unos segundos, se inclinó e intentó mirar a través del amplio ojo de la cerradura de aquella puerta. No supo porque, pero el frío atravesó todo su rostro e incluso le enfrió los ojos…

Pestañeo un par de veces y pudo fijarse, por fin en el interior de aquella habitación, que parecía ser idéntica a la suya. Miró en todas direcciones hasta ubicar a a una mujer en una de las esquinas de la estancia. Su piel era increíblemente pálida. Estaba apoyando su cabeza contra la pared y a penas se le podía ver el rostro.

Aquel hombre se apartó rápidamente de la puerta, muy confundido. ¿Quien era aquella mujer? ¿una trabajadora del hotel? ¿La hija de los dueños? Tenía tanta curiosidad que casi llamó a la puerta, pero al final decidió no hacer nada.

Eso si, no pudo evitar volver a acercarse de nuevo a mirar a través de aquel pequeño agujero, pero esta vez la mujer volteó bruscamente hacia la puerta y él pegó un buen salto hacía atrás, intentando que ella no sospechase de que la había estado espiando. El sujeto se apartó de la puerta y regresó a su habitación a toda prisa.

Al día siguiente y sin haberse quedado satisfecho, el hombre volvió a ir a la puerta y miró por el ojo de la cerradura una vez mas. Esta vez, lo único que pudo ver fue un intenso color rojo. No podía distinguir nada además de esa tonalidad. Quizás alguien se había dado cuenta de que él había estado husmeando la noche anterior y habían tapado el agujero con algún tipo de plástico de color rojo… lo que provocó que el hombre se sintiera bastante avergonzado por su comportamiento… seguro que esa mujer de la otra noche  se había sentido incomoda y acosada por su culpa. Solo esperaba que no se hubieran quejado a recepción…

Un momento… ¿Y si preguntaba a la recepcionista? No sabía porque, pero él sentía que todo lo que había ocurrido era extraño. El hombre decidió bajar las escaleras hasta el vestíbulo y le comentó todo lo ocurrido a la recepcionista.

Ella, al escuchar todo lo acontecido las noches anteriores, decidió compartir la información con el inquilino.

– ¿Has mirado a través del ojo de la cerradura?

El hombre asintió, en principio algo avergonzado.

– Bueno, entonces debería contarte la historia de lo que sucedió en esa habitación. Hace ya muchos años un hombre mantuvo cautiva a su mujer durante varios meses allí, y la dejó morir de hambre mientras lo observaba todo a través de la cerradura. Incluso ahora, algunos inquilinos dicen sentirse realmente incómodos en esa habitación, por lo que hemos decidido clausurarla y tapar el ojo de la cerradura para que nadie pueda ver el interior.

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Cuando Lucas se va.

Realmente detesto cuando mi hermano Lucas tiene que marcharse.

Mis padres siempre intentan explicarme lo enfermo que está, que soy una persona muy afortunada de tener salud y un cerebro donde todo fluye y funciona de manera correcta. Cuando me quejo de lo aburrida y sola que me siento sin Lucas, intentan hacerme sentir mal diciéndome que seguramente él está mucho mas aburrido y se siente peor que yo. Que seguramente no debe de ser fácil estar confinado en una residencia… y que tengo suerte de no estar en dicha situación.

Siempre les pido que le den una última oportunidad. Evidentemente, le daban muchas oportunidades al principio. Lucas se ha ido y ha vuelto a casa muchas veces, pero cada vez la visita era mas corta que la anterior. Siempre que él viene, suceden cosas que no puedo explicar fácilmente; El gato de los vecinos apareció muerto en nuestra caja de los juguetes, las cuchillas de afeitar de papá fueron encontradas en el tobogán que utilizan los niños pequeños en el parque… y las vitaminas de mamá fueron misteriosamente reemplazadas por pedazos de pastillas para el lavavajillas…

Mis padres ya no se sienten seguros, incluso podría decirse que tienen miedo de Lucas, y es por esa razón que ya no le dan tantas “ultimas oportunidades” como antes. Ellos dicen que Lucas es un niño encantador, capaz de fingir que todo está bien y que es totalmente inofensivo, siendo así capaz de engañar a todos sus médicos para que piensen que es un buen momento para iniciar un proceso de rehabilitación.

Parece que tendré que soportar mi soledad y mi aburrimiento, ya que de este modo estaré a salvo de él.

Detesto cuando Lucas tiene que irse. Me hace tener que fingir que soy una buena niña hasta que él vuelva de nuevo o sabrán que he sido yo.

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La estatua con forma de ángel

Hace ya algunos años, un padre y una madre decidieron tomarse un descanso y salir a pasar una noche en la ciudad. Pensaron que sería divertido ir a cenar y a ver una obra de teatro, por lo que contrataron los servicios de una niñera de confianza.

Cuando la niñera llego a la casa de la pareja, los pequeños niños ya dormían plácidamente en sus camas, por lo que la muchacha no tuvo que hacer gran cosa. Ella decidió bajar al salón a sentarse y a ver la televisión, no sin antes asegurarse de que todo estuviera bien con los pequeños.

Mas tarde, bien entrada la noche, la niñera se aburrió de aquello, ya que dicho aparato no tenía canales por cable y todos los programas eran aburridísimos. (Los padres no querían poner el cable en la televisión de abajo porque no estaban dispuestos a permitir que los niños vieran demasiada tele basura.). Decidió llamar a la pareja y preguntarles si podía subir a la habitación de matrimonio para seguir viendo la tele, esta vez con cable, y por supuesto el papá de los críos le dijo que si, que no había ningún problema.

Aunque la niñera también tenía otra petición… ella les preguntó si podía cubrir la estatua del ángel que tenían cerca de la entrada de la habitación con alguna manta, ya que por alguna extraña razón, la ponía muy nerviosa. La línea telefónica permaneció en total silencio por unos segundos, y al final fue el padre quien continuó con la conversación diciendo lo siguiente: “Toma a los niños y sal de la casa. Vamos a llamar a la policía… nosotros no poseemos ninguna estatua de un ángel.”

La policía encontró a los dos niños y a su niñera muertos, hundidos en enormes charcos de sangre. No habían pasado ni 5 minutos desde su última llamada… No se encontró ninguna estatua.

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La nueva casa

Mi novio y yo acabamos de comprar una casa. Es una vivienda antigua pero queremos empezar una nueva vida juntos, así que mi novio va a encargarse de reformarla habitación por habitación. Por ejemplo, queremos convertir la cocina en el dormitorio principal de la casa, y queremos cambiar el papel pintado que cubre todas las paredes. ¡El propietario anterior de la casa empapeló cada rincón y cada pared, incluido el techo! Eliminarlo va a ser una tarea horriblemente dura, pero al mismo tiempo satisfactoria para mi. Así como me encanta exfoliar mi piel cuando la tengo pelada a causa del sol, también disfruto arrancando estos papeles de la pared, e intento siempre conseguir arrancar la pieza mas larga antes de que se parta.

Me he dado cuenta de que en la esquina de cada habitación hay marcado un nombre y una fecha, pero no entiendo su significado. La curiosidad se estaba apoderando de mi poco a poco, así que esa noche busqué en Google uno de los nombres y descubrí algo que me inquietó y me heló la sangre; El nombre de la persona que había buscado era en realidad una persona desaparecida, y además, la fecha de su desaparición coincidía totalmente con la que había escrita en la esquina de la pared.

Al día siguiente y sin perder tiempo, hice una lista con todos los nombres y fechas que pude encontrar por la casa. Efectivamente, cada nombre y cada fecha hacían referencia a una persona que había desaparecido tiempo atrás… por lo que notificamos todo esto a la policía, que naturalmente envió a casa a un equipo para que pudiera investigar una posible escena del crimen.

Después de varias horas haciendo pruebas y recogiendo muestras, pude escuchar lo que le decía uno de los técnicos a otro policía. “Si, es humano” – “¿Humano?” – Son restos humanos.

“Señora, ¿donde está todo el material que ha estado retirando de las paredes? Ese material de las paredes no es lo que parece…”

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Historias de fantasmas y brujería contadas por 5 personas que dicen haberlos visto

 

Por: Beatriz Esquivel

Lee 5 relatos de fantasmas, brujería y extrañas apariciones cuyos testigos aseguran que son reales.

Cuando se trata de fantasmas y brujería existen todo tipo de historias que varían desde casos terroríficos a simples anécdotas curiosas. Existen escépticos que no creen en la presencia inexplicable de fantasmas o que los ritos de brujería funcionen; sin embargo, existen muchas otras personas que encuentran difícil negarlas dado que lo han vivido en carne propia y en ocasiones no han sido los únicos en presenciar un mismo evento. Incluso hay casos en los que la brujería y los asuntos esotéricos son parte de una tradición familiar que también es difícil de negar.

Te contamos de 5 relatos relacionados con fantasmas, brujería, rituales satánicos y, en general, casos sin explicación contados por aquellos que los presenciaron y atestiguaron:

“El niño con los ojos de Batman” 

Lou, 28 años.

Tenía a una amiga en la prepa que vivía en una casa muy grande en el Ajusco. Ella tenía un hermano pequeño y un día empezó a decir que tenía un amigo imaginario y lo apodó “el niño de los ojos de Batman”. El niño era súper insistente con su amigo, pero todos creían que sólo era su imaginación. Un día, ella nos contó que estaba en el piso de hasta arriba de su casa y escuchó pasos detrás de ella, pensó que era su hermano y le dijo «—Guillermo, ¿qué haces aquí arriba?» Pero cuando volteó, en lugar de su hermano vio a un niño sin ojos, como el que su hermano describió, y se desmayó. Después, otras personas en su casa empezaron a verlo.

Por ejemplo, un día hubo una fiesta en su casa. Una de nuestras amigas subió al baño de ese piso y se tardó como una hora en bajar, así que yo subí a ver si estaba bien, pero no me contestaba al tocar la puerta y preguntarle si estaba bien. Terminé por empujar la puerta, hasta le avisé que lo haría por si no estaba decente, pero cuando logré abrirla, encontré a mi amiga en shock y echa bolita en la regadera del baño. Yo le hablaba preguntándole qué estaba pasando, si estaba bien, etc, y hasta un rato después ella reaccionó y me contó que cuando se estaba lavando las manos vio en el espejo al niño y que se quiso acercar a ella; entonces entró en shock y lo único que pudo hacer fue arrastrarse hacia la regadera.

Hasta ese momento yo no creía en el asunto, todo estaba muy raro, pero no estaba tan convencido. Ese mismo día, ya en la noche, cuando nos quedamos a dormir casi todos, me desperté en la madrugada y me levanté para tomar agua. Cuando iba de regreso al cuarto, vi al niño de pie en las escaleras que daban hacia el último piso de la casa. El niño tenía como 3 años y efectivamente no tenía ojos, sólo tenía las cuencas, como si tuviera una herida muy, muy fea. Obviamente lo primero que hice fue meterme a uno de los cuartos que tenían más gente para poder dormir, porque no iba a volver al cuarto donde estaba dormido solo.

Un año después de todo eso, mi amiga me contó que intentaron bendecir la casa y hacer otros rituales, pero en realidad lo que pasó es que le pidieron a su hermano que le preguntara al niño sin los ojos que qué quería. Según su hermano, el “niño con los ojos de Batman” quería un carrito. Así que la familia decidió comprarle uno y cuando se lo dejaron en el último piso, dejó de aparecerse en su casa.

“Tras el espejo” 

Nash, 26 años.

Todo iba bien y normal después de mudarme a mi anterior casa hasta que un día empezamos a escuchar ruidos en el piso de hasta abajo, digamos, en la cocina se escuchaban los platos como si alguien cocinara, o los invitados que se quedaban en esa parte de la casa sentían que los observaban todo el tiempo y que había una vibra bien fuerte.

En especial nos pasó que justo en el baño de ahí, se sentía algo muy raro. Cada que yo entraba sentía muchísimo miedo, de hecho evitaba entrar a ese baño; incluso cuando iban otros amigos o conocidos y entraban ahí, los empezaron a asustar.

Mis papás son biólogos, así que de tan raro que estaba el asunto, mi papá puso unas fototrampas para animales en la sala (que son cámaras que cuando detectan movimiento, toman una foto) toda una noche. A la mañana siguiente encontramos unas fotos bieeen raras donde se veía a un vato sentado en la sala y luego se veía cómo se levantaba y se acercaba a la cámara, o sea, podíamos verlo clarito en las fotos, en primer plano.

A partir de ese momento decidimos intentar hacer algo para limpiar la energía o lo que fuera que estuviera ahí, todos los que intentaron ayudarnos estuvieron de acuerdo en que la “energía” venía del baño y para no hacer más largo el cuento, resulta que en el baño había un espejo muy grande que abarcaba casi toda una pared, así que un día decidimos quitarlo, hasta fue un albañil a hacerlo. Al tirarlo de la pared descubrimos que detrás había otro cuartito. En realidad en el cuarto no había gran cosa, ni restos de alguien, nada, puro polvo y cosas sin importancia, pero justo después de eso dejó de aparecerse el vato y bueno, a mí ya no me dio tanto miedo ese baño, aunque seguí evitando ir ahí hasta que nos mudamos.

“La secta satánica en el bosque” 

Pedro, 31 años

Fui al Ajusco a un sitio de camping con un amigo, Hamlet (es real, así se llama), de esos lugares en los que te tienes que ir a cierta hora porque no puedes acampar porque dicen que es peligroso. Total, el día estuvo normal, carne asada, recorrer el bosque, echar pases y así. En una de esas, yo vi a un perro y pues se me hizo fácil seguirlo hasta que me di cuenta de que estaba oscureciendo y ya nos teníamos que ir… y yo estaba perdido. Empecé a vagar por el bosque intentando regresar al campamento o al camino donde pasaran coches, caminé como una hora y media tal vez, pensando que ya había valido, que no sabía dónde estaba; entonces empecé a escuchar como música, como si fuera una batucada, entonces dije “bueno, seguro es civilización” y de pronto alcancé a ver una fogata a lo lejos.

Me acerqué pensando que me iban a ayudar a regresar, pero cuando ya estaba muy cerca, me di cuenta de que la fogata en realidad era una hoguera y que la gente que tocaba estaba realizando algún tipo de misa negra. Al principio seguí caminando por curioso y escuché sus cánticos, algunos tenían túnicas negras muy largas y otros no llevaban nada de ropa, pero a cierta distancia supe que no era buena idea seguir acercándome a ellos, así que mejor di vuelta atrás. Después de un rato encontré a mi amigo y cuando ya nos íbamos, nos regañaron, pero nos dijeron que qué bueno que ya nos íbamos porque a esa hora había muchos satanistas en el bosque. Desde esa vez no volví al lugar.

“Mi cuarto” 

Kate, 22 años.

Siempre me asustaban en las noches en mi cuarto. Una de las que más recuerdo es que, mientras estaba dormida, en la madrugada me empezaron a hacer cosquillas en la palma de mi mano. Yo no quería abrir los ojos porque no quería ver qué era y cuando me quise mover para quitar mi mano, me empezaron a gritar en el oído. No sé, me pasaron muchísimas cosas; por lo general suelo dormir boca abajo y una vez sentía cómo me tenían agarrada de la cintura y no dejaban que me levantara, no podía moverme, como si fuera parálisis de sueño, solo que no lo era. Otra vez, al despertar había una persona frente a mí y su rostro era una especie de remolino negro, lo único que pude hacer fue cerrar los ojos y desapareció cuando volví a abrirlos y al poco tiempo mi mamá justo entró al cuarto para avisarme que tenía que ir al hospital por una emergencia familiar. Nunca supe qué era y siempre me costaba mucho levantarme. Hace mucho que ya no me pasa nada y sí, sigo durmiendo en el mismo cuarto.

“El hombre del jardín” 

Adriana, 31 años.

Una vez estaba en la sala de mi casa hablando por teléfono con un chico, mi sala da hacia un jardín porque tenemos un ventanal. Yo ya estaba aburrida al teléfono y de repente, volteo al jardín y un señor pasó caminando, pero lo raro del asunto es que salió de una pared de un lado del jardín y se metió por otra, así la atravesó, hacia la casa del vecino. El hombre iba de traje negro. Mi reacción fue dejar el teléfono e irme corriendo a mi cuarto, hasta me olvidé del teléfono porque no era la primera vez que me pasaba algo raro en la casa.

¿Tú tienes alguna historia similar?

Envíala a corporacionphantom@hotmail.com

Fuente: https://culturacolectiva.com

8 historias reales de fantasmas.

8 historias reales de fantasmas que te pondran los pelos de punta

Si alguna vez viste una película de fantasmas y después tuviste miedo de la oscuridad, entonces sabrás de que estoy hablando. Por las noches y en los sitios tenebrosos, es difícil no imaginarse a los rostros que nos observan desde los rincones. Figuras blancas, apenas perceptibles, deambulando por un mundo que no les pertenece. Si todo esto te da un poco de escalofríos, prepárate para leer estas historias reales de fantasmas que te harán sentir mucho miedo.

8. Marie Laveau

A mitad del siglo XIX, Marie Laveau solía practicar el vudú, y al día de hoy su tumba es considerada uno de los lugares más temibles de New Orleans. Se dice que su fantasma se aparece constantemente en ese sitio.

7. Kate Morgan

En 1892, Kate Morgan fue encontrada muerta con una bala en su cabeza y un arma en su mano, pero no coincidían entre sí, y nunca se encontró al culpable. Su fantasma ronda la bahía del Hotel Coronado en California, y los empleados del hotel dicen verla seguido.


6. La Bruja de Bell

¿Has visto la película Blair Witch Project? Está basada en la historia de la bruja de Bell, que rondaba la casa de los Bell, una familia que sufrió su tortura por mucho tiempo. Una de las hijas, recientemente comprometida, fue atormentada junto a su prometido hasta que el compromiso se rompió.


5. El fantasma del cementerio Resurrection

Cerca del cementerio Resurrection, en Illinois, se aparece una joven rubia y bonita que pide que la lleven hasta el cementerio. Una vez la persona llega al lugar, la chica se desvanece misteriosamente.

4. Chloe, de la plantación Myrtle

Aunque en la plantación Myrtle hay cerca de 12 fantasmas, Chloe es la más famosa. Era una esclava a la cual le cortaron la oreja por escuchar conversaciones ajenas, y fue forzada a ser una esclava de compañía. Como venganza hizo un pastel de cumpleaños envenenado con adelfa, que mató a su ama y sus dos hijas. Por esto fue colgada y hoy ronda las plantaciones aterrorizando a quien la vea.

3. Richard Miller

En 1967, un adolescente llamado Richard Miller se suicidó en un estacionamiento. Trabajaba en el teatro y amaba ese lugar, por lo que incluso fue enterrado con su traje de acomodador. Tanto le gustaba que todavía ronda algunos sitios del teatro, recorriendo su lugar favorito.


2. Prince Suleyman

Conocido con el nombre de Sultán, tenía en el 1801 una hermosa casa, llena de mujeres y chicos cautivos, a los que torturaba diariamente. Un día, alguien entró, asesinando a su familia y enterrándolo vivo. Desde entonces, la casa está embrujada con los fantasmas de estas personas.

1. Joseph Forepaugh

Joseph era un comerciante que contrató a Molly para que hiciera las tareas de la casa. Tuvieron un romance pero fueron descubiertos por la mujer de Joseph, poco antes de que Molly descubriera que estaba embarazada y se suicidara. Poco tiempo después Joseph hizo lo mismo, y al día de hoy se dice que ambos recorren el lugar. Como ahora es un restaurante, la gente suele verlos por allí.

FUENTE: https://www.vix.com

Seis historias cortas, 500 años buscando pruebas.

Repasamos algunas de las historias de fantasmas reales del libro ‘La historia de los fantasmas. 500 años buscando pruebas’

SERGIO C. FANJUL

1.- Esta es una de las historias que se cuentan en el libro de Roger Clarke ‘La historia de los fantasmas. 500 años buscando pruebas’ (Siruela). Los ejércitos protestantes quemaron la mansión de Sawston hall en Inglaterra hasta los cimientos en 1553, durante el breve reinado de Jane Grey. Iban persiguiendo a María, la hija católica de Enrique VIII, que se había detenido allí, e incendiaron esta casa de una familia católica como represalia por haber cobijado a su presa. Después de que la casa fuera reconstruida, comenzaron sucesos extraños.

2.- Este escritor, filósofo y clérigo, que vivió entre 1636 y 1680, investigó los fenómenos sobrenaturales tratando de utilizar un método empírico. Por otro lado, creía que la Biblia demostraba la existencia de espíritus y demonios y que no creer en ellos era síntoma de ateísmo.

3.-El barón Albert von Schrenk-Notzing, formado en el campo de la medicina, fue un incansable investigador de lo sobrenatural. Fue pionero en la investigación con médiums en condiciones de laboratorio. Una de sus exigencias era que ingiriesen alimentos teñidos con colorantes llamativos antes de cada sesión para que quedase manchada cualquier gasa que los médiums regurgitasen haciéndola pasar por un ectoplasma.

4.-Tal vez la fotografía de fantasma más célebre de la historia. Se trataba del espíritu de Dorothy, la infeliz hermana de Robert Walpole, la primera persona que fue primer ministro de Reino Unido. Su marido supo de su aventura con un amante y la recluyó en sus aposentos. Hay varias versiones de su muerte, en marzo de 1729: de viruela, de sífilis, de inanición o de una caída por las escaleras. La imagen es sospechosa de fraude.

5.-Serios era botones en un hotel de Chicago a comienzo de los años 60 del siglo pasado, cuando descubrió que podía fijar imágenes mentales en cámaras de cajón o en película Polaroid. Algunos apuntaron su alcoholismo y su sociopatía como forma de descrédito.

6.-Un lugar de experimentación paranormal del cazafantasmas Harry Price, que la describió como “la casa más encantada de Inglaterra”. Aquí numerosos objetos eran misteriosamente arrojados al vestíbulo desde el piso de arriba. Según la leyenda, en el lugar se encontraba un monasterio benedictino en el que un monje mantenía relaciones con una monja de un convento vecino. El monje fue ahorcado y la monja tapiada viva: estos trágicos sucesos serían los desencadenantes del encantamiento.

FUENTE: https://elpais.com

La Calavera del Panteón.

Leyenda del Estado de Aguascalientes

Por: Prof. Alfonso Montañez

Hay gentes en todas partes que siempre han creído en los aparecidos, calaveras y ruidos, y sus conversaciones a cual más de fantásticas y variadas, aunque llenas de sencillez; las oímos con un interés admirable y algunas veces con verdadero miedo.

J. Jesús Infante, cartero y albañil contaba que en una ocasión contrajo un compromiso con don Carlos Espino, de terminar un monumento en recuerdo dedicaba a sus familiares y que debería entregarlo al día acordado.

Pero sucedió que el último del plazo daban las ocho de la noche y no lo termina; siendo así que, al ir por uno de los corredores a traer unas cuñas que faltaban, sintió algo de miedo, escuchando un ruido extraño detrás de él que le seguía haciendo trac, trac, trac; y aseguraba que sintió como si le hubieran echado agua por la espalda y las piernas se le doblaban, que volteó hacia atrás y que fue viendo una calavera que movía tan fuerte las mandíbulas, que al chocar entre sí, se oía el sonido de sus dientes; que oyó muy claro que le dijo: Compadécete de mis penas que me atormentan en el purgatorio; tengo cincuenta años sin descanso; pide a mi abuelo padre de tu abuelo que de los doce mil pesos en plata que están al pie de la alacena que está en la cocina a vara y media de profundidad, te den cien pesos de los cuales darás cincuenta al padre que me diga tres misas; y yo te recompensaré algo más dándote al alivio de tu asunto, si no cumples, no sanas.

Para Jesús su asombro fue tal que las cuñas que llevaba en las manos no supo donde las soltó; al fin pudo correr espantado; pero que aún la calavera que lo alcanza, que lo alcanza y casi le tocaba los tacones y más y más rechinaba los dientes, y dice que como puedo se resolvió a salir dejando sus herramientas y todo, porque el miedo ya no lo dejó terminar su compromiso.

Al día siguiente fue acompañado de un amigo para poder así terminar dicho compromiso cuanto antes, y no volver jamás.

En verdad, Jesús se enfermó a tal grado que los miembros de su cuerpo se le paralizaron y difícilmente se sentaba y siempre tembloroso como si tuviera mucho frío, según él decía.

Su alivio lo consiguió, hasta que hubo cumplido lo que le había indicado aquella espantosa calavera con su tenebrosa voz.

Contando Jesús a sus amigos este caso, ellos le referían que aquello era ya bien conocido de toda la gente y que también Joaquín Sánchez le había pasado el mismo caso pero que éste no había atendido a los ruegos de la calavera y había saltado por las paredes del panteón y que jamás sano de la enfermedad que le causara el susto que sufrió en el panteón.

Y así por el estilo contaban a diario casos de la calavera del panteón, Llegando a ser vulgar la leyenda que todo Aguascalientes creyó las consejas que se referían.

FUENTE: https://www.paratodomexico.com

La Sombra de las Cadenas.

Las cadenas siempre suelen ser un elemento esencial cuando se habla de historias de terror, y es que su ruido puede llegar a ser capaz de dar un buen susto a todo aquel que los escuche, sus orígenes se remontan a la época de la esclavitud, cuando las personas que eran privadas de su libertad eran encadenadas a objetos pesados o alguna superficie fija para evitar que huyeran. Cuando algún esclavo por suerte alcanzaba a huir era necesario salir huyendo con la cadena arrastrando que por lo general estaba fijamente atada a su cuerpo.

Máximo era un joven Misionero Católico que por motivos de Semana Santa había venido hasta Presa de los Serna para realizar sus labores de Apostolado, cabe mencionar que en aquellos tiempos no existía el Santuario de Guadalupe por lo que los oficios se realizaban en el Templo dedicado a San José, tampoco existía el actual puente Gómez Morín, por lo que el acceso se realizaba por la cortina de la presa, lugar bastante peligroso para pasar en la noche, por lo que la vía de acceso principal era la avenida Miguel Hidalgo.

Era viernes Santo y Máximo había terminado la procesión del silencio, la cual le había dejado bastante nervioso pues escuchar el ruido de las cadenas que se arrastraban durante la procesión daba un aspecto tétrico, terminada la celebración el guardó en una habitación del templo las cosas que se habían utilizado, la cruz, el tambor, los vestuarios y las cadenas.

De regreso a la casa que lo hospedaba a eso de las once de la noche, bajó del templo hacia el arroyo grande el que desemboca justo en la colita de la presa, al acercarse le parecía escuchar ruidos de cadenas que se arrastraban, al escucharlas aceleró el paso pero entre mas se acercaba al arroyo mas parecía escucharse aquel misterioso ruido, trató de controlarse pensando que era su imaginación y que se trataba solo de una broma que le jugaban sus sentidos, no estaba para menos, era Viernes Santo, había luna llena, estaba solo en aquel lugar y el ruido parecía cada vez más cerca, el sonido de las cadenas parecía venir de dentro del arroyo (el cual no tenía agua) al pasar justo por el arroyo decidió mirar y desengañarse de una vez, al mirar hacia la oscuridad del arroyo pudo ver justo frente a un árbol de laurel que se encuentra en el lugar la sombra de un encapuchado, se trata de algún malandrín o un trasnochado que está planeando algo, pensó.

Justo se tranquilizó un poco cuando se escuchó el graznido de un ave en ese momento el molesto ruido de las cadenas cesó, pero de aquella misteriosa sombra salió lo que parecía ser una ave bastante grande que parecía venir directamente hacia Máximo, este muchacho corrió desesperado hasta llegar a la casa, donde contó lo sucedido, desde ese día no volvió a pasar solo por el lugar.

Situación parecida fue la que vivió una joven que durante las vacaciones venía de vista con sus abuelos, la chica venida de la ciudad de Aguascalientes acostumbrada al teléfono celular buscaba cualquier lugar donde pudiera encontrar cobertura (pues no hay señal de telefonía en la mayoría del poblado). Le habían comentado que en el parque de beisbol era el lugar adecuado donde recibías un poco de cobertura.

Cierta noche a eso de las ocho había quedado de hablar por teléfono con su novio, por ciertos motivos ese día nadie la acompañó hasta el parque, llegó al lugar y comenzó la llamada de amor con su pareja, entre platicas y risas el tiempo pasó, pero fue necesario un misterioso sonido para ponerle los nervios de punta, escuchaba lo que parecían ser el ruido de unas cadenas arrastrarse entre la tierra del área de juego.

La joven atemorizada intentaba ver con la poca luz que había en el lugar si se trataba de alguien que quisiera jugarle una pesada broma, en ese memento un enorme ave tipo cuervo de más de un metro de altura y con ojos saltones, se paró en uno de los pinos de las secundaria que se encuentra pegado a al gradería del parque, la chica asustada intentaba espantarlo con cuanto se encontraba tirado, al ver que no se iba, entró en pánico total, fue cuando decidió cortar la llamada para salir corriendo del lugar.

La joven llena de horror comenzó a bajar las escaleras del lugar fue cuando en el área de juego alcanzó a ver una misteriosa sombra que parecía ser la que arrastraba las cadenas, justo cuando estaba por llegar a la salida se apagó la poca luz pública que hay en el lugar, solo una escasa luz de luna y su celular era lo que tenia aquella joven para poder ver, cuando estaba por salir el ave gigante se puso en la entrada impidiéndole el paso, la chica empezó a gritar llena aun de mas terror, fue cuando alguien desde fuera gritó el nombre de la chica, fue así como el ave voló, al salir no vio a nadie dice la joven que no sabe quién gritó su nombre pero eso la ayudo a salir de esa pesadilla, ella asegura que desde ese día no ha regresado al parque de noche.

Sea cual sea la situación estamos seguros que la próxima vez que escuches el ruido de unas cadenas decidirás alejarte con toda rapidez del lugar pues seguro no te quedarás encontrar con la misteriosa sombra de las cadenas.

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El árbol de los duendes.

Se cuenta que los arboles que atraen por excelencia a los duendes son las higueras, y se dice también que es muy probable que todo aquel que tenga un árbol de higos en su casa, tenga que enfrentarse algún día a estos extraños seres, pero en Presa de los Serna existe un árbol en el que se cuenta se han visto duendes pasear entre sus ramas, lo curioso del caso es que ese árbol no es precisamente un higo sino un Mezquite.

Por la calle Padre Abraham Rodríguez la cual comunica directamente al puente con la plaza y con el Santuario de Guadalupe, justo en frente de la tortillería “Serna” existe un curioso Mezquite en el que algunos de los habitantes de la comunidad aseguran haber visto pequeñas creaturas subiendo y bajando por entre su tronco y sus múltiples ramas.

Cierto día un señora caminaba a eso de las 6:00 de la mañana rumbo a la tortillería con su cubeta repleta de nixtamal, justo cuando estaba por llegar, al pasar junto este mezquite, le pareció escuchar ligeros susurros como de niños, debe ser algún pequeñín, pensó, pero también sabía que era casi imposible que algún pequeño estuviera escondido entre la hierba junto a ese viejo mezquite arriesgando algún piquete de un animal y además ¿a esa hora?

Siguió avanzando cuando sintió que justo atrás de ella había pasado alguien o algo corriendo, pensando que se trataba de alguna otra señora que iba rumbo a la tortillería decidió mirar hacia atrás pero no había nada, aunque ella claramente sintió que alguien pasó, trato de consolarse pensado que fue un gato el que atravesó la calle, decidió seguir avanzando cuando de repente sintió que algo o alguien jalaba su cubeta como tratando de arrebatársela, volvió a girar para mirar quien trataba de jugarle un abroma, al girarse pudo ver una pequeña criatura de unos cuarenta centímetros justo de tras de ella, al sentirse observado el pequeño duendecillo aventó un gran salto hacia el terreno baldío donde se encuentra el Mezquite y entre la maleza del lugar se perdió a la vista de la señora, la cual se había quedado perpleja por lo sucedido.

La señora afirma que era una creatura del tamaño de un niño de tres años de edad, pero que el rostro pareciera de un anciano de ochenta años o más, de sonrisa burlesca e incluso chimuelo, vestido en color café oscuro y con uñas bastante largas.

Cierto día también a eso de las dos de la tarde una pequeña venia de la escuela rumbo a su casa, cuando pasó por el mezquite escucho que alguien le chisteaba, el sonido parecía venir del mezquite, dice la pequeña que al girar para ver si se trataba de alguno de sus compañeros, vio un pequeño grupo de “creaturas pequeñas” que se columpiaban en sus ramas y reían sin parar como si se tratara de una fiesta, al ver el diminuto tamaño de aquellas creaturas, la niña corrió asustada, al llegar a su casa no comentó nada de lo sucedido simplemente no quiso comer y se fue adormir, dice su madre que durante varias noches despertaba diciendo que los duendes no la dejaban dormir con sus susurros y sus risas, incluso llego a decir que le hacían cosquillas y le jalaban la cobija.

Existen otros dos árboles mas en el que se afirma haberles visto también uno de esos árboles es un mezquite también y otro más un laurel. Se dice que hay dos clases de duendes, unos son juguetones y solo hacen pequeñas e inocentes travesuras, otros se dicen que son algo más agresivos al grado de golpear y rasguñar a las personas, hasta la fecha no se ha sabido que los duendes que habitan en este árbol sean agresivos, más bien parecieran inofensivos, pero para las personas que no estamos acostumbrados a este tipo de experiencias resultaría muy poco agradable, que algún día al pasar junto este árbol nos encontráramos con estas misteriosas creaturas, que parecen custodiar ese viejo mezquite denominado el árbol de los duendes.

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El Tesoro de los Cristeros.

Cuenta la tradición oral de las viejas generaciones que en Presa de los Serna existe una pequeña red de túneles que comunica por el subsuelo de los antiguos pozos del pueblo, hasta algunas de las viejas casonas y a otros lugares secretos del lugar. Estos túneles, según la leyenda, servían para refugiarse o escapar de los eventuales ataques que se llevaron a cabo durante la Revolución Mexicana y durante el Movimiento Cristero.

Se dice que durante los constantes ataques que sufrían las personas por aquellos tiempos el poco o mucho dinero y pertenecías valiosas que se tuvieran eran escondidos por sus dueños en esos túneles que habían sido cavados por debajo de la tierra, se habla de grandes tesoros también que fueron escondidos en barrancos y cuevas productos de los vastos saqueos y robos que se hicieron a haciendas, iglesias y casonas de aquella época.

En la vieja casona donde estuvo ubicada la casa de los Serna mismos que asesinó el revolucionario José Velasco, existe un viejo pozo en el que muchos aseguran se encuentra una de las entradas principales a los túneles y en los que se guarda un gran tesoro perteneciente a los hermanos Serna, lo que sí es verdad es que aun hoy en la actualidad ese pozo sigue sin ser explorado y aun mas sorprendente es la excesiva profundidad que parece tener.

Al parece estratégicamente los túneles conectan hasta los más viejos pozos del lugar con algunas de las principales casonas, un par de estos pozos desgraciadamente ya han sido tapados. Cuentan que durante la construcción del puente “Gómez Morín” al realizar las excavaciones para los cimientos justo en uno de los extremos de la cortina de la presa de entre una grandes piedras se encontró un viejo pozo con piedras que fungían como escalones, lo cual aparentemente servía para bajar hacia las profundidades, pero dicho pozo parecía haber sido aterrado con piedras, para poder continuar con la construcción del puente fue necesario aterrar el pozo en su totalidad. ¿A donde llevaba ese pozo? ¿Sería alguna de las entradas a los legendarios túneles?

Hay quienes aseguran que además existe un túnel escondido en las entrañas de la barranca en la que desemboca el agua de la vieja presa, justo en el cerrito denominado “la nariz” cuentan que por entre dos enormes piedras que se encuentran en el lugar se accede hasta las profundidades del cerro, el espacio es tan reducido que solo puede caber una persona de complexión delgada y arrastrándose un poco hasta quedar dentro del lugar.

Don Guadalupe era un hombre un tanto anciano que como todos los días bajaba hasta el fondo del barranco con la finalidad de encontrar leña para su hogar y para uno que otro cliente que se lo pidiera, el comentó que mientras cortaba leña de un viejo árbol seco escuchó como justo a sus espaldas parecía oírse el tintineo de cientos de monedas que caían al suelo: “Como si alguien hubiese vaciado una cubeta de estas sobre una roca o una superficie firmé” afirmó.

Sorprendido Don Guadalupe giró hacia su izquierda con la finalidad de ver de qué se trataba o que podía ser ese extraño ruido que era obvio parecerían ser bastantes monedas, al hacerlo se dio cuenta que de entre unas rocas del barranco y de lo que parecía ser una madriguera salía un brillo realmente destellante; “Era como si el sol estuviera dentro” contó el señor a su familia, un tanto consternado termino de hacer su tercio de leña y partió hacia su casa.

Ya en la cena el señor entre platica y platica contó lo sucedido, fue entonces cuando la esposa le contó que ella recordaba que su padre le había contado una vez que durante la guerra de Revolución y el Movimiento Cristero las personas solían esconderse en barrancos a los que era difícil el acceso y que uno de esos lugares que sirvió precisamente como refugio era justamente esa barranca, y que en ella habían sido escondido las pertenencias de los más adinerados de los alrededores. ¿Y si era el tesoro de los cristeros? Preguntó el hijo mayor.

Al siguiente día muy de mañana partieron don “Guadalupe” y su hijo mayor hasta el fondo del barranco con la finalidad de explorar esa “misteriosa luz”, pero la sorpresa fue mayor cuando llegaron al lugar y no parecía haber rastro de ninguna luz brillante y aun más sorprendente no había ningún agujero ni madriguera ni nada, solo el rastro donde el día anterior el señor hizo su leña. Arrepentido de no haber aprovechado la oportunidad de haberse acercado más para ver de qué se trataba el señor regreso a su casa, muchas son las personas que han tenido la oportunidad encontrarse con el tesoro, pero por miedo o a veces indiferencia se alejan del lugar cuando recapacitan o cuentan lo sucedido y regresan no encuentran rastro alguno.

Cuando don Guadalupe contó lo sucedido varias personas comenzaron a bajar esa barranca con curiosidad, morbo y hasta incredulidad pero siempre con la finalidad de encontrar esa puerta misteriosa que parece ser el acceso a un túnel en el que podría seguir oculto y causando curiosidad entre los pobladores, el tesoro de los cristeros.

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El Mezquite de los Novios (CALVILLO, AGS.)

Cuentan que hace más de un siglo cuando la Presa de los Serna pertenecía a la Parroquia de Calvillo, las parejas que querían contraer matrimonio, tenían que salir a eso de las cuatro de la mañana o antes rumbo a la parroquia ya que la celebración del rito se llevaba a cabo a las seis de la mañana, cabe mencionar que no existía la actual carretera que comunica la Rinconada con la Presa de los Serna, más bien tenían que irse por el antiguo camino real (por el que pasó Miguel Hidalgo) el cual se ubica en la salida al Terrero del Refugio, atravesar el predio llamado “El sapo” para encontrarse de frente con el “cerro blanco”, por aquellos tiempos el transporte era inexistente por lo que los más acomodados se iban en burro los de escasos recursos a pie, e incluso los más pobres tenían que hacer su itinerario descalzos para así una vez que llegasen a la parroquia pudiesen usar sus zapatos de boda que llevaban en algún viejo morral.

De regreso las personas les esperaban en la casa del novio o de la novia para llevar a cabo la comida que por lo general era un mole de pollo solo para vecinos y familiares cercanos de los novios.

Cuando estalló el movimiento cristero, en el centro del país la guerra fue de una manera más cruenta y algunos historiadores ubican el número de personas muertas en un máximo de 250 mil, entre civiles, cristeros y miembros del Ejército Mexicano, todos ellos muertos en situaciones realmente violentas y sangrientas.

Tal fue la situación de una joven pareja que vivió años atrás y que hoy son los protagonistas de esta historia, Margarita era hija de unos señores campesinos que vivían en un modesto “jacalito” de carrizo, madera y paja ubicado en lo que hoy es “Varas Verdes”, era una chica alegre y muy devota siempre portaba en su cuello un viejo escapulario que le había regalado su abuela antes de morir, Alberto era un hombre trabajador el cual se dedicaba a vender leña que en su burrito llevaba hasta el pueblo de Calvillo y así mantener a su padre enfermo, su madre murió de parto y su única hermana también había muerto de una extraña fiebre.

Margarita y Alberto se conocieron, se empezaron a tratar y con el tiempo se enamoraron, ambos eran buenas personas y excelentes cristianos, pero lamentablemente su amor nació en una de las peores épocas de México: durante el movimiento cristero.

En Calvillo al igual que la mayoría del país se dio la orden de cerrar los templos y se prohibió terminantemente a los habitantes practicar su religión, los sacerdotes se tenían que disfrazar y otros más esconder en las barrancas o en las casas de los fieles.

Este era el escenario en el que se desarrolló la historia de estos jóvenes, cierto día Alberto decidió dar un paso más en su relación y pidió matrimonio a Margarita, cuando escuchó la propuesta sus ojos se llenaron de lagrimas, Alberto le comentó que ya había hablado con un sacerdote que los iba a casar en el campo de manera clandestina en total secreto, el sueño de Margarita era llegar vestida de blanco al altar, pero por esos tiempos difíciles jamás pudo realizar su anhelado deseo.

Margarita aceptó casarse en el campo y se resignó a hacerlo sin ningún vestido especial, se llegó el día de la boda y ambos partieron rumbo a Calvillo al campo donde se efectuaría el casamiento, Alberto llevaba una carta escrita a mano por el cura donde este aceptaba casarlos en tal fecha desobedeciendo la ley del Estado, realizando la ceremonia en total secreto, cuando iban de camino ambos decidieron hacer un alto en un viejo mezquite que había al lado del camino allí decidieron retomar fuerzas para el camino, mientras descansaban unos militares a caballo les alcanzaron:

¿Qué hacen aquí? –Preguntaron- ¿hacia donde se dirigen? –Preguntó un militar- Alberto respondió que iban al pueblo por qué Margarita se encontraba enferma un militar descendió de su caballo y decidió revisar si Margarita tenía fiebre o algo, al hacerlo pudo ver en el cuello de la joven aquél escapulario que su abuela le regaló. ¿Eres católica? -Preguntó el militar- asustada Margarita respondió que sí con apenas un ligero movimiento de cabeza.

¿Que no saben que ahora está prohibida la religión en México? -Dijo el oficial- Margarita del terrible miedo que sintió no respondió, por lo que el militar enfurecido le dio una fuerte bofetada que hizo caer a Margarita hasta el suelo, Alberto lleno de impotencia quiso golpear al militar pero este antes le golpeo con la cacha de su rifle, al hacerlo Alberto cayó también al suelo, al caer el militar observó que algo sobresalía de entre la camisa del joven, era la carta del sacerdote y en tono déspota exigió que le dijera que era ese documento, al no recibir respuesta alguna, arrebato de entre sus pertenencias de Alberto el papel, fue en ese momento cuando el soldado descubrió que ellos a donde realmente iban era a casarse, el militar aun mas enfurecido les preguntó que donde se llevaría a cabo el rito, para así sorprender al sacerdote y darle una lección por desobedecer las leyes que prohibían las manifestaciones de culto.

Alberto y Margarita se negaron a decirle donde es que el cura les esperaba, después de insistentes maltratos y golpes el militar muy enérgico les dijo: -Se las voy a poner fácil, o el cura o ustedes, si me dicen donde les espera los dejare ir, pero si se niegan a decirlo; les mataré, juro que lo haré, Margarita solo tomó su escapulario y lo estrechó muy fuerte en su pecho llena de temor.

Ante su firme silencio el militar tomó la terrible decisión de colgarles del viejo mezquite donde descansaban, fue así como Alberto y Margarita jamás pudieron realizar el sueño de ser esposos, sus cuerpos fueron dejados colgados a manera de escarmiento para que lo vieran todos los que pasaran por el lugar.

Desde entonces a ese mezquite se le llama “El mezquite de los novios” y tras la culminación de la persecución cristera, los novios que iban a casarse durante su recorrido descansaban en ese viejo árbol en recuerdo de aquellos jóvenes que jamás realizaron su sueño.

Tiempo después también se volvió a colgar a un hombre mas de una de sus ramas, hoy en la actualidad aun existe ese árbol y hay quienes dicen que en ese lugar, se ha visto vagar el espíritu de Alberto y Margarita, otros más, sobre todo aquellos que muy temprano caminan rumbo a sus parcelas aseguran haber visto a una mujer de blanco sentada al pie del árbol, la cual desaparece apenas te acercas, algunos otros cuentan que al acercarse al árbol les avientan piedras en medio de lamentos como impidiendo que se acerquen al lugar, también se dice que al caminar por allí sienten como alguien camina a sus espaldas y al girar pueden ver a dos jóvenes tomados de la mano que les miran fijamente, son varios los testimonios sobre este árbol lleno de historia, que se localiza rumbo al “Sapo” y la “Mesa” por el viejo camino que conducía a Calvillo.

Lo que sí es verdad es que estar frente a este árbol y en este lugar transmite un clima de verdadero terror y tristeza a la vez por aquellos jóvenes novios, por eso la próxima vez que pases por este lugar y escuchas algo raro tras de ti es mejor que no gires hacia atrás porque te podría preparar una gran sorpresa el antiquísimo Mezquite de los novios.

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El callejón del tesoro.

¿Quién no conoce en Aguascalientes la leyenda de «El Callejón del Tesoro? pocos, la historia de este pasadizo en donde un forastero fincó una casa, y se bordó una leyenda, convirtiéndose en una de las epopeyas que se cuentan y forman parte de las tradiciones de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes. Como me lo platicaron, se los cuento. Nos dijo Alfonso Cabeza de Vaca, un hombre serio que pasa de los ochenta años, su abuelo platicaba un suceso que llenó de espanto a Aguascalientes, un carro fantástico que recorría la ciudad a media noche.

Dos caballos blancos jalaban el carruaje que era guiado por un espectro vestido también de blanco, andaba por las calles haciendo escándalo; despertando al vecindario aquel «carro del demonio», que parecía que anunciaba una desgracia. Todo mundo hablaba del suceso; algunos aseguraban que un coche, jalado por dos colosales caballos, lo conducía una bella mujer, que al parecer estaba perturbada de sus facultades mentales, y como desahogo, sus familiares le permitían recorriera la Villa por las noches, para no ser reconocida, ya que ni amigos ni parientes lejanos sabían el secreto de una de las familias más acomodadas de la Villa, que tenían una hija demente.

Las versiones eran diferentes, se hablaba mucho del suceso y cada persona inventaba una versión, el caso es que cuando caían las sombras de la noche, los parroquianos comenzaban a sentir temor. Los hombres con disimulo cerraban con llave las puertas de sus casas, las mujeres los postigos y apagaban las velas para que no se fuera a ver la menor luz y se aseguraban que los niños estuvieran dormidos para que no se dieran cuenta de este hecho diabólico que tenía intrigada a toda la población y que nadie se atrevía a enfrentarlo.

Todos esperaban con pánico aquel ruido que se escuchaba a lo lejos y que se iba acercando hasta pasar frente a las casas, el que se perdía después y nadie sabía para donde se diluía, el hecho era que al día siguiente volvía a pasar, ante el azoro de todos. Muchos hombres que por necesidad tenían que trabajar de noche, al venir aquel carro que parecía que andaba solo, caían privados, otros trasnochadores al escuchar el ruido de las patas de los caballos que pegaban en el empedrado, caían de rodillas y rezaban a gritos. Se cuenta que algunas personas perdieron la vida al oír el «crujir de aquel coche fantástico en polvorosa armonía con las pisadas de los colosales caballos».

Pero a ciencia cierta nadie sabía realmente de lo que se trataba, se hacían miles de conjeturas, lo cierto es que el terror se apoderó de los habitantes de la Villa. Los sacerdotes regaban agua bendita por todos lados, había peregrinaciones por las calles, pero nada cuando menos se lo esperaban, aquel carro del demonio salía por alguna arteria, recorría la ciudad y se perdía entre la bruma de la noche.

Cuenta la leyenda que Don Narciso Aguilar, un hombre inmensamente rico vivía en la ciudad de Guadalajara con su familia. Tenía fabulosos negocios a los que les dedicaba la mayor parte de su tiempo. Un día su mujer al sentirse sola y no contar nunca con su marido, decidió tener un amigo para hacer menos triste su soledad. Al enterarse Don Narciso del engaño de su mujer, en vez de hacer un escándalo y lavar con sangre su honor, pensó alejarse de la ciudad para siempre, buscando un lugar en donde nadie pudiera encontrarlo. Sabía que Aguascalientes era un lugar tranquilo, hospitalario, que se podría vivir con tranquilidad y eligió esa Villa para pasar los últimos años de su vida, y olvidar la traición de su mujer.

Don Narciso Aguilar tenía, un amigo de la infancia un hombre bondadoso que por muchos años había trabajado con él y el único al que podía confiarle su secreto; le platicó su plan y lo invitó para correr con él la aventura, ya que era una persona solitaria, entrado en años y soltero. Los dos llegaron a la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes y después de recorrer la ciudad, encontraron un callejón, apropiado para lo que querían, y sin más compraron varias casitas casi en ruinas y don Narciso comenzó a construir su residencia, la única casa que se encontraba en el callejón, que después se llamó del Tesoro.

Mientras construía la casa que llevó el número 13, Don Narciso hacía constantes viajes a Guadalajara para ir trasladando poco a poco su cuantioso tesoro, que eran varias talegas de oro, lo que hacía a medianoche para evitar sospechas. Se cuenta que vestido de arriero y a lomo de mula, Don Narciso trasladó su dineral y ayudado por su amigo Cirilo Castañeda, lo guardaron en la cocina de la casa que estaba junto al brocal del pozo frente a la puerta de la calle.

Al llegar a Aguascalientes los dos amigos, traían sendos caballos blancos, briosos y de alzada, así como un carro en donde habían traído sus pertenencias. Don Narciso y Don Cirilo, no conocían a nadie en el lugar, ni querían conocer. Se dedicaban a dirigir la casa que le hicieron unos buenos albañiles de la Escuela de Don Refugio Reyes Rivas, el arquitecto sin título que hiciera el templo de San Antonio, y por la noche se aburrían mortalmente. Jugaban baraja, se tomaban sus copitas, pero… les sobraba tiempo, hasta que un día decidieron dar una vuelta por la ciudad, pero sin darse a ver. Don Cirilo era quien guiaba el coche y para no ser reconocido, se vistió con una túnica blanca, que le iba desde la cabeza a los pies, y sólo había dejado dos rendijas para que se le asomaran los ojos. Don Narciso vestía un extraño traje pegado al cuerpo de color carne y una media en la cara. Él iba acostado en el coche para no ser visto. Todas las noches se disfrazaban, tomaban su carro y salían a recorrer las calles.

Cuando vieron que su paseo les causaba pavor a las personas, lo hacían con más ganas, sirviéndoles de diversión el miedo que les causaba a los parroquianos; mientras las gentes se privaban de espanto, ellos se «morían» pero de risa. Habían encontrado una gran diversión por las noches que al principio les eran mortalmente aburridas. Este recorrido lo hicieron por mucho tiempo, hasta que el pueblo se fue acostumbrando a ver y escuchar a este «carro del demonio» que resultó inofensivo.

Al ver Don Narciso y Don Cirilo que ya nadie les temía, dejaron de salir a realizar sus paseos nocturnos que por tanto tiempo tuvo inquieta la ciudad, y así desapareció el temido «carro del demonio». Los dos amigos vivían solitarios en aquel callejón cuidando el tesoro de Don Narciso Aguilar, así como a los caballos y burros que tenían en el traspatio. Se hablaba de dos viejitos ricos que vivían en el «Callejón del Tesoro», como le puso el vulgo. De pronto desapareció Don Cirilo, nadie supo de su paradero . ¿Se peleó con Don Narciso y se fue a Guadalajara? ¿Se murió de muerte natural? ¿Lo mató Don Narciso por miedo a que lo robara?… nadie supo. Don Narciso salía y entraba a su casa solo, siempre solo; no hablaba con nadie, cuando se escuchaba su voz era porque se dirigía a sus animales.

Se había corrido la voz de que en el Callejón del Tesoro, en el número 13, vivía un hombre solo, el que se dedicaba a cuidar un fabuloso tesoro. Esto llegó a oídos del famoso Juan Chávez, uno de los más grandes ladrones que ha habido en Aguascalientes. Una noche Juan Chávez quiso apoderarse del «entierro» de Don Narciso y por asustarlo para que le dijera en dónde estaba el dinero, se le pasó la mano, y lo mató. Y el dinero que por muchos años estuvo escondido en la casa número 13 de un callejón, pasó a manos de Juan Chávez y Don Narciso pasó a mejor vida. La historia de Narciso Aguilar el rico jalisciense y su amigo Don Cirilo Castañeda se olvidó, pero el nombre del «Callejón del Tesoro», todavía existe en la Ciudad de Aguascalientes, nombre que resultó de una sabrosa leyenda.

FUENTE: http://www.aguascalientes.gob.mx

El Espectro del Cementerio.

Los panteones por el hecho de ser el lugar donde se entierran los cadáveres, es un sitio lúgubre, silencioso, que llena de espanto y pavor, como si alguien nos persiguiera; se volteara de reojo erizándose los cabellos de miedo. Por esto, en los cementerios se enlazan tantas leyendas y los cuentistas sitúan sus relatos en tenebrosos Campos Santos para darles visos de terror a sus fantasías y de tener temblando de espanto a su auditorio. En el Panteón de Guadalupe en la Ciudad de Aguascalientes se han ubicado muchas historias las que cuenta la gente, y tan solo al pasar frente a él, se apodera de las personas un miedo, como si un muerto saliera a perseguirlas.

Una de tantas leyendas que corren de boca en boca, es la que escribió el profesor Alonso Montañés, en la que relata, que el señor Jesús Infante un conocido cantero del lugar fue requerido por Don Carlos Espino para realizar un trabajo, para el muy importante, pues era terminar un monumento familiar en el panteón de Guadalupe, con la suplica que el trabajo debería ser terminado el día que le había fijado Don Carlos.

Don Jesús acepto el compromiso e inicio su labor dentro del cementerio siendo más laboriosa la faena de lo que el pensaba. Se acercaba el plazo y el cantero estaba nervioso por saber que no era posible terminar que le habían encomendado. Solo faltaba un día y al ir por un andador al recoger un material escucho ruidos extraños, voltio para ver si había alguna una persona, pero al sentirse solo se le «enchino» el cuerpo y siguió escuchando un trac, trac, trac. Platicaba don Jesús que en aquel momento las piernas no le respondían, quería correr pero no podía porque las extremidades inferiores las sentía de plomo.

No pudo gritar, la voz no le salía y sintió que los pelos se le pararon como un resplandor. Volteó hacía atrás, y su sorpresa fue cuando vio un esqueleto que lo seguía y que moviendo las mandíbulas las que sonaba al juntársele los dientes, clarito oyó una voz que le decía: «compadécete de mis penas que me atormentan en el purgatorio; tengo muchos años sin descanso; pide a mi abuelo, padre de tu abuelo de que los doce mil pesos en plata que están al pie de la alacena que está en la cocina a vara y media de profundidad, te dé cien pesos, de los cuales darás cincuenta al padre de la iglesia para que me diga tres misas. Yo te recompensaré dándote el alivio de tu susto.

Si no cumples con mi encargo, no sanarás» El pobre hombre no supo qué hacer, al ver al esqueleto caminando y meneando las mandíbulas, con voz de ultratumba que se dirigía a él, pensó que iba a caer privado, pero sintió que una fuerza sobrenatural lo sostenía y de pronto, pudo moverse y salir despavorido, sintiendo tras de él, el esqueleto que parecía lo correteaba. Corriendo llegó a la puerta del cementerio, jurando no volver más a ese lugar y dejando toda su herramienta cerca del monumento. Pero su responsabilidad fue más grande que su miedo y acompañado de un amigo, volvió al día siguiente para terminar con su compromiso.

El cantero platicó a su compañero lo que le había ocurrido el día anterior, y los dos estuvieron trabajando, volteando para todos lados con el temor de que en cualquier momento se le fuera a aparecer el esqueleto que le había hablado y ellos cayeran privados de susto.

Pero no fue así, durante el tiempo que permanecieron en el cementerio, no se escuchó ni el más leve ruido, todo era un «silencio sepulcral» Don Jesús comenzó a estar muy enfermo; un temblor como de frío se apoderaba de él y las piernas poco a poco se le fueron paralizando al grado que no pudo caminar más. Traía en la mente lo que le había pedido el esqueleto que lo persiguió por el panteón de Guadalupe, lo que no lo dejaba estar sosegado ni de noche ni de día. Hablo con un pariente, le contó lo sucedido y en una silla de ruedas lo acompaño a sacar el «entierro», pidiéndole el dinero para mandar decir las misas que el difunto necesitaba para poder salir del purgatorio.

Quería hacer el encargo antes de morir, pues realmente se sentía muy enfermo. Después de haber cumplido lo que le había indicado la calavera Don Jesús comenzó a sentir alivio. Poco a poco empezó a sentirse mejor hasta haberse recuperado totalmente. Aquel suceso que le ocurrió le había dejado una huella profunda y cada vez que tenia oportunidad lo contaba a sus amigos. En una ocasión que se lo refirió a un pariente lejano, este le dijo: «hace muchos años le paso lo mismo a Joaquín Sánchez, cuando fue a visitar la tumba de su madre al panteón de Guadalupe.

Al escuchar Joaquín que un esqueleto se acercaba a el, y que de las mandíbulas salía una voz de ultratumba, salió despavorido saltando por la pared del cementerio y como un loco furioso llegó a su casa. Platicó a su mujer lo que le había pasado y desde ese día comenzó a estar enfermo. Solo que a él, no solamente se le paralizaron las piernas sino que quedó lelo, perdió el habla y al poco tiempo falleció». La historia del esqueleto del cementerio era conocida por todo el lugar, no se habló de otra cosa en mucho tiempo siendo una de las tantas leyendas que corrieron por Aguascalientes en el siglo pasado, y que todavía se cuenta en el barrio de Guadalupe, al hablar de ese cementerio.

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La china Hilaria II

Dicen, que pueblo chico infierno grande, y por Aguascalientes en la época en que era «muy chico», corrían los chismes, convirtiéndose en un «verdadero infierno», pues lo que sucedía en un extremo se regaba como pólvora y en tanto que se los cuento, todo el pueblo conocía la hablilla. Por lo que se ganó el mote de «Lenguascalientes». Y así una historia se iba formando según se platicaba, gracias al ingenio, maledicencia y fantasía del cuentista, por lo que había varias versiones de una misma leyenda.

Así paso con la famosa China Hilaria, una mujer muy castiza que vivía en el Barrio de Triana (Del Encino) por los años de 1860 y por ser coqueta y «entrona», se corrieron varias interpretaciones sobre su persona. Se cuenta que en el Barrio de Triana existió una pulquería muy famosa, allá como a mediados del siglo pasado y la que duró muchos años. Se llamaba «Pulquería de las Chinas…» Era atendida por tres hermanas, Andrea, Micaela e Hilaria las que además de hermosas eran mujeres de «pelo en pecho», no se dejaban de nadie y como la Adelita, «hasta el mismo coronel las respetaba», pues el famoso bandido Juan Chávez, al que hicieron coronel los conservadores, les guardaba sus frijolitos al grado que callaba a sus asistentes cuando decían alguna mala palabra frente a las chinas, quienes lucían hermosas cabelleras rizadas.

Contaba Don José Ramírez Palos que la pulquería ubicada en el corazón del barrio era muy frecuentada, no solamente por los trianeros, sino también por muchos otros parroquianos del pueblo «pero los clientes más asiduos, eran los veteranos de las guerras de Reforma e Intervención, que en muy amigable camaradería, se contaban sus hazañas bajo los frescos emparrados que sombreaban el patio de la pulquería, y así, sin rencores , rememoraban hechos y contaban sabrosísimas anécdotas».

La «Pulquería de las Chinas» era frecuentada, como muchas otras, por el famoso bandido Juan Chávez, el terror de Aguascalientes, así como por sus ayudantes los capitanes: «Bueyes Pintos», «El Chato Góngora» y Pantaleón «El Cuate», los que varios escándalos cometieron en esa «emborrachaduría», solapados por las tres hermanas, que según las malas lenguas, también fueron sus mujeres. Ellas, dice Ramírez Palos, estaban perfectamente identificadas con sus «hombres», los emulaban admirablemente, pues cuando ellos andaban en sus correrías, ellas no desperdiciaban ocasión para desvalijar a los transeúntes que se aventuraban por los lugares donde tenían establecido su hato. Para llevar a cabo con seguro éxito sus atracos, las chinas se vestían de hombre y después de haber amarrado a sus victimas, para mejor robarlas, se cambiaban de indumentaria, vistiendo sus elegantes trajes femeninos. Estaban acostumbradas a las más duras faenas, a las labores propias de los hombres, pero al vestirse de mujeres, eran verdaderas y afectuosas damas.

Dice la leyenda que en la mañana del sábado de gloria del año de 1892, después de que las chinas acompañadas de sus guitarras, cantaban las mañanitas al «abrirse la gloria», como era costumbre, reunían a un grupo de sus amigos «los asiduos asistentes» a la pulquería y les obsequiaban las «catrinas» de la casa, mientras ellos referían el relato de sus hazañas. Al calor de los pulques, las historias eran cada vez más interesantes. «El maestro Braulio», que había militado durante la guerra del 47 a las órdenes del general Miñón y en la de Reforma, en las filas conservadoras, las del aguerrido Miramón; contaba como las mujeres de Aguascalientes dieron pruebas de un altísimo patriotismo, negándose a prestar sus servicios al odiado invasor y muchas veces matando a los soldados gringos que se aventuraban a internarse por las tortuosas callejas de nuestro barrio. Anacleto, también contó sus aventuras ante la admiración de los invitados al jolgorio, los que se mostraban atentos al escuchar tales hazañas.

Por allá en un rincón se encontraba Blas, el que «chupando», observaba a los relatores. Era un hombre de no malos bigotes, que tenía dos personalidades bien definidas. En su juicio era muy serio, hasta hosco y de pocas palabras. Pero, con copas encima, era agradable, gran cuentero, quien tenía mucha sal para aderezar sus historias, así como sus «chistes».

En una libreta que llamaba «chistera», anotaba sus cuentos y podía estar horas y horas deleitando a la concurrencia con sus simpáticas chanzas. Después de pedir permiso a Hilaria, la que fuera mujer de Pantaleón «El Cuate», y tener la venia de la China Hilaria para relatar la historia, dijo: Como todos ustedes saben, mi amigo Pantaleón fue uno de los ayudantes del coronel Juan Chávez y por lo mismo estaba acostumbrado a «rebalsar de lo lindo y gastar hasta alazanas, para darle gusto a su preciosa, la China Hilaria, que portaba los más finos rebozos que se vendían en la Feria de San Juan y que con mucha gracia lucía en las fiestas de San Marcos, donde era la envidia de las meras catrinas por sus bellos zagalejos de legítimo castor cubiertos de lentejuela de oro, sus ricos hilos de coral que valían harto dinero y más que por sus galas, por el donaire con que las llevaba y la hermosura de los veinte años».

Y continuó hablando Blas: Cuando mataron al coronel Juan Chávez el 15 de febrero de 1869, Pantaleón se «agorzomó mucho, porque comprendió que ya no podía darse la vida a que estaba acostumbrado; y sólo el pensar que tendría que trabajar, lo ponía muy triste y además se le hacía muy cuesta arriba pensar que su buena moza, ‘ora la China, ya no podría portar sus buenos rebozos de bolita ni sus franelas de castor; y más que todo esto, le atormentaba la idea de que ya no podría garbear en fandangos y cantinas como en sus buenos tiempos, cuando cerraba el lugar y obsequiaba, con su dinero, a los clientes».

Al pensar en trabajar, a Pantaleón se le enchinaba el cuerpo pero ya era imposible seguir su vida de aventurero y asaltador de caminos, pues ya su jefe se había «quebrado». Como todos sus ayudantes y su propia viuda, sabían que Juan Chávez había ocultado su tesoro en una cueva del Cerro de los Gallos. El » Cuate » Pantaleón que conocía este lugar palmo a palmo decidió buscar la fortuna que había acumulado Juan Chávez, durante sus asaltos, ya que a él también le pertenecía por haber sido uno de sus «compinches».

Pantaleón salió de madrugada rumbo al Cerro de los Gallos, volteaba para todos lados para estar seguro que nadie lo seguía y así casi corriendo llego a la falda del cerro. Mirando al suelo recorrió todas las cuevas, los vericuetos del lugar y hasta movía los árboles para ver si encontraba el tesoro de Juan Chávez, pero nada. «Muerto de cansancio», casi al anochecer se sentó en una piedra para descansar y sin saber como, se quedó dormido. Estando en el más profundo sueño, «el cuate», escuchó una voz que salía de las cuevas, era tan de ultratumba que se despabiló y paro la oreja.

Aquella voz claramente le decía que el famoso tesoro de Juan Chávez no existía, que era inútil que lo buscara, pero que el podía hacerlo inmensamente rico para poder seguir su vida de desorden y derroche. A cambio sólo le pedía que le diera trabajo todos los días por aburrirse mucho, y que el día que no pudiera hacerlo, tenía que entregarle su alma.

En aquel momento Pantaleón comprendió que el que le ofrecía el trato, no era más que el demonio. Se quedó pensando unos minutos, sabía que de no aceptar, se moriría de hambre por no saber trabajar y sobre todo, perdería a la China Hilaria, la que pobre, no lo seguiría. Y por eso, aceptó el pacto con el diablo. En un charco de agua Pantaleón se mojó la cara así como el cabello y brincando bajo del cerro se encontró que los bolsillos los tenía repletos de oro lo que le dio una gran satisfacción. Llegó a su casa y le dijo a su mujer que era muy rico, que había encontrado el tesoro de Juan Chávez, el que tanto habían buscado… que su porvenir estaba asegurado.

Hilaria no estaba muy convencida, pero como era ambiciosa, se sintió feliz de ser una potentada. Habló con sus hermanas de cerrar la pulquería y dedicarse a pasear, lo que no aceptaron por ser para ellas la pulquería una diversión. Estando Pantaleón desayunando, le dijo la sirvienta que lo buscaba un señor, al recibirlo, se dio cuenta que iba Satanás por el trabajo que le había ofrecido. Pantaleón, sin inmutarse, le dijo que deseaba le comprara una hacienda cerca de la cantera, en donde toda la vida había tenido la ilusión de tener una propiedad. Por la tarde, se presentó aquel hombre con los documentos para que Pantaleón firmara el recibo que lo acreditaba como dueño de esa propiedad. Y así todos los días por la mañana se presentaba aquel agente de negocios para recibir las instrucciones de Pantaleón el que, ya no sabía que hacer.

Le pidió que hiciera un acotamiento en toda su propiedad lo que pensó llevaría mucho tiempo, pero, al día siguiente, estaba terminado. Le pidió sembrara flores. Después, sembrar varias huertas de guayaba, durazno, etc. Mas tarde le pidió construir grandes presas, que hiciera canales de irrigación. Y así inventaba cada día cosas lógicas y hasta absurdas pero todo le concedía; en el acto, el menor de sus deseos era cumplido por el demonio que deseaba llevarse su alma.

El pobre – rico- Pantaleón se veía triste, aquel hombre simpático y dicharachero se había convertido en taciturno, callado, su cara empezó a palidecer y hasta el pelo se le caía a manojos; nada le causaba encanto ni atractivo y hasta se le quitó el hambre. A la China Hilaria, que lo conocía tanto «como si lo acabara de desensillar» le preocupó el triste estado de su marido, al que veía acabado. Una noche vio inquieto a Pantaleón, y aquel hombre tan valiente, «muy matón y de a caballo», acabó llorando como un niño. Zarandeándolo, lo obligó a que le dijera qué pasaba y el «cuate» le dijo que lo del tesoro de Juan Chávez era mentira, le contó el pacto que había hecho con el diablo, lo que lo tenía temblando de miedo y amarillo como limón pasado.

La China lo escuchó con todo detenimiento y cuando terminó, ella soltó una sonora carcajada que se escuchó hasta la esquina de su casa. ¿Por qué no te confiaste de mí y me platicaste, antes, el trato que hiciste con el demonio?. Duérmete, le dijo, desde mañana yo me encargaré de darle trabajo a ese indecente. Trabajará toda su vida o nos dejará en paz para siempre. Pensando Pantaleón que su mujer se había vuelto loca, no pegó los ojos en toda la noche furioso de ver a Hilaria dormida como un tronco, seguramente le había comprendido su problema .

A la mañana siguiente llegó el «hombre» a la casa de Pantaleón. La china lo recibió diciendo que su marido estaba enfermo y que ella se encargaría del trabajo por el que iba, que la esperara un momento. Entro Hilaria a su pieza, sacó del buró una tijeras y se cortó un largo chino de su cabello, y con él en su mano le dijo al diablo: «Dice mi marido que mientras el se alivia y le puede ordenar lo que desea, desenrede este cabello, hasta que quede completamente liso. El diablo tomó el cabello pensando que Pantaleón había perdido el juicio. «Dígale que dentro de un rato estaré de regreso». Riéndose se fue el diablo y riéndose se quedó Hilaria.

En la esquina Satanás comenzó a tratar de convertir en un alambre el ensortijado pelo, pero fue inútil ; duro varias horas y no pudo. Regreso a la casa para decirle a la señora que regresaría al día siguiente, con el pelo desenrollado. Pasaron varios días y el hombre aquel no regresaba. Pantaleón se sentía mas tranquilo pero al pensar que el día menos pensado se presentaría nuevamente a pedir trabajo, le entraba un gran desasosiego que lo hacía temblar. Después de varios años, un día se encontraban Pantaleón y la China en la Hacienda, sentados con los pies dentro del arroyo, cuando vieron al diablo sentado en una piedra tratando de desenrollar el pelo. De pronto les gritó : «!Ya mero termino….¡» .Pero la China mostrándole su enorme cabellera contestó : «Dese prisa, que todavía le faltan muchos mechones que desenchinar» .

Al ver Satanás la espesa y larga cabellera de Hilaria, aventó el chino que le había dado la esposa de Pantaleón, gritándoles: «¡ Me doy por vencido, aquí se acabó nuestro trato ¡». Pantaleón y la China se abrazaron bailando de gusto, eran ricos y se habían quitando al diablo de encima. Pero como no estaban acostumbrados a trabajar, poco a poco se quedaron en la inopia. Pantaleón se murió y la China continuó con su pulquería . Pero al conocer la historia los trianeros, y saber la audacia de la mujer, cuando alguien se pasa de listo le dicen : «Este parece hijo de la China Hilaria». La China Hilaria se puso en jarras y le dijo a Blas : «Te deje contar mi historia pero no para que me «choties». Paga tus copas y lárgate de la pulquería». La leyenda se ha difundido oralmente, y aquí quedo escrita. Muchas gentes la conocen. Y la frase «Hijo de la China Hilaria», es aun más conocida, sin saber de donde proviene, aunque es de suponerse que se da por hecho que un hijo de aquella sagaz mujer ha de ser enredoso y trapacero y como ella misma, capaz de engañar al mismo diablo.

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La china y el chamuco.

En el barrio de Triana, uno de los más típicos de Aguascalientes, se han bordado toda clase de historias que al paso del tiempo se han convertido en sabrosas leyendas que se van pasando oralmente. Dicen que en ese lugar, el más castizo de la ciudad, precisamente en la calle de la Alegría, vivía una familia humilde, pero de buenas costumbres; los padres habían educado a sus hijos a la usanza de Aguascalientes del siglo pasado, en que los hijos besaban la mano y la frente de sus progenitores y con los ojos los mandaban sus padres. Hilaria, era la hija mayor de los señores Macías, que además de ser una mujer muy hacendosa, era bella y tenía un donaire al caminar que parecía una reina.

Otra de sus virtudes era que le gustaba hacer obras de caridad, visitando diariamente a los enfermos y menesterosos, llevándoles consuelo y ayuda material. La joven era muy conocida en el barrio por ser muy atractiva y además, por tener sus padres un negocio pequeño en donde vendían antojitos y muchas veces ella, se dedicaba a cobrarles a los clientes.

Los domingos, cuando Hilaria iba a misa a la iglesia del Encino, llamaba la atención. Llevaba un hermoso zagalejo bordado y su rebozo de bolita que lucía con destreza; en su pelo, que era muy chino, usaba un listón del mismo color del traje. Las muchachas en edad de merecer, le tenían envidia porque todos los jóvenes del barrio se perdían por una mirada de los negros ojos de la chica, que a todos desdeñaba.

Uno de ellos en una ocasión le dijo este piropo: «Con la sal que una morena derrama de mala gana, tiene para mantenerse una rubia una semana». Así pasaba el tiempo y aunque Hilaria Macías tenía muchos pretendientes, a ninguno le hacía caso por no haberle llegado todavía su hora de enamorarse.

Pero un día la muchacha se vio acosada por un individuo de mala reputación, uno de los malditos del barrio de Triana, al que le apodaban «El Chamuco», a más de ser feo, prieto y cacarizo, era presumido en grado superlativo; Dios le había dado la gracia de que se sintiera guapo y él así se veía. «El Chamuco» se enamoró perdidamente de ella y no la dejaba ni a sol ni a sombra. Cuando salía de su casa la estaba esperando en la esquina, al grado que ya no podía salir por miedo, ya que la había amenazado con que la iba a raptar. Un día Hilaria se fue a confesar con el Cura de la Parroquia del Encino y le dijo su problema, que no podía salir a la calle por miedo de encontrase con «El Chamuco» y había dejado de hacer sus obras sociales. Que la acosaba y le tenía un miedo infernal. El padre le dijo que no se preocupara, que iba a mandar llamar a «El Chamuco» para amonestarlo y decirle que la dejara en paz.

Al día siguiente, el señor Cura encontró en el jardín del Encino a «El Chamuco», que era muy conocido en el barrio por «malora» y le pidió fuera al curato porque tenía que hablar con él. Y así lo hizo, por la tarde el hombre fue a visitar al sacerdote.

El padre que le había ofrecido a la muchacha persuadirlo para que la dejara tranquila, ideó una cosa extravagante; le dijo: «Mira Chamuco, pídele a Hilaria un rizo de su pelo; si lo enderezas en el término de quince días, te aseguro que se casa contigo, yo mismo le pediré a sus padres su mano para ti». El hombre le dijo: «Pero padre, si no me concede una palabra, ¿cómo piensa que me dará un chino? Eso es imposible». El cura le aseguró que lo tendría, él mismo se encargaría de pedírselo. Así fue, el padre le pidió el rizo a Hilaria y se le dio a «El Chamuco», el que pasaba todo el día tratando de enderezarlo, sin el menor resultado.

«El Chamuco» fue a ver al padre para decirle que era imposible, que se pasaba noche y día alisando el pelo y que parecía que con eso se enchinaba más, que estaba desesperado y no sabía qué hacer. El sacerdote con toda calma le dijo, «síguelo intentando, yo sé que el día menos pensado vendrás con el pelo completamente lacio y ese día pediremos a Hilaria. Pasaron varios días y «El Chamuco» con un humor de los diablos invocó al demonio, ofreciéndole su alma en recompensa si le enderezaba aquel porfiado rizo de Hilaria, que por más que lo estiraba, en lugar de alaciarse, más se enchinaba.

Al invocar a Satanás se le apareció un hombre elegantemente vestido, con bombín, polainas y bastón, que al verlo «El Chamuco», se hizo para atrás, ya que él le había hablado al demonio y no a la persona que tenía enfrente. El catrín le dijo al «Chamuco», que qué hacía tan afanosamente acariciando ese cairel, a lo que él contestó, que alisar el chino, y nada que se hacía lacio. «Yo te ayudaré», le dijo el catrín, y al tomar el pelo con las manos, aquel chino se hizo un verdadero tirabuzón y dándole una rabia infinita, aventó el chino a la cara de «El Chamuco», gritándole el catrín con todas sus fuerzas: «¡Que coraje, ni yo puedo enderezar este maldito rizo!».

Al mismo tiempo se iba transformando; la boca se le deformó horriblemente, los ojos se le saltaron como de rana y de ellos le brotaba lumbre, por abajo del bombín le salieron dos puntiagudos cuernos y las manos se le empezaron a poner peludas como de animal.

Cuando «El Chamuco» vio que el catrín se convertía en un demonio, quiso echar a correr, pero no pudo, sintió que le flaqueaban las piernas, que la cabeza le daba vueltas y que los ojos se le torcían. Pero cuando vio a aquel engendro del infierno que volaba por los aires dejando un fuerte olor a azufre, perdió el sentido y no supo más de él. Cuenta la leyenda que «El Chamuco», sufrió tal impacto, que perdió la razón; por muchos años vivió como un ente del barrio de Triana, sin recordar nada del pasado. Solamente cuando algún amigo pasaba junto a él y le preguntaba ¿Cómo estás «Chamuco»?, él contestaba «De la china Hilaria». Para los chamacos del barrio, era una diversión, lo único que sabía decir: «De la China Hilaria».

El pobre hombre al «que no le hizo justicia la naturaleza» porque nació muy feo, poco a poco se fue convirtiendo en un verdadero monstruo. Vivía en el barrio de Triana, casi siempre se encontraba en el Jardín del Encino sentado en una banca y enojándose con los chamacos que lo vacilaban. Era un loco inofensivo, uno de los pintorescos tipos de ese barrio. Años mas tarde Hilaria Macías se casó con un fuereño y se fue de Aguascalientes.

La historia del gran amor de «El Chamuco» se fue olvidando convirtiéndose en un mito. Pero la expresión de «La China Hilaria», se quedó para siempre. Muchas personas antiguas del barrio de Triana conocen esta tradición por habérselas contado sus abuelos y así se ha ido pasando de generación en generación. Y con frecuencia a los muchachos latosos o feos, les dicen pareces «Chamuco», y sin pensar, están recordando a aquel pobre hombre que por amor perdió la razón.

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La momia del túnel (AGUASCALIENTES)

Se cuenta que en la ciudad de Aguascalientes existen varios túneles que se conectan entre sí que servían de escondite no solamente a los Franciscanos del templo de San Diego durante la persecución religiosa, sino a muchas personas que huían de la justicia… Una de las tantas leyendas que se ventilaron al respecto, fue la que contaba el profesor Alfonso Montañés, quien aseguraba tratarse de una historia verídica que con el tiempo se convirtió en una de tantas fantasías que se comentaban en las fiestas de salón, que tanto se usaban antes.

En la esquina de las calles de Carrillo Puerto y Democracia (ahora Eduardo J. Correa) había una tiendita cuyo propietario era un señor de nombre Brígido Villalobos. Era uno de los «Estanquillos» más populares en el Barrio de San Marcos, pues a más de que había todo como en botica, Don Brígido era un hombre muy amable, lo que se dice un buen comerciante que no dejaba salir a un cliente sin vender todo lo que el quería.

El señor Villalobos era un gran conversador, un hombre simpático y dicharachero, que tenia muy entretenido a sus amigos, los que todas las noches se reunían en su tienda para componer el mundo. Se hablaba de la carestía de la vida de los malos gobernantes… de todos los problemas que acosaban al país.

Pasaban dos horas de gran platica ; Don Brígido les ofrecía una copita, y a las ocho, cada uno de sus amigos se iba a su casa a descansar. Corría el año de gracia de 1884, y una noche, cuando el grupo de amigos se encontraba en lo mas álgido de la platica, se escucho un tremendo ruido en la pequeña trastienda que los hizo temblar.

Se voltearon a ver don Antonio, a quien apodaban el charrasqueado, don Severo, que le decían el cura, y Marqués Hernández. Ninguno se atrevía a hablar, pero don Brígido que era muy bromista les digo: «no creo que haya sido el aire»… Con cierto temor se levantaron los hombres que estaban sentados en un costal de azúcar, en un cajón de jabón, y en el banquito que tenía atrás del mostrador el dueño de la tienda.

Con cierta curiosidad se dirigieron al cuartito contiguo a la tienda y con sorpresa vieron que se había hundido el piso. Ninguno se atrevía a decir palabra, hasta que el señor Villalobos les dijo: «si no tienen miedo, vamos a ver que fue lo que pasó».

Los cuatro amigos quisieron bajar; pero fue verdaderamente imposible por la cantidad de polvo que había, que no los dejaba respirar y tuvieron que salir corriendo a la calle. Don Antonio, Don Severo y Márquez le dijeron a Brígido que de noche no se podía hacer nada, que se irían a sus casas y al día siguiente, con el fresco de la mañana y con la frente despejada irían a descubrir aquel misterio que los tenía intrigados.

Los amigos se despidieron dejando solo al dueño de la «tienda de la esquina», el que por mucho rato se quedó pensando qué podría hacer. Tenía que encerrar su estanquillo ¿y si alguien se metía por la trastienda y le robaba? No se podía quedar toda la noche afuera y si dormía en su «changarro», se asfixiaría por el terregal. Al lado de la tienda vivía Vicente Trujillo, el que al oír el estruendo también salió a la calle, como muchos de los vecinos.

Al ver el problema del pobre de Don Brígido, le dio la solución: se quedarían sentados en una banquita toda la noche, afuera de la tienda, tapados con cobijas para cuidar el negocio. Así lo hicieron, la esposa de don Vicente les llevaba café y así se hizo una bolita de amigos los que estuvieron toda la noche frente a la tienda ideando cómo le irían a hacer para sacar los muebles de Don Brígido y rescatar la mercancía que se había caído en el socavón. Para todos los amigos fue un día de fiesta, entre chascarrillos, adivinanzas y cantos, se pasaron toda la noche, sólo Don Brígido tenía como cara de purgado por la aflicción que sentía al haber perdido mercancía y habérsele echado a perder sus muebles. Con sogas y palas, un grupo de amigos y Don Brígido al frente de la expedición, bajaron por aquel agujero, que era un verdadero boquete.

Llevaban velas para ver por dónde caminaban, cuando de pronto se encontraron con un gran arco descubierto. Fue grande la sorpresa que llevaron los expedicionarios, los que resolvieron seguir caminando por aquel túnel; entre risas y rezos, los amigos se daban valor para seguir por el túnel con dirección al Jardín de San Marcos. Según dice la leyenda, el grupo de hombres «valientes» seguía caminando y así llegaron a la puerta oriente del Jardín, en donde encontraron algo inaudito: un gran armazón lleno de piezas de género, de telas muy finas y de diferentes colores.

Todos se quedaron de una pieza, no creían lo que estaban viendo sus ojos, no más que uno de ellos, ambicioso quiso llevarse algunas de aquellas telas de colores vivos, pero su sorpresa fue mayor, que al tocarlas se iban convirtiendo el polvo. Los gritos se oyeron hasta la calle. Aquello parecía película de terror.

Telarañas colgaban de las paredes del techo y los ratones corrían por todos lados haciendo brincar a los hombres que sólo decían «ay mamá Carlota», «¡Virgen del rayo, Sálvanos!», «por qué me metí en este enredo» y otras expresiones que verdaderamente daban risa. La expedición seguía, Don Brígido que era el afectado, se hacía el fuerte e iba por delante con su vela de sebo, que con una prendía la otra. Cuando de pronto se escuchó un grito general al ver muy seria sentada a una momia que pelaba los dientes y parecía se estaba riendo.

Al lado de ésta y recargada en la pared, había otra que tenía los pelos largos que le llegaban al suelo. Los amigos del señor Villalobos se tropezaban uno con otro por querer salir todos corriendo a la misma hora y así con los pelos hirsutos del susto y pálidos como el papel de china volvieron a salir por donde habían entrado, por la trastienda de la tienda de Don Brígido Villalobos. Nadie dijo nada, Don Brígido volvió a levantar el piso de su trastienda y todos hicieron un pacto de honor de platicar lo sucedido con nadie.

Mucho tiempo esta historia quedó en el secreto, hasta que un día, uno de ellos, parece que el charrasqueado, en una borrachera contó el suceso, el que más tarde se convirtió en una fábula. Don Alfonso Montañés asegura que existen otras entradas para esos túneles, que según se dice, van del Templo de San Diego al Jardín de San Marcos, de la Estación al Jardín, así como del templo del Encino al Jardín de San Marcos.

Lo cierto es que se han hecho muchas historias sobre los túneles de Aguascalientes en donde se dice guardaba su tesoro el famoso ladrón Juan Chávez. Cuando se decida explorar esos túneles conoceremos otras interesantes historias que convertiremos en leyendas para engrosar las tradiciones de Aguascalientes.

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